Palabras De Josefina Pla Hacia Sus Escritos
Enviado por MagdieJF • 3 de Abril de 2015 • 998 Palabras (4 Páginas) • 231 Visitas
PALABRAS DE LA AUTORA
Hablar del propio trabajo, explicarlo, me resultó siempre incómodo. La razón, hasta donde alcanzo a vislumbrarla, es simple: me resulta incómodo porque es difícil. O para decirlo de una vez: imposible. Como lo es dar la razón de la sustancia de un grito de alegría o de dolor que se nos escapa. Porque cualquier cosa que se escriba, para mí al menos, es como un grito salido de tan adentro como el otro, instantáneo. Claro que un grito en ralenti. Transcurre en darse bastante más que un alarido o una carcajada; y por eso en la labor el dolor o la alegría se diluyen y se hacen soportables.
Claro que cuando me asestan tal o cual pregunta sobre tal o cual detalle de la gestación, nacimiento y bautizo de un engendro propio, no puedo, sin faltar a las reglas, eludir una respuesta. No garantizo, sin embargo, la exactitud de esa respuesta. La obra exige decir la verdad de su autor a través de los hechos: pero no compromete, por ello, una vez nacida, la autenticidad de las apostillas que él pueda ponerle. Y no porque el autor no desee seguir siendo veraz. Es que, ya lo dije, resulta imposible.
La pregunta que con más frecuencia se le hace al escritor es: "¿Cómo se inspira usted?...". Pregunta que provoca ipso facto en él un deseo de citar a declaración al primer berrido, de su vida: ése que dicen que responde a la bienintencionada pero antipedagógica nalgada del médico. Nada más imposible que señalar en el mapa por cuál de los canales llega esa aventurera llamada inspiración, y que yo llamaría mejor, a ratos por lo menos, expiración desintoxicánte. (Si lo supiera!... Iría a buscarla tantas veces!...). Por supuesto, algo tiene que ver con ella la circunstancia. Si Freud anda infaltablemente por esos andurriales creativos, Sartre los ronda siempre poco o mucho. Por eso quizá pudiese decir que muestra preferencia por los motivos de lo circundante paraguayo femenino; simplemente porque vivo en el Paraguay y soy mujer. Pero por otro lado el mundo conoce escritores que vivieron siempre en su propio país y cuya obra no recuerda en nada este hecho. Literatos hombres que se dedican con frenesí a masticar el chicle de la psicología femenina, y viceversa. Por tanto, hay que buscar a la cosa, por lo menos, una razón subsidiaria, o más profunda, que no encuentro. Lo que dije: imposible.
Así es que me remito a hechos concretos:
I.- La narrativa es uno de mis modos de expresarme; no una vertiente exclusiva. Escribo cuentos cuando necesito hacerlo (hace diez años que no los escribo). Escribo cuentos por temporadas, como necesito por temporadas escribir versos o hacer cerámica. Podría decirse que tengo fases como la luna, sin por eso ser más lunática que cualquier otro escritor que se respete. Porque creo en realidad que en todo escritor se da esa tendencia cíclica, el que menos, tiene dos fases: la activa y la del dolce far niente. Yo, ésta, por desgracia para mí y para otros, no la conocí nunca.
II.-
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