Para Que Educo

¿Para qué Educo?

Educar: “dirigir, encaminar, doctrinar. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos”. (Diccionario de la Real Academia Española, 22.a edición). Como se puede observar, el educar conlleva una gran responsabilidad, pues no solo se trata de dirigir o guiar, sino puede abarcar hasta nuestro proceder o ejemplo.

Desde la aparición del hombre hasta nuestros tiempos, se ha desarrollado esta grandiosa actividad. La historia así lo ha constatado, ya sea mediante la evidencia de una pintura rupestre, un pergamino, un código o una enciclopedia; en donde podemos encontrar información de cómo se organizaban para sobrevivir y cómo se aplicaba la educación. Dirigidos por un guía, un patriarca o matriarca en su caso, utilizaban en algunas ocasiones su ejemplo para educar y así desempeñar diferentes labores o actividades; de esta manera sus descendientes pondrían en práctica lo aprendido y ahora ellos realizarían dichas actividades como la caza, el cultivo, la pesca, entre otras actividades, en las cuales también se encontraban el deporte, la pintura, la danza y la religión.

Con esto queda claro, que educar, es una actividad que se ha desarrollado por siglos. No es una tarea fácil, pero si es muy gratificante. La educación se lleva a cabo desde que nacemos. Esto significa, que empieza en el núcleo familiar y que se va desarrollando en diferentes ámbitos como la escuela, en el trabajo y en la misma sociedad. Sin embargo, al momento de ejercer nuestra función como docentes nos damos cuenta que nuestros alumnos carecen de los principales principios o valores que se deben enseñar en casa.

Y es allí donde encontramos retos en nuestra profesión. Pues tenemos una responsabilidad, que es la formación de personas que sean capaces de enfrentarse a la sociedad, a la vida. En donde tenemos que partir de los conocimientos, experiencias o creencias que ya traen para que puedan comprender los nuevos conocimientos o bien retroalimentar los conocimientos previos para que puedan ser competentes en diversas facetas. A esto llamamos constructivismo.

El término constructivista ha venido creciendo en el campo educativo y pedagógico, en relación directa con el desarrollo del conocimiento y del aprendizaje. Para Gallego-Badillo, “el constructivismo es una estructura conceptual, metodológica y actitudinal en la cual son conjugadas teorías de la psicología cognitiva (en cuanto a la indagación de cómo y por qué se originan las representaciones y sus conceptos en la conciencia humana y qué relaciones tiene con el mundo exterior), de la epistemología (la naturaleza de los saberes y el conocimiento en las relaciones individuo-comunidad), de la lógica (el problema del pensar metódico y las leyes de la deducción y la demostración de las hipótesis), de la lingüística (la codificación y descodificación comunitarias) y la pedagogía y la didáctica (la transformación intelectual y el aprender a leer y a escribir en un lenguaje especializado)” (Gallego-Badillo, 1996)p13.

Como se puede notar, esta corriente parte de las ideas previas del estudiante, que son constituidas por las experiencias o creencias y de esta manera así comprender los nuevos conocimientos. De esta manera el estudiante le da sentido al conocimiento y obtiene un aprendizaje significativo. Para ello el docente tiene que servir de guía o facilitador para que el alumno de acuerdo a su contexto tenga comprensión y le de la utilidad en su vida, y cuando le da esa utilidad es cuando decimos que el alumno ha tenido un aprendizaje significativo.

De esta manera apoyo al constructivista Flores, R, quien define “el constructivismo asienta sus bases en el aprendizaje como una construcción interior, individual e intersubjetiva; por ende, el educador debe orientar la enseñanza hacia el logro del entramado que se forma de los conceptos propuestos (saberes sociales)

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