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Paula sibila ¿Es posible una escuela post-disciplinaria?


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2019  •  Resumen  •  2.666 Palabras (11 Páginas)  •  715 Visitas

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Escuela de Artes Visuales

Taller de Texto 1 Turno Tarde

Profesora: Vanesa Mariño

Alumna: Magalí Aguilar

Fecha: 14/09/2017

¿Es posible una escuela post-disciplinaria? (¿y sería deseable?). Paula Sibilia

  1. La autora Paula Sibilia sostiene en su artículo que “la escuela es una tecnología de época”. Esa institución, fundada en la sociedad moderna se renueva y modifica a lo largo del tiempo, fue diseñada con el fin de responder a ciertas demandas específicas del proyecto histórico institucional  y que se ocupó de ponerlo en práctica. Sus objetivos eran responder y satisfacer  las demandas del contexto asumiendo la responsabilidad de facilitar la adaptación y la educación de todos los ciudadanos. Es así que el colegio surgió en un marco de un proceso histórico, marcado por la revolución industrial en donde los sujetos trabajaban rutinariamente en las fábricas. Actualmente son los niños y adolescentes quienes se someten y alimentan a los envejecidos y oxidados engranajes del recinto, que sigue operando con los instrumentos analógicos de la tiza y el pizarrón, los pupitres alineados, entre otros.

Paula enuncia una hipótesis en donde la escuela que ha persistido desde la modernidad hoy se encuentra condenada y obsoleta, tampoco sobrevivirá si sigue manteniendo las características del modelo anterior. Plantea el interrogante ¿es posible una escuela post-disciplinaria y qué tipo sería deseable?, es decir ¿existe la posibilidad de pensar en la existencia de otro tipo de institución? ¿Es posible pensarla en esta época? La escuela se mantiene en pie más allá de los cambios contemporáneos y debe ser funcional a los determinados propósitos que se van generando. También caracteriza a una sociedad en que las tecnologías le han causado gran impacto y ha cambiado la subjetividad. Para sustentar esta teoría, indaga sobre los cambios que se van dando históricamente, investiga sobre la trayectoria de la escuela, el capitalismo industrial, las nuevas tecnologías y cómo fue cambiando la subjetividad en los sujetos. También remite a distintos filósofos, entre ellos el francés Michael Foucault, haciendo hincapié en su libro “Vigilar y castigar”, y al pensador Gilles Deleuze.

Es así que la autora formula la siguiente pregunta ¿para qué necesitamos, ahora, a las escuelas? Toma como referencia a Deleuze, quien sentenciaba que “las instituciones están condenadas”, las constantes reformas no sirven ya que el ciclo vital de estas ha concluido y han perdido su sentido histórico. La escuela se sostuvo apoyada en valores morales considerados indispensables, que sirvieron de pilares y permitían su buen funcionamiento. El filósofo Foucault explica que “el edificio entero puede derrumbarse”, la institución sirvió para consumar metas políticas, económicas y socioculturales, que guiarían al desarrollo de la humanidad. Personalmente pienso que el mundo ha cambiado, hay una transformación cultural y son otros los valores de la sociedad contemporánea, y es por ello que la institución escolar debe adaptarse a estas nuevas reglas e intereses. Se deben buscar estrategias que compitan y/o se adapten a las nuevas tecnologías y a los populares medios de comunicación audiovisuales.

Basándose en estudios y encuestas se llega a creer que la escuela es un producto poco atrayente destinado a un consumidor disperso. Se pretende atraer al sujeto, competir y conquistar su atención. El desencanto afecta a alumnos, a padres y a docentes. Para resolver la crisis y evitar la caída de la institución se van elaborando diversas propuestas. Deleuze denomina a estas estrategias como “reformas supuestamente necesarias” y según la perspectiva del filósofo, estarían sentenciadas de antemano al fracaso. También afirma positivamente que muchos jóvenes reclaman ser “motivados”, piden más cursos y formación permanente.

La autora sostiene que debido al avance de lo audiovisual hay una transformación de los lenguajes, de los modos de expresión y comunicación. Los alumnos contemporáneos son sumamente dinámicos y consideran a la escuela como aburrida, siendo de gran importancia despertar su interés. Por ello se tiene que crear un esquema institucional más acorde con las nuevas subjetivaciones y las nuevas maneras de actuar en el mundo. Teniendo en cuenta que este nuevo sujeto tiene otra percepción y manera de pensar.

Entre las estrategias de supervivencia que se han implementado en los últimos tiempos cabe destacar que se introduce la lógica del mercado y el espíritu empresarial. Insatisfactoriamente resuelven los problemas educativos con dinero, ilusionan y tienden a seducir al alumno ejerciendo cierto tipo de control. De esta manera se desatan polémicas, críticas y debates por las decisiones implementadas. Se conceptualiza al estudiante como un consumidor poco satisfecho con el producto escolar y los cautivan con tácticas de marketing para que vuelvan a interesarse. Algunos de los recursos empleados son las recompensas en dinero ante los resultados positivos de aprendizaje tanto para alumnos y profesores, y premios con boletos por asistencia.

Otra estrategia menos polémica es el proyecto “una PC por alumno”. Para que la escuela se desarraiga de los métodos y lenguajes analógicos tiene que adaptarse a los tiempos de Internet, celulares y computadoras. Y de esta manera intentar salvar la brecha entre alumno-aprendizaje escolar.

Además, se han implementado los proyectos de instalación de cámaras de seguridad en los establecimientos educativos. Cuyo fin no es más que el control de la inseguridad. Al momento de justificar la vigilancia electrónica se entiende que no es moral sino policial porque no pretende inculcar el respeto  por las reglas sino que el objetivo es sacar partido del miedo y controlar. Siguiendo esta línea el filósofo Gilles Deleuze recurrió a la expresión “sociedades de control” para designar al mundo actual que vive inmerso en una red de conexión global. Foucault dice que la medida es una actualización tecnológica del “panóptico” y concluye que la “visibilidad es una trampa”.  Estas iniciativas reflejan a la sociedad de control, a un sistema de vigilancia, se les ofrece a los padres la ilusión de que pueden ejercer algún tipo de control sobre los jóvenes y niños sin pensar en la libertad de ellos. De esta manera el recinto también se encuentra bajo el control de las redes que se diseminan por todos los ámbitos sociales.

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