Pintores En La Colonia (Chile)
Enviado por Angeledu30 • 28 de Agosto de 2014 • 3.247 Palabras (13 Páginas) • 442 Visitas
LOS PRIMEROS PASOS DE LA PINTURA EN AMERICA. ES INFLUENCIA'DA POR TRES TENDENCIAS:
LA EUROPEA O ESPAÑOLA, LA ASIATICA Y LA REGIONAL O ABORIGEN
La pintura en la América Latina comienza cuando las órdenes religiosas que vinieron de España, se interesaron por adornar los claustros de sus conventos y las iglesias que edificaban.
Sobresale, entre todas aquellas órdenes, la Compañía de Jesús, que trajo a Chile, como a todos los pueblos de América, la innegable influencia civilizadora de su actividad progresista.
En México, Nueva Granada, Perú y otras comarcas de América, empieza la edificación de templos magníficos y la construcción de altares monumentales. Es, entonces, cuando el interés por los bajos relieves y las estatuas de santos, producen las primeras manifestaciones de arte; manifestaciones que, como era natural, fueron los primeros ensayos que se iniciaron en nuestra América.
La pintura, como arte de más complicada técnica, demoro mas en desarrollarse; fue necesario que 'vinieran profesores de la Península, y que se abriera una escuela de dibujo y pintura, para formar discípulos que, aun cuando tenían disposiciones naturales, sin embargo la falta de buenos maestros.de medio ambiente y de contracción a un serio estudio, les impidieron producir obras de orden superior.
Los lienzos realmente valiosos que existían en estos países cuando se proclamaron independientes, vinieron de España Italia o Flandes, comprados con dinero remesado de América.
Del estudio detenido de las telas pintadas en cualquiera de las Colonias Americanas de España, se nota una relación de parentesco artístico entre unas y otras; y no se nos diga que, solo una ciudad de América, tuvo el monopolio de producir obras de arte y repartirlas en los otros pueblos hermanos. Lo indudable es que aquellas colonias, que fueron las más ricas, como Ecuador, México y el Perú, tuvieron escuelas que enseñaron a los nativos el arte: y estos, que tenían grandes disposiciones naturales, aprovecharon la enseñanza, y una vez que llenaron las necesidades de los conventos e iglesias, con cuadros de temas religiosos y, uno que otro
retrato de linajudo personaje, cuando escasearon los pedidos, se trasladaron a los países limítrofes, o exportaron el excedente de sus producciones.
La pintura y la escultura en América Latina, comenzaron por ser simplemente una industria, para convertirse después en un arte regional que fue bueno o malo, según fuese el talento del que lo cultivo; pero que, indudablemente, fue un arte que tuvo mucho de original. Esto es tan cierto, que el vulgo, cuando ve una pintura hecha en América en el periodo colonial, solo con mirarla una vez, dice: ¡Es una pintura quiteña!
Es lástima que, habiendo tanto tema original y pintoresco para ejecutar obras de carácter histórico documental, como ser el estudio de los trajes y de las costumbres de los conquistadores y conquistados, solo por excepción conozcamos cuadros cuyos temas sean: procesiones, combates entre españoles e indios y matrimonios. A propósito de esto último, la iglesia de la Compañía en el Cuzco, conserva un lienzo, cuyo tema es el matrimonio de D. Martin García Oñez de Loyola, Gobernador de Chile y de la Princesa Beatriz Ñusta.
Como ya lo hemos dicho, la pintura en España había llegado a la edad de oro, con aquella pléyade de pintores que se llamaron: Zurbarán, el Greco, Ribera, Velásquez, Murillo, etc.
Ninguno de estos grandes artistas vino a América; pero si, algunos de sus discípulos; entre ellos un hijo de Bartolomé, Esteban Murillo, que heredo la profesión de su padre, sin que llegara a pisar las gradas a que ascendió el autor de sus días.
Estos artistas, atraídos por las fabulosas riquezas del Perú, y ávidos de conquistar honores, llegaron al Cuzco, en donde la construcción de conventos, iglesias y otros edificios públicos, les daba trabajo remunerativo; y no se contentaron con esto, sino que también fundaron una escuela de dibujo y pintura, cuyos discípulos a su vez, emigraron a los países limítrofes.
Durante los primeros años del coloniaje, los cuadros ejecutados en América por pintores españoles, se cofunden con los hechos en España; pero en el transcurso de los años, los discípulos de aquellos aborígenes o mestizos, herederos del arte nativo, sencillo y primitivo, e influenciados por el ambiente del terruño, modificaron su tendencia artística, al quedar en contacto con el arte español, superior por muchos motivos al indígena. Forzosamente tuvieron que modificar sus conceptos, pues que todos sabemos que la tierra moldea al hombre. Por otra parte, España mantenía su comercio con sus colonias del Asia; principalmente con Filipinas, lo cual agrega un nuevo factor, que también influencia el arte regional americano.
Fusionadas, estas tres tendencias, dieron origen al que pudiéramos llamar <<Arte Americano>>.
Conclusión:
En todo caso, como ya lo hemos dicho, este arte americano, que se caracteriza por la viveza de su colorido, por la naturalidad y, por su tendencia decorativa y ornamental, y que, principalmente, estaba destinado a adornar los claustros conventuales y los templos, tiene mucho de original y creemos que este es el mejor elogio que podemos hacer de él.
Habría también error, en la pretensi6n de atribuir a este arte, solo deficiencias, puesto que tuvo cultores que sobresalieron y produjeron obras de primer orden.
Cuando al correr de los años, venga la revisión de los va lores artísticos, tenemos fe que se estimara este arte y perdurara, puesto que encierra en sí todo el sentir de aquella lejana época.
Pintores Chilenos en tiempo de la Colonia
José Manuel Ramírez Rosales (Santiago de Chile, 1804 - Valparaíso,1877) pintor chileno, educado artísticamente en Paris. discípulo, de los pintores franceses Raymond Monvoisin y Theodore-Pierre Rousseau. Destacó como paisajista y en temas marinos.
Nació en Santiago en una familia aristocrática formada por Francisco de Paula Ramírez y Gertrudis Rosales Larraín. Pariente del patriota Juan Enrique Rosales y primo hermano de Vicente Pérez Rosales. Partió con éste y un grupo de jóvenes de la sociedad santiaguina en la barca francesa "Moselle", bajo la atenta mirada de don Mariano Egaña, con destino a Europa el 17 de enero de 1825, viaje relatado por Pérez Rosales en su obra Recuerdos del pasado.
Tras vivir en Londres, Inglaterra durante seis meses, llega a París en pleno auge del romanticismo estudiando música y pintura, decidiéndose finalmente por esta segunda disciplina. Trabajó junto a Jean-Charles-Joseph Remond (1795-1875), alumno de Regnault, que había podido conducir el género del paisaje desde la sabia perspectiva
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