Pintura Romantica

La pintura romántica aparece al final del siglo XVIII y principios del XIX, que da fuerza, libertad, emoción e imaginación a las formas clásicas de arte que ya estaban establecidas; ese término surge en Inglaterra para referirse a la “Novela” y se adapta también para las artes plásticas; el periodo dura prácticamente un siglo. Los primeros años de esta etapa estuvieron dominados por la vertiente neoclásica, pero los filósofos alemanes empezaron a hablar de los subjetivo y del sentimiento que conlleva el arte en sí y se oponía al carácter de opresión de la pintura académica, así rompiendo las reglas de la composición buscando la evasión, los lugares lejanos y épocas pasadas dando le emoción y sentimiento al arte.

La obra de Turner ejemplifica esta oposición a las reglas clásicas en la obra “La mañana después del diluvio” se caracteriza por un torbellino de colores y de luz que no se puede identificar si no se lee el título. El individualismo propio de este periodo hacia que por primera vez, los pintores no trabajaran por encargo, sino por dictados de sus sentimientos, su corazón, plasmando así sus ideas y convicciones personales y subjetivas; se centra la atención en la naturaleza, en los paisajes el orden natural, la figura humana; con un enfoque más pesimista dando así a entender que el ser humano no está por encima de las fuerzas naturales.

Esta forma de pensar lleva a todos los artistas románticos a tratar de plasmar lo sublime en sus obras. También podemos encontrar mucha violencia, la lucha, el drama, la locura en muchas obras del romanticismo haciendo alusión a lo misterioso, a lo fantástico; lo macabro también aparece en estas obras gracias a la literatura alemana.

El romanticismo también se vuelve revolucionario con ideas completamente liberales, un ejemplo de aquello es una pintura que analicé en otro trabajo de este semestre “La libertad guiando al pueblo” de Eugene Delacroix cuando el rey Carlos X de Francia había suprimido el parlamento por decreto y tenía la intención de restringir la libertad de prensa, los disturbios iniciales se convirtieron en un levantamiento que desembocó en una revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales, no existió un único cabecilla; por eso Delacroix representa a la Libertad como guía que conduce al pueblo representada de una forma alegórica muy sensual y real.

En esta obra se puede apreciar la unión de clases: se representa al burgués con su sombrero de copa y empuñando el fusil, al lado un derrotado y herido que pide clemencia a Francia. Al fondo aparecen brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio francés bastante realista, a los pies de la Libertad un moribundo la mira fijamente indicándonos que ha valido la pena morir por ella.

En esta época las técnicas utilizadas variaron desde la pintura al óleo sobre lienzo, de variados tamaños, inclinándose los franceses,

...