Poesia Y Obras De Teatro Para Navidad
Enviado por • 7 de Junio de 2013 • 3.395 Palabras (14 Páginas) • 1.585 Visitas
Arbolito de Navidad
Arbolito de navidad.
Lleno de luces.
Lleno de guirnaldas.
Moños rojos.
Arbolito de navidad.
Me gusta verte encendido.
Con tus lucecitas
que titilan.
Me gustan.
Arbolito de navidad.
Me gusta armarte
Cada año,
Con mamá,
Con papá,
Y mis hermanitos.
Arbolito de navidad
Alégrame siempre.
En un rancho del chaquito
ha nacido el niño Dios
pelo chuzo morenito
ojitos puro fulgor.
La laguna San José
canta una canción de cuna
María la lavandera
lava pañales de espuma.
Anoche cayó una estrella
sobre el río Paraná
donde están los Reyes Magos
que no la han visto brillar.
Los ángeles se acercaron
entonando un chamamé
pero nadie se ha enterado
porque nadie supo ver.
En un rancho del chaquito
el milagro de Belén.
ela el Ángel de la noche
por OLIMPIA COLÓN APONTE
¿Saben ustedes porqué los ángeles tienen alas? ¿A que no adivinan? Pues para poder llegar a todos los rincones de la tierra. El ángel va de casa en casa, el ángel va de un árbol a un río, el ángel va como un pájaro de flor en flor, pero Gisela el ángel de la noche, en vez de recoger flores recogía estrellas.
Ahora se preguntaran, - ¿Como podía recoger las estrellas si solo salen de noche? ¡Ah pero Gisela! Así como era graciosa, así era traviesa, por que déjame decirles los ángeles también son traviesos. ¿Pero como? - se dirán todos. Los ángeles no deben hacer travesuras y que se lo aprueben. ¡Eso no es correcto! Pues fácil las travesuras de Gisela eran para hacer reír a todos, eran para alegrar a todos, en cada aldea, en cada jardín, en cada hogar hay un ángel, y ese ángel solo esta para atraer bendiciones. Si es una niña de ocho años que se le puede ocurrir que no sea una carcajada, un juego, o una travesura.
Gisela era toda risa, tan era así que de tanto reírse rodaba, rodaba y rodaba. Cuando no, brincaba encima de los techos de las granjas, saltaba y hacia reír de una manera u otra a todos con quien se encontraba. Si una persona tenía una pena, Gisela sacaba su carita de un arbusto a otro y al verla la persona se reía. Gisela de cabellos rojizo y con rizos tenía como misión en su vida hacer reír.
En la época que nació el niñito Jesús, a todos los ángeles se les encargo que anunciaran el nacimiento del niño Rey. Gisela estuvo pensando, y pensando como lo haría. Todos los ángeles estuvieron corriendo y volando de un lado a otro anunciando el nacimiento del niñito Jesús, pero Gisela quería hacerlo de una manera diferente, para ella era más difícil por ser un ángel tan pequeña.
De momento salto de la alegría porque su idea traería alegría a muchos niños. Gisela esa noche recogió todas las estrellas que pudo en su falda y no en una canasta como otros recogen flores. Voló de casa en casa buscando un niño o niña que durante el día había hecho bien a alguien. Un joven que hubiese ayudado a otra persona, o cumplido con gusto la tarea asignada en su hogar, por que su deber era ayudar a los mayores con las tareas. Gisela se reía complacida por que eran muchos los niños que ella encontró y a cada uno con mucho gozo le entrego una estrella y les anuncio cantando y riendo el nacimiento del niñito Jesús. Eran muchas las estrellas en el cielo, una brillaba más que las otras, era la estrella que los guiaría hacia Belén, las otras eran para repartirlas.
Una noche mientras repartía sus estrellas Gisela oyó el llanto de un niño en una casa, habían tres niños en esa casa ya dormidos, Anita una niña de nueve años trato de calmar a su hermanito. Gisela se acerco a ella por la ventana y le pregunto si estaba enfermo y le dijo que no, -es que un perrito la despertó y no he podido tranquilizarla. Gisela le dio una estrella a Anita y le dijo, - dale esta estrella y cántale y veras como se calmara. Anita noto que la estrella en la mano de su hermanito brillaba más que antes. Comenzó a cantar,
- estrellita no abandones a mi hermanito,
- estrellita, estrellita cuida a mi hermanito,
- estrellita, estrellita brilla hoy, brilla mañana, brilla por siempre
sobre nosotros.
- estrellita, estrellita que nos trae la paz,
- estrellita, estrellita, que nos trae amor,
- estrellita, estrellita, que linda eres,
- estrellita, estrellita duerme a mi hermanito.
Poco a poco Anita vio como su hermanito se dormía y la estrella se fue apagando. Después de esa noche cuantas veces volvió a llorar el niñito, Anita le cantaba estrellita, estrellita, estrellita, estrellita, y el niñito se dormía.
Gisela seguía con sus travesuras, una noche vio sentado bajo un árbol grande, un joven llamado David comiéndose una manzana. Este joven siempre estaba de mal humor. Casi nunca se podía decir que David estuviera de buen humor. Se lamentaba de esto, se quejaba de lo otro, todo tenia falta. Varias veces al pasar por este prado Gisela lo había notado y pensó, - que pena, este joven que canta tan lindo y toca la flauta con tanto amor podría ayudar aliviar las penas de tanta gente que necesitan un minuto de alegría, como seria el regalo de su música. Pero con su mal humor apenas se le acercaba la gente.
Cada noche al pasar Gisela le tiraba una estrella para inquietarlo. Él no sabia de donde venia la estrella y por un rato se quedaba mirando el cielo. Noto como brillaba una más que los demás.
Esa noche que estaba anunciando la llegada del niño Rey, decidió hablarle, tal vez hace mucho tiempo debió de haberlo hecho. Al hablarle Gisela se dio cuenta que su expresión de mal humor solo era muestra de que era un joven serio, que tenia muchas preocupaciones y le preocupaba más que a otros los problemas de la aldea y de su familia, como las personas no mostraban interés por los problemas sus quejas parecían lamentos.
Al ver a Gisela con la falda llena de estrellas, se dio cuenta de donde habían llegado las estrellas todas las noches, y le pregunto.
- ¿Tú pasas por aquí a menudo?
- Si-, le contesto Gisela.
- ¿Me tirabas con las estrellas?
- Si-, le contesto Gisela, y empezó a reírse, y a saltar de árbol
a árbol, cayó sobre David y reboto rodando sobre la grama,
- pero espero no haberte molestado, no duelen, y solo quería
Que te animaras a cantar y tocar tu flauta, y lo lograbas.
- Ahora vengo a decirte que ha nacido un niñito en Belén,
vez esa estrella tan brillosa, te llevara donde el niñito Jesús.
Tus canciones lo harían muy feliz,
...