Poesía

Las cosas siguen pasando. Siempre peor. ¿Estamos progresando como humanos?, no me refiero a lo económico, infraestructura, aumento demográfico; los sentimientos, el alma, los valores, ¿estamos avanzando en ellos? Le doy vueltas al asunto; me pongo de pie, camino en círculos en mi pequeña habitación. Recuerdo las noticas de la mañana: un hombre mató a su esposa, (ex esposa) por negarse a volver con él, la mujer presintiendo el fatal desenlace, al sentirse vigilada, dio aviso al encargado de seguridad del hospital donde trabajaba, este ni siquiera le tomo interés, salió a la comisaría fue con un agente policial, no vieron nada sospechoso, la mujer volvió a sus labores, entonces el degenerado hombre la apuñalo, la mató y luego este intento suicidarse; una mujer mató a sus dos hijos y luego ella se suicidó; en otro lugar del país un hombre prendió fuego a su esposa; una menor de edad, de apenas once años, fue ultrajada por un chofer y como resultado está embarazada; un falso taxista, dopo y violó a dos mujeres; un accidente de tránsito deja dos muertos… la lista de malas noticias sigue, noticias de sólo una semana. Trágico país en el que vivimos quisiera decir; pero no, bendito país que nos tolera aunque a diario atentemos contra su equilibrio. No nos quejemos, yo no quiero hacerlo más, busquemos la enseñanza; tengamos el valor de enfrentarnos a nosotros mismos echándonos en cara frente al espejo nuestros defectos, reconozcámoslos en el silencio de nuestra habitación y luego salgamos a hacerlo en el alboroto de la sociedad. Podemos cambiar esta sociedad; nosotros, las personas comunes, los ciudadanos de a pie.

Sé lo mal que esta nuestra sociedad, la educación moral; los niños tienen las palabras soeces en la punta de la lengua, el boca de los jóvenes son cotidianas; jóvenes sicarios, extorsionadores, violadores; autoridades corruptas; puedo seguir hasta que la tinta se me acabe. El punto es: todos criticamos, es fácil hacerlo pero, no iniciamos el cambio que tanto pedimos. Pero, me dirán, ¿yo no soy corrupto, no soy sicario, menos violador ni ladrón? Pues, hay detalles pequeños muy importantes. ¿Hablamos por teléfono mientras conducimos?, si nos dan en la bodega el vuelto de más, ¿lo devolvemos?, insultamos por cualquier cosa, cometemos y permitimos los abusos, etc. Lo que quiero trasmitir no es lo peor que estamos, no tendría sentido hacerlo creo yo, lo que busco es despertar el cambio despertándolo en nosotros; somos nosotros los portadores del cambio. Somos, todos: niños, jóvenes, adultos, ancianos, los responsables de las noticias que mencioné, seamos los responsables, también, de que noticias así no se oigan más. Creo en una sociedad distinta, creo en la importancia de la educación moral, creo en el poder de los valores para salvar nuestra sociedad.

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