Policia De Cd. Juarez

Policía de Ciudad Juárez

Brigada Listón

Narra el intérprete su día laboral, el cual es de andar colocando cinta amarilla de balizar o como muchos le dicen “Listón amarillo”, él junto con su pareja de labores son Policías Municipales y se enfrentan día a día a las escenas de crímenes que tienen que acordonar, debido a los bastantes asesinatos que se han presentado en esa semana completa, y el cual está esperando a su Comandante para darle su informe.

Además narra el cómo es que llego a ese puesto, ya que él estaba comisionado al Mercado Cuauhtémoc, en la zona Centro de la Ciudad de Juárez, junto a la Presidencia Municipal, y en aquellos días lo cesaron y le dieron 15 días de arresto, según por negarse a hablar con claves de la Policía, lo cual no le gustaba hacerlo, ya que no le gustaba ponerle números a todo, ya de regreso de su castigo, su Comandante Hinojosa por pura tirria lo comisiono a poner los listones amarillos de PRECAUCION-NO PASE-POLICIA, en cada escena de algún crimen y como es que hace dos años tiene de pareja a una mujer, que para él era denigrante, el tener a una mujer de pareja.

La “Brigada listón” dice que en menos de un ano creció y le pusieron a dos Agentes más, bajo sus órdenes para cubrir las 24 horas y ahora es conocido como el “Comandante Amarillo” y a su pareja como la “Teniente Cinta”. Y así se convirtieron en la brigada con más trabajo y presencia en la corporación y la Ciudad, ya que en todas las escenas de crímenes que se cometen en Ciudad Juárez, son los únicos que no faltan para poner la cinta amarilla una o dos veces al día, pero en estos días la han puesto por lo menos diez veces al día, salen en el periódico y televisión, haciendo su trabajo.

Saliendo de la estación Babicora, le pedirá a Ruth que lo acompañe al súper a comprar su dotación de latas de huitlacoche, le gusta mucho ese hongo, en el norte no sabe cómo se conoce, con él puede guisar pechugas a la Moctezuma, un platillo que probo en Las Mercedes, en Morelia, Michoacán, cuando tenía catorce años y andaba de vago por toda la república, desde entonces lo enloquece ese manjar azteca, pero le da pena ir solo de compras al súper, así que le va a decir a Ruth que lo acompañe, al cabo es compa.

J-55

Estaba por entrar a su casa cuando recibió una llamada de su Comandante Elizondo, el cual le pregunto por las novedades y si “habían dejado lo de siempre”, informándole que nada más en cuatro casos; en lo de los muchachos de Pase del Triunfo de la Republica, en los de la camioneta Lobo, en la pareja que cazaron en Parajes del Sur y en las cinco cabezas encontradas en el Valle.

Entro a su casa, se fue directo a su biblioteca recamara y prendió su pantalla de plasma de 42’ pulgadas, la cual se había regalado en navidad, allí estaban pasando el noticiero donde transmitían una entrevista con el Gobernador de Chihuahua, en donde se quejaba de un atentado en su contra.

Empezó a recordar su niñez, donde el cual nació en la zona del Arroyo Colorado, un sector bravo y de mucha “alcurnia” callejera, era de las calles Níquel y la Javier Mina y había una esquina que quedaba en el limbo a la cual le pusieron la J-55, como le llamaban a un líquido de frenos que vendían en las gasolineras y los locos del barrio lo usaban para ponerse hasta las manitas, decía. El proceso de la modernidad llego a las calles donde vivía a la edad de 8 años, dice que se pusieron a pavimentar las calles de la colonia, su mama y todas las vecinas cuidaban con recelo que nadie pisara o pasara por las calles recién pavimentadas, hasta hicieron una inauguración oficial cuando terminaron, una pequeña kermes, donde había tacos de barbacoa, tostadas untadas con frijoles y repollo, flautas, enchiladas y burritos, pusieron unas cartulinas en donde se les invitaba a todos los vecinos a limpiar sus banquetas, para que toda la manzana se viera más bonita, empezaron a convivir y todos los chavalillos a jugar los juegos típicos.

Era una zona peligrosa en donde vivía y por la cual pasaba un arroyo que en los días de lluvia arrastraba de todo, bajaba desde los cerros con agua chocolatosa y se veía pasar desde muebles hasta animales, dice que un día le toco ver como bajaba una vaca toda espantada con sus ojotes llenos de miedo y ahora esa imagen la ve en los ojos de los ejecutados que todos los días le toca acordonar.

Se prepara para dormir y piensa en los huevos estrellados acompañados con frijoles y una porción de huitlacoche, que desayunara al siguiente día.

La Ruth

A Ruth Romo, se la impusieron, porque su pareja anterior había fallecido de un ataque al corazón, mientras hacia el amor con su esposa, a Ruth le tenía un poco de reserva, ya que es una mujer bastante atractiva y tenía antecedentes de que era una bola de lumbre, ella y su familia venían de un pueblito de Durango, es Lic. en Ciencias de la Comunicación, cumpliendo los 23 años se embarazo y caso con el Capitán de policía Gerardo Alderete, pero este desapareció porque era informante de La Regla, la mafia que opera localmente y es parte fundamental del cartel Paso del Norte, esta se extiende por todo el territorio mexicano y parte de Latinoamérica.

Los carteles que se disputaban la ciudad son los de la gente del Chavo Gaitán y los de La Regla, dicen que cuando se desapareció el Capitán Alderete, iba junto con su hijita de un año de edad, llamada Rocío del Mar, el Capitán salió un domingo a comprar menudo para desayunar, cuando la niña, desde su cuna le extendió los brazos y se la llevo, desde ese momento Ruth ya no supo más de ellos, ya pasaron más de cinco años desde que se desaparecieron y piensa Ruth, que su hija ya no la va a reconocer, cuando ve a niños por la calle, se suelta a llorar por lo de su hija.

Ejerció poco su carrera, porque cuando se casó la sacaron de trabajar, pero después de la desaparición de sus seres queridos tuvo que buscar trabajo y lo encontró en un periódico llamado El Norte, pero duro muy poco porque era muy acosada por todos, luego se fue a trabajar a Radio NET, una radiodifusora, pero paso lo mismo subían los acosos y fue hasta que el Comandante Elizondo le dio cobijo en el Departamento de prensa de la policía, en las oficinas de Seguridad Pública Municipal, la puso de secretaria, pero seguía con el mismo acoso sexual por parte de los burócratas y no tuvo más remedio que pedir su cambio a las calles, como agente policiaco, ya que no quería perder su trabajo, porque no tenía otro sustento, ya que el Presidente Municipal le negó la pensión y el seguro de vida de su esposo.

Una mañana el Comandante Elizondo, cito a Faraón González a su oficina, él pensaba que le iban a dar un

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