Politicas Publicas
Enviado por juliethsa • 3 de Febrero de 2014 • 1.954 Palabras (8 Páginas) • 246 Visitas
INTRODUCCION
Latinoamérica y particularmente Colombia, no están preparadas para asumir el reto histórico de proyectar al 2021 metas educativas e índices de cumplimiento, que pretende de manera loable establecer la Organización de Estados Iberoamericanos a través de sus Ministerios de Educación, en la consecución de una sociedad con cobertura educativa, con calidad e incluyente, pero la realidad nos muestra que si seguimos impartiendo una educación basada en la competitividad, fría y pragmática con un modelo pedagógico tradicional, no podríamos ni siquiera acercarnos a dicho cumplimiento; por consiguiente el presente ensayo pretende acercarse a una visión de los bicentenarios, relacionando la situación actual de la educación y cuál podría ser un camino para conseguir un avance en la consecución de las metas.
A la educación no podemos verla aisladamente, es parte de una integralidad multidimensional, que tiene efecto cascada, de tal manera que en nuestros países con tantas carencias, se debe contribuir a disminuir significativamente la pobreza, como un compromiso que sea expresión de unión, solidaridad y trabajo conjunto de los países Iberoamericanos, quienes compartimos condiciones limitadas de inversión en educación.
¿LA CALIDAD EDUCATIVA ACTUAL, PERMITIRÁ QUE CUMPLAMOS LOS INDICADORES QUE SE PROYECTAN PARA EL 2021 SOBRE EL TEMA?
Los bicentenarios son considerados para algunos, como una oportunidad para que Latinoamérica avance en el campo educativo, a través de la articulación con las políticas de Estado, contempladas en los Planes Nacionales de Desarrollo, que permitan alcanzar unos indicadores de accesibilidad, calidad, como factor decisivo para llegar a la meta de una sociedad fundamentada en la inclusión y en la cohesión social, permitiendo contribuir a disminuirlos índices de pobreza de las comunidades vulnerables, de las poblaciones afro descendientes y de las diferentes etnias en Latinoamérica, para formar lo que han denominado la “cohesión educativa”. Frente a esto, se necesita una integración de los Estados nación para que desde el subcontinente, se comience a crear un espacio en bloque que coadyuvea la consecución de estas metas, sin depender necesariamente del apoyo económico de países más desarrollados como se plantea, puesto que en tiempos de globalización, al sistema le interesa formar personas para la competencia de manera pragmática.
Para proyectar las metas educativas al 2021, necesitamos analizar su situación en la actualidad y es ahí donde el tema de la “calidad y equidad en la educación”, toma relevancia, porque si tenemos en cuenta que se basa en la medición por competencias, estas tienen una estructura que obedece a intereses particulares de preparar hombres para la re-producción de un sistema, es decir de una formación económica social capitalista en su máxima expresión, formando individuos con visión economicistapreparados para competir en un mercado global, pero también entre ellos mismos, donde no hay cabida para cumplir con las expectativas laborales de mano de obra barata, lo que incrementa el ejército de desempleados.Otro trasfondo de la educación por competencias es limitar el acceso a la educación de calidad, porque se pretende priorizar la eficiencia, eficacia y pertinencia sí, pero de las personas que le sirven a los intereses neoliberales y por ende al mundo global, que corresponden a las familias adineradas, de tradición de poder, mientras que la inversión para cumplir con las metas propuestas en educación para los sectores populares al 2021, no es la suficientey esto impediría la finalidad de la educación: y es que sea inclusiva e integral con carácter crítico y solidario
En cuanto a la intensión ideológica, de la educación actual por competencias, promueve e impulsa a la gran mayoría a que sometan su concepción, su conciencia, dentro de la cotidianidad, a ver “normal” un sistema de explotación que se basa en el mercado y en la sociedad de consumo que mediante modelos pedagógicos como el constructivista se enfocan en una educación sin sentido social, ni humanista, ni solidaria; pero si tomamos un enfoque educativo por competencias, estas deben apuntar a construir una sociedad justa, autónoma y con autodeterminación, donde la calidad debe ser consecuente con las necesidades reales de los territorios y que acaben con la brecha entre la educación impartida entre el campo y la ciudad, entre la educación pública y privada, porque hablar de direccionamientos nacionales o internacionales en términos educativos, no garantizaría su aplicabilidad en las regiones, por ejemplo en Colombia las necesidades educativas de la región Pacífica, son diferentes a las de la región Atlántica, los niños y jóvenes del Pacífico se enfrentan a la mala calidad del docente, a su falta de compromiso donde ni siquiera cumplen los horarios establecidos, no hay actualización de conocimientos. Esto sumado a la pobreza extrema y al abandono por parte del Estado, ha conducido a que las cifras de trabajo infantil se incrementen, pues para los padres, saber que su hijo “trabaja” en las minas en la modalidad de “vaquería” (en la explotación del oro, la tierra que depositan como sobrante de las excavaciones, es esculcada por los niños para encontrar algo del metal, que es vendido a los dueños de las minas a bajo precio, zafándose de cargas prestacionales) y se retire de la Institución educativa, se ha constituido en algo normal.
Ahora bien, si hablamos de calidad de los docentes en la actualidad, debemos referirnos a la falta de compromiso de los mismos, en asumir una posición de reflexión, crítica pero a la vez propositiva del problema que vive el sector educativo. Las reivindicaciones no pueden quedarse sólo en el mejoramiento de las condiciones salariales, que si bien son merecidas, también se debe luchar por exigir calidad educativa en actualizaciones, perfiles que correspondan a licenciaturas de las áreas, ya que la aceptación de otras profesiones como docentes que no cumplen con los requisitos de formación en pedagogía, no permiten obtener un avance en el diseño de currículos y metodologías. No podemos conformarnos con que este tipo de iniciativas se establezcan con base en el centralismo, hay necesidad de aplicarlas a políticas públicas desde las regiones, de tal manera que los recursos
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