Política educativa nacional: leyes, reglamentos y normas
Enviado por AliciaCruuz93 • 15 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 9.539 Palabras (39 Páginas) • 434 Visitas
3.1.2. Política educativa nacional: leyes, reglamentos y normas
La comprensión de la naturaleza educativa de la década implica la realización de tres cortes históricos, centrados en el Plan Nacional de Desarrollo, del gobierno de los presidentes José López Portillo (1976-1982); Miguel de la Madrid Hurtado (1982 1988) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).
1980-1982: Cierre del Gobierno del presidente José López Portillo
Al inicio de la década, las prioridades se centraron en crear empleos, mejorar las condiciones de la industria, ser un país con autosuficiencia alimentaria, ampliar la red de comunicaciones y mejorar los sistemas educativo y de protección social. Para lograr estos propósitos, se diseñó el Plan Global de Desarrollo en 1980, con la intención de fortalecer un país en pleno crecimiento. En este contexto de planeación de las políticas públicas, la Dirección General de Educación Especial (DGEE), se sumó a la filosofía educativa del secretario de Educación Pública, Fernando Solana (1978-1982) y a los planteamientos centrales del Plan Global de 9Desarrollo.Este fue el compromiso que asumió al instante de su nombramiento como Directora General de Educación Especial, Margarita Gómez Palacio, una mujer con enorme preparación, doctora en Psicología, alumna de Jean Piaget y quien pocos años atrás había regresado de Suiza para dedicarse en Monterrey, a realizar investigaciones sobre el desarrollo del aprendizaje infantil desde la perspectiva psicogenética, con el fin no sólo de conocer su evolución sino de poder detectar la patología en estas áreas, en niños con “problemas en el desarrollo y el aprendizaje”.
Esta filosofía sostuvo principios tan fundamentales como advertir que el desarrollo ha de ser de las personas y no de las cosas; por lo tanto la educación constituía el factor fundamental de dicho desarrollo.
Las autoridades educativas, actuaron convencidas de que el progreso de un país se mide por la oportunidad que tiene su población de informarse, de aprender y de enseñar, por su capacidad de producir, su libertad para juzgar la estructura social y política en que vive, además de tener la posibilidad para transformarla. De perderse esta perspectiva, se corría el riesgo como nación, de construir un país poderoso por su riqueza petrolera, pero con un bajo índice de desarrollo humano.
Al mismo tiempo, se impulsó la idea de que una nación desarrollada es aquella cuya población es capaz, culta, responsable y solidaria. En síntesis, significó formar niños y jóvenes a través del mejoramiento humano; es decir, la educación como medio y fin para ser mejor ciudadano.
Bajo estos principios, la educación se convirtió en un proceso de desarrollo, en la medida que actúa para fortalecer valores, trasmitir conocimiento, crear conciencia, posibilitar una alta productividad y capacitar al individuo para su autodeterminación.
Este concepto de desarrollo en las condiciones culturales, sociales, políticas y económicas del México de los años 80, orientó a esa política educativa, cuya ejecución se llevó a cabo a través de cinco ejes rectores: mayor conciencia, participación cívica para alcanzar las metas, solidaridad, organización para la acción y mayor productividad.
En este escenario, se comprendió que la política educativa del país consistió en el arte de abrir posibilidades y no como el arte de lo posible.
No olvidemos que la política educativa al inicio de la década se enmarcó en un plan global, a través de objetivos que orientaron y ordenaron el programa educativo del gobierno federal y que aspiraron a: ofrecer la educación básica a toda la población; vincular la educación terminal con el sistema productivo de bienes y servicios socialmente necesarios; mejorar la atmósfera cultural; fomentar el desarrollo del deporte y aumentar la eficiencia administrativa del sistema educativo.
Congruentes con la Reforma Administrativa, el proceso permanente de restructuración del sector educativo requirió de la actualización y expedición de disposiciones jurídico-administrativas para normar, regular y fortalecer su funcionamiento. Se establecieron leyes, decretos y disposiciones en materia de desconcentración, delegación de funciones y coordinación, al igual que la expedición de los Reglamentos Interiores de la Secretaría de Educación Pública de los años 1980 y 1981.
De manera explícita, el objetivo programático de “asegurar la educación básica a toda la población”, agrupó ocho programas prioritarios, siendo el octavo donde se enmarcó la razón de ser y del quehacer de la Dirección General de Educación Especial en la década
La meta establecida en el Plan Global de Desarrollo 1980-1982relacionada con el Programa de Atención Educativa de la Población “Atípica”, proyectaba proporcionar en 1982 educación especial a 110 mil niños y jóvenes que por presentar alguna alteración orgánica, psicopedagógica o social, estuvieran impedidos de continuar sus estudios e incorporarse a las instituciones educativas regulares.
La tarea de la Dirección General de Educación Especial quedó plasmada en el Reglamento Interior de la Secretaría de Educación Pública, divulgado en el Diario Oficial de la Federación el 4 de febrero 10de 1980. En el artículo 18 de dicho reglamento, se reconocía como responsabilidad de la Dirección General de Educación Especial:
Proponer normas pedagógicas, contenidos y métodos para la educación especial; y difundir los aprobados; verificar que las normas pedagógicas, contenidos y métodos aprobados para esta educación se cumplan en los planteles de la Secretaría; formula disposiciones técnicas y administrativas para la organización, operación, desarrollo, supervisión y evaluación de los servicios a que se refería este artículo.
Una tarea central que le dio un amplio reconocimiento en el país a la Dirección General de Educación Especial consistió en organizar, desarrollar, operar, supervisar y evaluar la educación para niños y jóvenes atípicos que se impartía en los planteles especializados de la Secretaría y al mismo tiempo, la promoción y aprobación para el establecimiento de servicios de educación especial de los sectores público y privado destinados a la atención de niños y jóvenes atípicos.
Otras acciones fundamentales y de alto impacto de la DGEE, consistieron en llevar a cabo investigaciones para el desarrollo y la superación de las tareas de la educación especial y fomentar las que efectuaran los sectores público y privado; el diseño y desarrollo de programas para la superación académica del personal docente de la Secretaría que impartía educación especial y la divulgación y sensibilización dirigidas a la comunidad nacional para la mejor comprensión de los “atípicos”.
Las tareas plasmadas en el Reglamento Interior de la SEP, definieron la política educativa de la Dirección General de Educación Especial y activaron una época de esplendor y crecimiento para la educación especial en el país, al tiempo que se fortaleció con el nuevo Reglamento Interior de la Secretaría de Educación Pública de 1981, publicado en el Diario Oficial de la Federación, del día 20 de enero de ese año.
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