Porque aún en medio de la tempestad, nos negamos a perder la esperanza.

Venezuela tierra de gracia

Porque aún en medio de la tempestad, nos negamos a perder la esperanza.

Venezuela, dicho con toda la fe del mundo, es un país privilegiado, lleno de tantas hermosuras, que al crearlo Dios debió estar enormemente feliz. Todo aquel que ha tenido el privilegio de conocerla queda tan impresionado de su belleza, para muchos el paraíso en la tierra, con tanta luz y verdor, por eso, por su gente tan amable y hermosa, y por muchas otras bendiciones  brota de nuestros corazones esta frase: Venezuela tierra de gracia.

Realmente Venezuela, posee innumerables potencialidades, no solo inmensas riquezas, sino que además es un país muy hermoso, cuenta con un sol inapagable en toda la extensión de sus costas, desiertos y médanos hermosísimos donde las arenas descansan nuestros pies, llanuras extensas donde el horizonte se va perdiendo a medida que se apaga el día, y casi se escucha el chirriar del sol apagándose al sumergirse en las lagunas, selvas llenas de ríos caudalosos que corren cual serpiente en medio de los bosques . Todas las tardes Dios se despide de nosotros en los crepúsculos de Lara y adormece nuestros sueños con el guiño sublime del relámpago del Catatumbo.

Pero en la Venezuela de hoy nos enfrentamos a inmensos retos para convertir lo hermoso y productivo de este país en algo positivo para todos, se ha perdido tanto en el camino de la búsqueda de nuevos horizontes que muchos han olvidado el rumbo, hace falta reconstruir para hacer de nuestra Venezuela el país que era antes, el del reencuentro y la convivencia, retomar el sentido de la democracia. A pesar de todo, los venezolanos no hemos perdido ni la fe ni la esperanza y sabemos que debemos trabajar muy duro, para superar y recuperar a la Venezuela que un día fue la mano amiga que cobijó muchos hermanos extranjeros, la tierra de oportunidades, la próspera, la que añoramos .

Hoy por hoy se vive un ambiente de incertidumbre, inseguridad, es como haber caído en un pozo sin fondo, no se llega aún a tocarlo; vivir en Venezuela se ha convertido en un “sobrevivir”, ya el venezolano no se detiene a  pensar en el hermoso país que tiene sino en cómo salir a flote en esta marea tan pesada que se lleva nuestros sueños, nuestras familias, nuestros amores a otros destinos. Es triste que ahora el deseo de muchos es estar en otra parte y no en Venezuela, a diario hay hogares separados , muchos han tenido que irse buscando un mejor futuro, otros faltan gracias a la inseguridad y la delincuencia, a  muchos se los lleva el desabastecimiento de comida, medicina y la falta de servicios de salud pública, dejando una ola de tristeza que nunca en la historia olvidaremos; mientras algunos dicen que todo está muy bien ante el resto del mundo, lo cierto es que Venezuela está dando patadas de ahogado tratando de no terminar de hundirse, no se rinde.

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