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Prologo al proyecto nacional alternativo de educación y cultura


Enviado por   •  28 de Enero de 2013  •  Ensayo  •  1.704 Palabras (7 Páginas)  •  549 Visitas

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PROLOGO AL PROYECTO NACIONAL ALTERNATIVO DE EDUCACIÓN Y CULTURA 2012.

La lógica del pensamiento instituido es un claro ejemplo del pensamiento unidimensional y que esto sea lo que regule la política educativa y la propuesta pedagógica oficial es una verdadera desgracia nacional; pero revisando la historia de las idea, ante lo instituido siempre se le ha opuesto lo instituyente, es decir, el pensamiento crítico, libre, irreverente y alternativo generado dese las condiciones de resistencia cultural de aquellos atrapados en la estructura del poder institucional y sus efectos. En este pensamiento, que no siempre aflora en la mayoría del magisterio, se pueden encontrar los indicios de una identidad de clase, por el origen social que caracteriza al magisterio como sector y gremio. Cuando algunos integrantes del mismo, de una u otra manera, reconocen estas estructuras de poder y se atreve a confrontarlas desde las lucha de sus diferentes tipos de reivindicaciones, la masa amorfa de un sector social cobra la dimensión de sujeto político, de sujeto para sí, lo que le permite hacer su propia lectura de la realidad y construir explicaciones. Es así como el pensamiento único comienza a agrietarse. Esto es lo que hemos venido haciendo los contingentes de los tres Congresos Nacionales de Bases (2008 a 2011 que, como sujetos políticos que analizan su realidad y desarrollan nuevas tácticas dentro de una estrategia histórica de lucha desde nuestra identidad de clase. Esto es lo que somos quienes suscribimos el Programa Nacional Alternativo de Educación y Cultura (PNAEC), documento que asumimos como una herramienta de lucha en permanente construcción; tal es la razón de la presente edición 2012.

Los funcionarios del sector educativo que se asumen a sí mismos como profesionales al servicio del Estado, olvidando aquel lema de que la educación debe estar al servicio del pueblo, están convencidos que sólo el intelecto oficial que ellos representan es el correcto, ya que normativamente han sido facultados para aplicarlo al elaborar los diversos materiales pedagógico y didácticos emanados de los planes y programas de estudio, los contenidos curriculares, la normatividad para la gestión escolar y para la evaluación, criterios que de manera vertical se imponen para que los trabajadores de la educación los reproduzcamos entre los alumnos, los padres de familia, los propios colectivos docentes y demás integrantes de las comunidades donde están establecidas las escuelas de educación básica.

Cuando menos desde la fundación de la SEP, esta relación laboral-profesional del magisterio de educación pública ha sido siempre así, caracterizada por un proteccionismo subordinante propio del Estado Benefactor, incluso en sus épocas de crisis, sin embargo, con el debilitamiento del aparato del Estado como uno de los ejes fundamentales del modelo económico neoliberal en nuestro país, lo antes mencionado se ha venido transformando, lo que se expresa en los nuevos discursos para definir la identidad del maestro.

Se le considera trabajador al servicio del Estado para asegurarse de que aplique verticalmente la materia de trabajo que este le impone, es decir, su discurso educativo. Se le define como facilitador de los procesos de aprendizaje en el aula desdibujando el sentido y contenido científico de su intervención pedagógica, y se le pondera como profesional de la enseñanza, en un ejercicio de preparar las condiciones subjetivas para la fácil aceptación de la llamada “nueva cultura laboral” que trastoca los beneficios y derechos ganados como trabajadores. Lo que se proponen es que prevalezcan las condiciones de subordinación laboral y profesional, pero sin los derechos ganados como trabajadores ni el ejercicio pleno de nuestra identidad como educadores, profesión que no se puede meter en el mismo saco de las profesiones tradicionalmente llamadas liberales, es decir, que ejercen sus conocimientos mediante el pago que los clientes hacen por sus servicios, porque históricamente, la nuestra ha sido una práctica social medular para desarrollar las habilidades éticas e intelectuales de la población y por lo tanto un bien público. Con el discurso neoliberal de la sociedad del conocimiento, que hace del conocimiento una mercancía más de la economía de libre mercado quieren disociar absurdamente la relación sujeto que conoce-objeto de conocimiento y ambos convertirlos en mercancía regulada bajo sus leyes.

Quienes nos identificamos con la premisa de generar una educación para el buen vivir para todos, como dice el PNAEC, nos asumimos como educadores populares con plena conciencia de que educar es el acto de humanizar y los humanos no estamos en venta. Quienes se identifican con el slogan de “vivir mejor” asumen el falso discurso de un humanismo centrado en el individualismo y la competencia (aunque sea desleal, asentada en el manipulador supuesto de la equidad), desde el falso discurso del éxito personal asociado al enfoque educativo de las competencias para aprender a convivir en las actuales condiciones del siglo XXI ( sin cuestionar el dogma de la injusticia como dice el Curso Básico 2012, respetando el “Estado de derecho (aunque sea corrupto), las leyes (aunque sean modificadas para legalizar la injusticia), con actitud de tolerancia (que sustituye la idea de respeto y hace que prevalezca una versión moderna de resignación) y eficiencia y eficacia para resolver problemas en diferentes situaciones, que no es otra cosa que hacer cada

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