¿QUÉ es la microbiota intestinal?
Enviado por Ana Lopeez • 20 de Junio de 2018 • Tesis • 11.077 Palabras (45 Páginas) • 167 Visitas
El término microbiota designa un conjunto de microorganismos que residen en un entorno ya dado. Los seres humanos tenemos grupos de bacterias en diferentes partes de nuestro cuerpo: en la superficie y en las capas más profundas de la piel (microbiota cutánea), en la boca (microbiota oral), en la vagina (microbiota vaginal), entre otras.
¿QUÉ es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal (anteriormente llamada microflora intestinal) es el nombre que recibe hoy la población de microbios que habitan en nuestros intestinos
Nuestra microbiota intestinal contiene 100 billones de microorganismos, incluyendo como mínimo 1.000 especies diferentes de bacterias que comprenden más de 3 millones de genes, 150 veces más que en el genoma humano. De hecho, la microbiota intestinal puede pesar hasta 2 kg. Por otra parte, un dato relevante es que solo un tercio de nuestra microbiota intestinal es común a la mayoría de la gente, mientras que los otros dos tercios son específicos en cada persona. En otras palabras, podríamos describirla como el carnet de identidad personal, ya que es única a cada individuo.
¿DÓNDE podemos encontrarla?
¿POR QUÉ es importante?
¿CUÁNDO comienza a desarrollarse?
¿CÓMO evoluciona?
Microbiota intestinal: información relevante
Encuentros de formación continuada
en el arte de sanar - 8
10 de noviembre de 2017
Abordaje humanista y energético
de la alimentación
Impartido por Dr. José Luis Padilla
Índice
Meditación 1
Alimentación = veneno 1
El mago estó-mago en nuestra ayuda 11
Zu San Li 12
Canal de estómago 13
Canal principal 13
Ramas secundarias 14
Lo transversal 16
Lo longitudinal 16
Manipulación en 40E 17
Canal superficial 17
Canal profundo 19
Gran Lo de estómago 19
Canal de intestino grueso 20
Canal principal 20
Rama secundaria 21
Lo transversal 21
Lo longitudinal 21
Canal superficial 22
Canal profundo 22
La microbiota 23
Tratamiento energético 30
Como siempre, empezamos con unos minutos de meditación.
Meditación
Nos disponemos con una posición de quietud. Con la espalda erguida, los hombros relajados; que los brazos caigan libremente hacia las piernas, con las manos abiertas mirando hacia arriba.
Respiren despacio, y tomen como referencia el abdomen.
Dejen que transcurra la imagen, la idea, ese pensar repetitivo, reincidente que dificulta lo creativo, lo novedoso. Ese pensar que limita, que se establece. Dejen que transcurra, empújenlo hacia otro nivel, y se permita así tener un espacio vacío. Un espacio vacío que se puede prestar a cualquier improvisación. Un espacio de arte, de belleza.
Recientemente se ha descubierto que los alacranes del desierto no tienen ningún interés en emigrar a Nueva York.
Los deseos inconfesables —pero que evidentemente uno mismo se confiesa— perjudican seriamente la caída del cabello.
En el 99% de los casos, cada vez que un ser humano piensa que las cosas son de una manera, está equivocado.
Antes de llenarse esta sala había en ella una hormiguita. Ahora la sala está llena. ¿Podríamos saber dónde está la hormiguita? ¿Alguien o algo en el universo sabrá que nosotros estamos aquí? Éste es el famoso teorema de la hormiguita.
Los canguros no necesitan cartera.
Cualquier parecido de esta meditación con una meditación formal es pura casualidad.
Como hemos vivido en este tiempo meditativo, cuando el vacío o la vacuidad se establecen, florecen cosas irrazonables, aparentemente. Por lo menos, damos un descanso a la razón, que es como un serrucho, una sierra que sierra, “y esto es por esto y esto es por esto”, y es aburridor. Por eso, pensar dónde puede estar la hormiguita distrae, hasta el punto que hace que nos riamos. Sobre todo en esta comunidad humana, que cada vez es más seria, más dramática, más terrible, más preocupante. Por ejemplo, ahora que hemos descubierto que existe Cataluña. Con la de veces que he ido a Barcelona y nunca me había enterado. Y el flequillo, que yo nunca sabía que los flequillos eran tan famosos. Pero son cosas que pasan y que pasarán.
Alimentación = veneno
Bienvenidos a este nuevo encuentro, que nos reúne en torno a algo que, de momento, en nuestra especie es necesario, fundamental, universal, actual e imprescindible, que es comer.
Los que tenemos la oportunidad de comer, habitualmente, todos los días, léase desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, que dicen que es muy aconsejable comer cinco veces, aunque sea poco, permanecemos en un peso siempre por encima del normal, pero hay cientos de millones de personas que no tienen esa oportunidad. Lo que sí se ha demostrado científicamente es que el que no come —salvo alguna excepción— es como el burro del Tío Floro, que se acostumbró a no comer y se murió.
La alimentación, la digestión, lo que significa todo ese proceso es necesario: desde que nacemos y empezamos como mamíferos hasta los que se empeñan en desencarnarse y se consumen con un gota a gota o no les apetece comer y ya no son viables, vemos que es una evidencia que necesitamos del alimento. Y ha llegado un punto en el que se ve que los trastornos ligados a la alimentación producen una serie de problemas no solamente digestivos sino que se extienden a otras partes del organismo. Igual que los trastornos bucales (caries, gingivitis, enfermedad periodontal, que ya padece todo el mundo según los dentistas) repercuten en toda nuestra economía. Y a lo mejor un dolor de cadera está producido por un molar superior izquierdo que está infectado, y quitas la muela o la arreglas y se quita el dolor de cadera. ¿Y qué tiene que ver la boca con la cadera? Pues tiene que ver, y se sabe (y lo hemos publicado en una de nuestras revistas) que hay una correlación entre las diferentes piezas dentales y los órganos y entrañas y sus funciones.
Esto significa que cualquier microsistema (orejas, nariz, ojos, dedos) tiene toda la información y el diseño de lo que somos en general.
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