QUEHACER DOCENTE E INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

QUEHACER DOCENTE E INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

En el ámbito educativo existen muchas creencias y debilidades que frenan al docente hacer investigación en su quehacer. Entre las creencias se tiene que solo los eruditos pueden hacer investigación, pensando que hacer investigación es solamente crear tecnología, cuando en realidad es lograr hallazgos que ayuden a la humanidad a vivir mejor, y el medio más idóneo para conseguirlo es la educación, aseveración que lo ratifica el informe a la UNESCO por la Comisión presidida por Delors en 1996. También tenemos muchas debilidades, entre ellas por ejemplo, nuestra formación profesional que viene de universidades que están centradas en una enseñanza influenciada por el positivismo, a razón de esto Domínguez (2005, p.14), profesora de la Universidad Iberoamericana de México, señala que el positivismo “tuvo gran influencia en la forma de concebir y diseñar la curricula de formación docente.” Interpretando a la misma autora, dice que todo esto hizo que la forma de abordar los problemas educativos, la investigación educativa y la profesión docente en sí estuviera empapada y fuera caracterizada hasta hace poco tiempo por una racionalidad lógico-matemática; y no obstante que hoy predomina la visión de la docencia como una realidad compleja que no puede ser entendida en toda su amplitud a través de la racionalidad técnica, existen aún docentes que enfrentan y buscan resolver los problemas que se presentan en su práctica mediante la aplicación de fórmulas y técnicas, como si la docencia fuera cuestión de recetas para aplicar en diferentes situaciones.

Esto genera problemas en la eficacia y eficiencia del profesional. Los estudiantes y egresados de la carrera de educación, se les imparten conocimientos sobre ontología, epistemología y metodología útiles para su desempeño laboral, pero de manera teórica y mecánica, no llegando a la reflexión de estos conocimientos para aplicarlos de manera exitosa en su quehacer educativo, (impidiendo ello la investigación de su realidad y mejorarla para su bien y el de sus alumnos).

Lo planteado, conlleva a sugerir a las universidades que deben realizar restructuraciones e innovaciones en su curricula, que permitan a sus estudiantes conocer la teoría pero que también la lleve a la reflexión de las mismas para su aplicación en su futuro desempeño.

Una vez que los docentes entendamos que la teoría no es solo para conocerla e interpretarla sino que también es necesaria ponerla en práctica para comprender los problemas educativos y buscar soluciones a los mismos, entonces podremos reflexionar y comprender que la educación además de tener como objetivo la transmisión de conocimiento, este es uno de sus objetivos es cierto, pero hoy en día, en nuestro mundo moderno, en este mundo tecnológico, le corresponde a la educación contribuir también a la preparación del cambio de los conocimientos, y es precisamente aquí donde debe intervenir el maestro desde la escuela hacia la sociedad, pues la sociedad no podrá progresar sin ese cambio de cultura que genere la educación, ya que su progreso se basa sobre el invento de nuevos medios de acción sobre la realidad; por consiguiente, las cambios deben prepararse sobre una educación adecuada. Para el logro de este objetivo es indispensable la formación en la reflexión del maestro, en donde tenga presente

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