Que Cruel Venganza

Comenzaba anochecer y no era una de esas noches que parecía que fuera a salir la luna ya que las nubes tapaban el cielo cubriéndolo de negro y de ellas caían unas gotas de enorme tamaño.

Ere el mes de abril y era normal la noche que se avecinaba, pero para ella a sus miedos le tendría que añadir la negrura que afuera se veía; estaba convencida de que cada noche se acercaba a su cama un ser que ya no existía, su “esposo”.

Cuando él se suicidó su matrimonio no iba bien “quizás ella no estaba enamorada de él y llevaba una doble vida”. Pues ella había conocido a otro hombre y ese hombre era el que ocupaba su corazón.

Su esposo sospechaba y a escondidas la perseguía y le rogaba que no lo dejara. Una noche su esposo la vio con otro hombre quien era su amante; el descargo su ira y la ofendió delante de todas la personas que allí se encontraban. Mientras tanto ella intentaba por todos los medios ser amable con él pues se sentía culpable de sus acciones. En una conversación él le decía que si ella lo dejaba él se suicidaría.

Y así lo había hecho pues se tiro desde la ventana de su casa cuando ella se dirigía a esta para hablar por última vez; pues el la había convencido para que regresara a casa y cuando vio por la ventana que se acercaba se lanzó de está quedando en sus pies.

Ese imagen nunca se le olvidara, desde ese día está en tratamiento psiquiátrico pues sus nervios le jugaban malas pasadas. Desde ese momento su vida dio un gran giro, si eso fue lo que buscaba su esposo lo había logrado.

Su amante la abandono, diciendo que lo que ella estaba pasando lo superaría pero por otra parte. Ella estaba de baja muchas veces pues de su trabajo la echaron “su esposo le hubiera encantado ver su situación”. Ahora está viviendo en una casita fuera de la ciudad; la casa era pequeña rodeada por un bosque y alejada de los demás, por lo que ella tenía aún más miedo si es podía tener más.

Cada noche espera el fantasma de su esposo, le había sido infiel y ahora se lo hacía pagar. Su fantasma venia cada noche a su lado ella permanecía acurrucada en su cama con los ojos abiertos, pues no deseaba dormirse; pero el sueño le podía y su esposo aparecía a los pies de su cama.

El la miraba fijamente con cara de odio y rabia se veía pálido y sin gracia cuando él se le acercaba ella empezaba a grita aterrada y él se reía sin parar como un loco.

Se alegraba de su miedo y estaba gozando después de muerto al parecer iba a estar mucho tiempo a su lado destrozándole la vida como él pensaba que ella se la había destrozado a él siéndole infiel, pues se la estaba cobrando.

Ella permanecía es su cama esperando a no dormirse tenía todas la luces encendida y el televisor también pues así ella se sentía acompañada. Ya amaneciendo sus ojos empezaron a cerrarse, se quedó dormida; el volvió aparecérsele al lado de su cama

...