¿Que Relación Existe Entre El Reconocimiento Del Otro, El Discurso Y La Educación?
Enviado por hugofernandezpar • 3 de Noviembre de 2012 • 1.504 Palabras (7 Páginas) • 1.165 Visitas
Hugo Fernández Pardo
Seminario: Discurso Alteridad y Escuela
Profesor Gabriel Lara Guzmán
¿Que relación existe entre el reconocimiento del otro, el discurso y la educación?
¿Se trataría, entonces, de una cuestión
de orden moralizante y moralizadora,
o bien de una cuestión de naturaleza
jurídica y de establecimiento de derechos
o bien, finalmente, de una cuestión
de orden ético, de responsabilidad,
de acogida y de atención al otro?
Carlos Skliar
El cuidado del otro
La relación entre reconocimiento del otro, el discurso y la educación debe ser una relación ética.
Una ética que es inexpresable, inefable, trascendental; que tiene que ver con el asombro, con la admiración; entendida desde su estatus: el sentido, el significado y sus posibilidades de existencia o no existencia, en un “cara a cara” con la realidad. Realidad que es el “otro” que es inexpresable porque es místico, estético y fundamentado en la voluntad como sujeto “metafísico”¹ y único. La ética que exige una actitud ante un mundo indescriptible mediante una acción voluntaria que no tiene la posibilidad de no cumplirse; “la voluntad como sujeto de la ética se pone como limite del mundo. Es ella la que amplia o reduce el mundo según su buena o mala actitud hacia él… el acto dela voluntad no es una experiencia, lo que se puede mostrar no se puede decir” ética que debe ser testimonio de una tendencia del espíritu humano. (Alfonso Tamayo, La Ética En Wittgenstein)
Por eso la pregunta se debe convertir parcialmente en una afirmación: es una cuestión de orden moralizante y moralizadora, por ende, es una cuestión de orden ético, de responsabilidad, de acogida y de atención al otro. No puede ser una cuestión de naturaleza jurídica y de establecimiento de derechos ya que estos se han convertido en herramientas para incluir discriminatoriamente al “otro” en la totalidad, totalidad que lo categoriza, lo niega, lo margina, que no lo reconoce; totalidad sin alteridad. Se trata de que “El encuentro con el otro será, entonces, un encuentro ético” donde aparece el “rostro del “otro” que nos da siempre que pensar porque este tiene ojos que se pueden ver, pero que también nos ve y nos hace comprender que este “otro” con “rostro” no es una cosa más, sino alguien con estatus real que cuestiona el acontecer dentro de la totalidad, es la irrupción del otro (Enrique Dussel, filosofía de la liberación latinoamericana).
La ética implica el “cuidado del otro” como una doble necesidad, esto es, la de pensar el otro por sí mismo, en sí mismo y desde sí mismo, y la de establecer relaciones de ética.”. Relación ética donde el discurso juega un papel esencial en el reconocimiento del “otro”, pues no se trata de una educación con un discurso que transmita el conocimiento donde la verdad o la realidad se revela o se experimenta y verifica a través del método científico o mediante la razón de talante seguro e irrefutable, fuera de toda temporalidad y contexto. (Joan- Carles Mèlich, la sabiduría de lo incierto) La realidad o la verdad no existen en estas condiciones sino es en un contexto temporal y espacial en donde el “otro” no se forma sino que se transforma en una relación de alteridad en un encuentro “cara a cara” en donde “a cada relación de alteridad, a cada conversación, a cada encuentro, todo puede cambiar, todo puede volver a comenzar, todo se hace transformación, todo se recubre de un cierto misterio, todo conduce hacia la llamada de un cierto no-saber.”. Por eso nos debemos plantear la tarea de encontrar nuevos lenguajes y dimensiones que tornen posible un mayor acercamiento entre maestro, estudiante y los contenidos de enseñanza, asumidas desde la alteridad; la cual debe ser entendida como “algo muy diferente de aquellas relaciones definidas a través –y pretendidas como– de calma, de quietud, de empatía, de armonía, de tranquilidad, de no-conflicto.” (Carlos Skliar - El cuidado del otro) “El termino “alteridad” se aplica al descubrimiento que el “yo” hace del “otro”, lo que implica el surgir de una amplia gama de imágenes de ese otro, del “nosotros”, así como visiones múltiples del “yo”. Tales imágenes, más allá de las diferencias, coinciden todas en ser representaciones —más o menos inventadas— de personas antes insospechadas, radicalmente diferentes, que viven en mundos distintos dentro del mismo universo”. Alejandro Chavarría octubre 20, 2005
El cuidado del otro debe estar liberado del conocimiento heredado que pone al “otro” “en un lugar de poca jerarquía, de poca trascendencia, de poca entidad” lo que implica la necesidad de una educación ética que
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