Rasgos Y Etica Del Liderazgo
Enviado por CarlaAdy • 16 de Mayo de 2013 • 6.834 Palabras (28 Páginas) • 2.513 Visitas
Rasgos y éticas del liderazgo
LOS RASGOS DE PERSONALIDAD Y EL LIDERAZGO
La investigación que dio origen a dicha teoría se denominó método del gran hombre y buscaba identificar que atributos poseen los buenos líderes.
PERSONALIDAD Y RASGOS
Los rasgos son características que distinguen a las personas. La personalidad es una combinación de rasgos que definen el comportamiento del individuo. La personalidad de alguien influye en su comportamiento lo mismo que las percepciones y las actitudes y tiene bases tanto genéticas como ambientales. Los genes influyen en su personalidad pero también los amigos, la escuela y el trabajo. Conocer las diferentes personalidades ayuda a explicar y predecir la conducta y el desempeño en el trabajo de la gente. Hay muchos métodos para clasificar la personalidad, el modelo de las cinco grandes dimensiones de la personalidad es el más aceptado para clasificar la personalidad.
MÉTODO DE LAS 5 GRANDES DIMENSIONES DE LA PERSONALIDAD
En este método los rasgos se clasifican dentro de alguna de las dimensiones siguientes:
Emocional
: Dentro de esta dimensión están los rasgos de liderazgo y extroversión. Las personas con marcados rasgos de emocionalidad quieren siempre hacerse cargo de la situación y quienes no la poseen prefieren ser seguidores y no rivalizar o no ejercer su influjo en nadie.
Empatía
: En esta dimensión están los rasgos de armonía interpersonal, Quien es tiene una personalidad con rasgos de empatía marcada son sociables, dedican la mayor parte de su tiempo a la gente y cuentan con muchos amigos.
Ajuste:
Esta dimensión comprende rasgos de estabilidad emocional. Con estable nos referimos al autocontrol, la tranquilidad (resistir la presión, estar tranquilo, seguro y ser positivo) y la tendencia a elogiar a los demás. Con inestable aludimos a alguien que no tiene control (no resiste la presión, se muestra nervioso, inseguro y negativo) y que critica a los otros.
Escrupulosidad:
Esta dimensión comprende rasgos relacionados con el logro, la credibilidad, la accesibilidad y la organización. La gente con este rasgo se caracteriza por trabajar arduamente y conceder tiempo y esfuerzo adicionales para cumplir con los objetivos y lograr buenos resultados.
Apertura a la experiencia:
Esta dimensión comprende rasgos relacionados con la disposición a cambiar y probar cosas nuevas.
PERFILES DE LA PERSONALIDAD
Los perfiles de personalidad son características tipológicas que identifican rasgos individuales acentuados y débiles, se emplean para clasificar a la gente y predecir resultados positivos en el trabajo. Cuarenta por ciento de las organizaciones aplican pruebas para determinar si una persona tiene el perfil de personalidad que necesitaría para poder esperar que de buenos resultados laborales.
¿Qué es lo que hace a un mal líder?
Arrogante, ‘sabelotodo’ y distante, algunas de las características.
La manera más importante, y tal vez la más frustrante, en que algunas personas se convierten en malos líderes, es por suponer que lo saben todo. Pueden informar cómo funciona el mundo, qué es lo que piensan los ejecutivos de una corporación, cómo es que algo andará mal si usted intenta hacer esto o lo otro, y por qué es imposible cambiar inclusive una iota de un determinado producto. Esos jefes hasta saben qué clase de automóvil usted debería manejar.
¿Qué caracteriza a un mal líder?
En ocasiones, esos personajes se fortalecen en su arrogancia debido a algunas experiencias positivas. Pero por lo general son simplemente víctimas de su mal carácter. Y como resultado, también usted y su compañía se convierten en víctimas, pues esos personajes no son solamente insoportables: también son peligrosos.
Ellos no escuchan, y esa ‘sordera’ impide que nuevas ideas sean escuchadas, debatidas, ampliadas o mejoradas. Ninguna persona, sin importar su inteligencia, puede llevar una empresa a la cima por su propia cuenta. Para eso se requiere que cada voz sea escuchada. Y el líder que cree saberlo todo generalmente crea un silencio total.
Si ese tipo de sabihondos son insufribles, otro tipo de líderes son también peligrosos por lo poco que aportan. Estamos hablando de jefes que se distancian emocionalmente de sus empleados. Se sienten más cómodos a puertas cerradas, que lidiando con su equipo.
Si bien esos líderes remotos asisten a reuniones y a otras funciones a las que están obligados por su cargo, prefieren quedarse mirando a las computadoras. Y cuando resulta posible, todo ese complicado asunto con el personal es delegado a gerentes de recursos humanos cuya oficina está en otro piso.
Al igual que los sabelotodos, este tipo de líder es peligroso, pero por una razón diferente. Ellos no se comprometen. Y por lo tanto, no logran inspirar. Ese es un problema grande. Los líderes, después de todo, necesitan obtener seguidores para concretar sus tareas. Y los seguidores necesitan pasión para alimentarse.
Una tercera categoría de malos líderes está compuesta por jefes que son desagradables, insensitivos, prepotentes, o las tres cosas a la vez.
Esa no es una manera de administrar una empresa y, por eso, ese tipo de líderes suelen autodestruirse. Tal vez, no ocurra tan rápido como usted espera. Pero, a menos de que sean propietarios de la empresa, eso ocurre eventualmente.
Y el tipo siguiente de mal líder está en el otro extremo del espectro: se trata de aquel que es demasiado gentil.
Esos jefes carecen de la capacidad para adoptar decisiones duras. Dicen sí a la persona más insignificante en su oficina, y luego pasan horas tratando de eliminar la confusión que han creado. Tales jefes suelen defenderse diciendo que intentan crear consenso. Lo que ocurre, en realidad, es que tienen miedo. Su agenda real es la auto preservación.
Eso conduce a una versión final del mal liderazgo: el de los jefes que carecen del coraje de diferenciar. Lo cierto es que no todas las oportunidades de inversión son iguales. Pero algunos líderes son incapaces de enfrentar la realidad. Por lo tanto, distribuyen sus recursos como el queso en la pizza, algo en cada parte.
Como resultado, prometedoras oportunidades de crecimiento no reciben la infusión de dinero y de personas que necesitan. Si lo hacen, alguien podría resultar ofendido durante el proceso de asignación de recursos. Alguien tal como el gerente de una compañía débil, o el patrocinante de una dudosa propuesta de inversiones.
Los líderes que no saben
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