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Rescatar La Cultura En B.C.S.


Enviado por   •  26 de Junio de 2015  •  1.322 Palabras (6 Páginas)  •  212 Visitas

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Unida al macizo continental por decenas de kilómetros, la península de Baja California genera un brazo de tierra de más de 1 800 km de longitud. Colonizada por grupos nómadas que enfrentaron condiciones hostiles para el surgimiento de asentamientos populosos, la falta de monumentos o sitios arqueológicos tradicionales hacen pensar que la región estuvo deshabitada o poblada por humanos poco creativos o indolentes. Con la colonización española se le dio importancia a la zona por la abundancia de productos naturales útiles para sufragar las constantes expediciones, abonar a la riqueza de la corona y como sitio de avanzada en la búsqueda de nuevos territorios. La época jesuita trajo a Sudcalifornia los primeros asentamientos sociales de cierta magnitud, además de personajes que se interesaron por contar los últimos momentos de la época antigua. Territorio de rancherías, polos de desarrollo en ciudades con puerto, desarrollo económico desigual y condiciones de supervivencia han caracterizado a un estado social y políticamente joven que se ha convertido en uno de los más pujantes de la federación. La cultura en Baja California Sur, de manufactura propia o adquirida con la llegada de inmigrantes nacionales o extranjeros, requiere de mayor apoyo.

Las características geográficas, su condición de “casi ínsula” y las políticas centralistas que México ha desarrollado a lo largo de su historia han ocasionado que Baja California Sur sea un estado aislado, más cerca del extranjero que del nacional. El efecto del aislamiento, la distancia y la falta de visión de los gobiernos centrales han generado en sus habitantes una sensación de desatención, indefensión y, por qué no, de olvido. Una propuesta moderna para realizar el quehacer cultural en el estado debe considerar que la región del noroeste mexicano es muy amplia – territorialmente – y diversa – socioeconómicamente. Que las condiciones de vida en Tijuana, Hermosillo o Culiacán difieren de las que puedan disfrutarse en La Paz o Los Cabos. A la par de una mayor inclusión de la sociedad civil en la administración, promoción y divulgación de la cultura, debe considerarse la posibilidad de otorgar mayores apoyos (becas, infraestructura, capacitación, eventos entre otros) y de considerar al estado como plaza imperdible en la cotidiana batalla de generar una cultura.

“la cultura como una estrategia central en el proceso de regeneración del entorno, no solo puede llegar a generar beneficios económicos a partir de la creación de empleos e ingreso, sino que puede modificar patrones de comportamiento a nivel comunitario generando cohesión social como herramienta para el estímulo de las aspiraciones colectivas e individuales” (Rish, 2005: 6).

La Constitución política de los estados unidos mexicanos otorga garantías que permiten la realización o expresión cultural, el goce de tales actividades y la libertad para hacerlas o no. A nivel supranacional, México ha suscrito convenios y acuerdos en el mismo rubro. Baja California Sur trabaja – tarde por cierto – en una ley estatal para la cultura, documento que se ha sometido a diversas discusiones. El estado cuenta con un instituto que coordina las tareas del quehacer cultural y se ha vinculado con sus pares en la región y a nivel nacional. Los cinco municipios, en mayor o menor forma, tienen definida la manera en que administran y ejecutan dicha tarea y con la operación de oficinas o direcciones intentan atender las diversas actividades que se generan al planear, apoyar y promover la creación, difundir la oferta, ofrecer la experiencia o garantizar los recursos para llevar a cabo las operaciones implícitas.

Propongo entonces, una avenida de conciliación en el establecimiento de una política de desarrollo que incluya explícitamente un componente cultural. En ese sentido, se aprovecharían los recursos culturales como un mecanismo de crecimiento económico, pero a partir de la inclusión de una política que evite la comercialización banalizada de las tradiciones locales para el turismo, y reconozca el rol de los habitantes locales en la definición de los valores culturales locales. En ese contexto se sugiere lo siguiente:

a) Identificar el patrimonio cultural tangible e intangible y las condiciones para su conservación. Al presente hay una percepción gubernamental de la cultura local, expresada en las actividades económicas artesanales realizadas por los sudcalifornianos, como atractivo turístico, pero no hay una previsión respecto a su continuación en un escenario de aumento y diversificación de la población y de

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