Reseña Relato, Discurso y Narración.
Enviado por Nigame123 • 29 de Mayo de 2016 • Reseña • 2.284 Palabras (10 Páginas) • 543 Visitas
RESEÑA CRÍTICA
RELATO, DISCURSO Y NARRACIÓN
A modo de introducción
Este texto tratará de tocar ideas de varios autores lingüistas o semiólogos que han intentado buscar y estructurar el discurso como un lenguaje particular. Se basará en la estructura de Barthes e intrínseca en ella se encontraran los aportes de otros autores de rasgos similares y que se encuentran en concordancia con las ideas del mismo.
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En primera medida se hace necesario clarificar las diferencias entre discurso, narración y relato, porque aunque normalmente se tome o se asuman sinónimos, estos son algo distintos. El Discurso es una suma de componentes como la retórica, la gramática, la lingüística, el texto y otros que se mencionarán adelante. La Narración funciona como la producción de un discurso en un momento espacio-temporal, y finalmente el Relato que designa el enunciado narrativo, al discurso que asume la relación de un suceso o de una serie de sucesos.
El relato es el texto narrativo más antiguo (que siempre ha sido sostenido en narrativas y por medio del discurso), pues empieza y continúa con la historia misma, es de ella y por ella (yo diría que en realidad es ella), por ello en este documento se expresará indefinidamente historia y relato con el mismo fin. No existe ni existirá sociedad alguna sin relatos o historias. La cultura es lo que mide a una sociedad y la aglomera como una tal, y esta se forma con base a los relatos que trascienden históricamente entre sus partícipes.
La Antropogonía da cuenta clara de ello, pues es la clase relato de carácter mítico-religioso sobre el origen del hombre, su creación o surgimiento y por extensión de su cultura. La eterna necesidad de entender o suponer un inicio en el ser humano ha sido y siempre será una narrativa que aunque en el mundo físico no esté presente, si está en el relato, en la maravilla de las palabras que forman un meta-verso o mundo de las ideas en cualquier narración.
Relatar es inherente del ser humano, quien necesita contar sus experiencias. Los hechos narrados se convierten inmediatamente en relatos que en el plano psicológico componen el trascender del ser humano. Sus historias trascienden y ellos a su vez.
Entre la infinidad de relatos existentes se hace necesario establecer un modelo estructural del mismo, Una Lengua Del Relato, como lo plantea Barthes que establezca una composición en la acción narrativa de las historias.
La acción narrativa como una cadena coherente de acontecimientos, aconsejado por leyes de sucesividad y causalidad que aún son o están en el viento, pues son teorías que no están estructuradas de una manera definitiva.
En el interés de la narración de la historia es el entendimiento de ella, el producir sentido, que ha sido el tópico del cual se ha ocupado la lingüística, desde planos fonéticos, fonológicos, gramaticales y contextuales.
Son los niveles del sentido aquellos encargados de definir en un relato visto no como una masa de proposiciones incoherentes, sino como una composición de tres factores fundamentales: funciones, acciones y narración.
Las funciones vistas como unidades mínimas narrativas que no se presentan de forma indefinida o ineficaz, sino siempre como un elemento importante. La unidad lingüística (palabra) es la mayor y la más importante expresión del lenguaje, pero en el relato es más importante lo que este connota, su función.
En el discurso no se presenta la entropía o un ruido que no tenga sentido, sino que todo, aún silencios, interjecciones y onomatopeyas cumplen un factor dentro del relato, si en algún momento se precede de una unidad lingüística o aparece una que no exprese nada, este momento será catalogado como veleidad, o capricho.
Podemos clasificar así, entonces, un discurso del relato en dos momentos que se complementan dentro de la historia, llamados por Barthes: Núcleos y Catálisis. Núcleos son aquellos momentos dentro de la historia que se componen de una proposición clara que expresa un síntoma, mientras que catálisis será aquel momento en el que no demostrará un mensaje propositivo, o quizá ningún mensaje (como una veleidad). La diferenciación se podría categorizar como dos momentos uno como descriptivo (núcleos) y otro como interpretativo (catálisis).
Una catálisis crea la necesidad de agruparse con al menos un núcleo para que este no pierda su secuencia narrativa, pero los núcleos, en cambio, si pueden prescindir de la catálisis, pues aunque faltasen ellas, el texto tendría aún un relato que contar.
Ahora, bien cuando ya se ha estructurado el relato con sus funciones determinadas, estas compondrán lo que Barthes llama La sintaxis funcional; para ser más claros, la composición general de lo que sus funciones en concordancia representan.
La sintaxis funcional estudia el relato desde su estructura secuencial, pues este cumple con una sucesión de secuencias que Strauss llama el armazón, el cual es un modelo que ofrece al discurso una unidad narrativa y estructura su contenido.
En este armazón se puede encontrar implícito, aunque no textual un antes y un después a los que categoriza como dos secuencias extras en las que el actante (como llama Greimas a los personajes, per ce a su teoría actancial) actúa como mediador para que de ese modo suceda un contenido invertido que está fuera de la isotopía del texto y uno afirmado que vendría siendo el causal del texto.
Estos contenidos pueden encontrarse en el antes o en el después puesto que la narrativa puede comenzar del fin al inicio o del inicio al fin, como es común en las obras literarias actuales.
Dentro del armazón se encuentra lo que Greimas llama el mensaje que contiene dos particularidades isotopías, una situada en el panorama del nivel discursivo y otra a nivel estructural.
A nivel narrativo o discursivo el relato usa a un héroe que es mediador entre un antes y un después y a nivel estructural el texto crea sus propias isotopías pues estas no son teóricamente conocidas.
Isotopía entendida como las relaciones del sentido, de información que enlazan elementos concomitantes como hipónimos de un hiperónimo o un holónimo de un merónimo; un ejemplo podría ser –el beso- y sus semas o elementos de isotópicos serían: la pasión, sensualidad, amor, etc. Que aunque no funcionen como directamente relaciones únicas del beso, si crea unas atmosferas más o menos disponibles en la comprensión de la narrativa. Existen relaciones isotópicas, de palabras, frases y también entre secuencias.
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