Resumen libro lucero

Rubén Olmos era hijo de un antiguo arriero que trasladaba ganado a petición de su patrón hacia la cordillera.

Para Lucero el subir la cordillera con nieve  no es cosa nueva, ya llevaba 11 año haciéndolo, pero si Ruben Olmos estaba asombrado pero le dice q su compañero que si están juntos no están solitos.

Rubén olmos es baqueano antiguo ciencia que aprendió junto a su padre desde pequeño, labor que se le confió cuando su padre falleció. Comenzó a acompañar a su padre desde los 15 años. Las advertencias de su padre eran siempre no mirar hacia abajo. Labor que cumplía siempre con éxito.

Rubén tuvo que domar a Lucero desde pequeño por lo que solo Lucero dejaba que el lo cabalgara. Desde pequeño formaron un gran lazo de unión y amistad.

Para Rubén Olmos cresterías de los andes eran los lugares propicios en el que se sentía adaptado y se entendía muy bien con su caballo Lucero. Las subidas a la cimas de la cordillera era muy duras no solo para Rubén, sino, también para Lucero. El frío intenso de la cima hace cualquier cosa sea buena para cobijarse.

Sin lograr acapar un poco el frio y viento, Rubén solo logra divisar cerros a todo su alrededor solo divisaba un águila como si fuera dueño de todo lo existente allá arriba.

Vuelve a mirar hacia todos lados y no logra divisar a sus otros cuatro compañeros que salieron antes que el asumió que le habían tomado mucha ventaja. Siguiendo camino comenzó a ver lugares que el eran familiares: la cueva del león, la puntilla del cóndor, la quebrada negra. Rubén pensaba que sus compañeros lo podía estar esperando en el refugio el Arriero. El sendero se volvía mas imprecisa y hasta podría perderse una persona que no conociera el lugar. El no se dejaba engañar y sabía que esas huellas llevaban a la tierra cuya.

A medida que asciende la vegetación cambia de color, se vuelven mas duras y retorcidas para soportar las duras tormentas. Espinos, romerillos, quiscos filudos. Ya la soledad se vuelve mas blanca y honda cosa que le da serenidad y el sol que aparece le da un poco de calor en medio del viento. Ahora el escenario se vuelve en un suelo pedregoso.

El paso del buitre tiene su leyenda: no puede ser atravesada en viernes Santos sin que ocurran desgracias. Su padre le había contado casos ocurridos como reses y caballos tragadas por las simas. El sendero de este paso es el más impresionante puesto que solo tiene 80 centímetros de ancho(entre el muro de rocas y el abismo). La tradición era disparar dos tiros al aire por si otro viajero venía en la misma ruta y así no toparse de no haber un retorno se proseguía el camino, al salir de esta parte angosta a pocos pasos venía otro viajero de frente. El muy molesto le reclama porque no había avisado, a lo que respondió: fue usted el que no respondió a sus tiros dijo Rubén con serenidad y le muestra su pistola con los dos tiro lanzados al aire. Lo ocurrido fue que ambos dispararon al mismo tiempo por ello no se escuchó el retorno del otro viajero. Solo podía pasar un caballo, lo que significaba que debían decidir quien perdía el suyo. Al lanzar una moneda al aire, Rubén resultó perdedor por lo que comenzó a quitar todo lo que lucero llevaba sobre su lomo. Rubén consultó si había visto a cuatro arrieros más y el desconocido le indicó que se encontraban en el refugio esperándolo.

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