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Resumen libro maravillas


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  616 Palabras (3 Páginas)  •  247 Visitas

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La mirada de su madre

Ben no sostuvo la curiosidad  por saber quién era su padre esta vez a froto  a su madre y a pesar de saber cómo le afectaba no dudo en sostener la pregunta. Su madre sorprendida  decidió llevarlo al  lago y contarle todo. —Ben Perdí el ojo izquierdo como resultado de una infección—

Fui infectada por una bacteria de una enorme agresividad, que no pudo ser controlada con medicina y llevó a los doctores a plantear la extracción del ojo como la única alternativa posible. 

La intervención quirúrgica se hizo sin ningún contratiempo. Pero cuatro días después empecé a sentir un dolor que se fue incrementando hasta volverse insoportable. El diagnóstico que hizo entonces el médico fue lo peor: se trataba de una infección severa que avanzaba agresivamente y que se había tomado la retina. Desesperada, decidí cambiar de hospital y someterme, en un intento por salvar el ojo, a una segunda cirugía. Al día siguiente —recuerdo, era un sábado—, los médicos me informaron que no había sido posible salvar la retina y que por lo tanto no volvería a ver por el ojo izquierdo. Pensé entonces que todo pararía ahí, que tendría que resignarme a estar sin visión y acostumbrarme a leer por un solo ojo, no me imagina estado un día en la biblioteca sin leer algún libro. Sin embargo, la infección seguía sin que la medicina diera resultados, a pesar de las enormes dosis que me aplicaban. Estaba frente a la amenaza.

Tener la muerte así tan cerca me aterrorizó. Se Me vino a la mente tú hermosa cara, que ni siquiera sabías lo que me estaba pasando. Pensaba en mi reciente matrimonio, en lo difícil que había sido asumir esta dificultad con Daniel pero mi problema no para  ahí Daniel  cada vez se alejaba de mí, no sentía apoyo del  mi condición de recién casada, casi en luna de miel se fue a pique  y Daniel decidió dejarme  sin ninguna razón, —Ahora entendía por qué se le salían las lagrimas cada vez que preguntaba por papa—mi única fuerza en ese monte eras tú Ben. Así que  continúe afrontando mi situación, pero devastada frente a los argumentos del médico de extraer el ojo, como único camino de salvación, no dude en tomar la decisión. Sin pedir algo de tiempo para reflexionar, sin recibir otra opinión, autoricé la extripación del ojo.

No puedo describir la impresión que sentí cuando me retiraron las vendas y tuve que enfrentarme a un ojo vacío, allí, en plena cara. La sensación devastadora de lo que no tiene reversa, de lo irreparable. No pude llorar. Porque tú estabas ahí, quería que  vieras mi valentía. Mi tragedia, decidí no contárselo a nadie solo lo sabía yo y mis libros.

Entonces empezaron a llegar los cambios físicos. Debía adaptarme a una manera completamente distinta de apreciar el mundo. De un momento a otro había perdido el sentido de la profundidad, lo que significaba una dificultad grande para bajar las escaleras de la biblioteca, para ordenar las mesas o llenar una ficha técnica de un libro. Lo más triste de todo era el dolor de cabeza que me producía la lectura. Y la lucha con los espejos: hubiese querido romper todos los que había en casa.
Recurrí a todos, con una mezcla de vergüenza —era mostrar a cada uno de estos mi secreto, mi dolor, mi indefensión— y de esperanza —en la ilusión de hallar un artesano que tuviese la capacidad hacer un ojo de cristal.

El tránsito para aceptarme fue largo, años de silencio y recogimiento. Pero aquí estoy  en la biblioteca y contigo que  son mi inspiración cada día.

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