Revolución Mexicana: ¿Cambio trascendental?

Revolución Mexicana: ¿Cambio trascendental?

        La historia de un país es determinante de su futuro. El pasado de las naciones forma parte esencial para el desarrollo del presente y la visión del futuro. ¿Cuál sería el destino de un Estado que no conoce sus fracasos o sus victorias? Una patria que no sepa los antecedentes que la llevaron a ser lo que en la actualidad es, una comarca que desconozca la causa de su amargura o la razón de su éxito. Estudiar el pasado y analizarlo ayuda a  evitar repetir los errores que nuestros ancestros cometieron por falta de conocimiento. El estudio de la historia de una perspectiva patrimonial de una nación te lleva al hombre a convertirse en patriota, que es el que conoce las hazañas de sus héroes, los hitos, y los acontecimientos relevantes que marcaron al país y como este se fue desarrollando hasta la actualidad. Si se conoce la historia y se evaluamos a su perfección, los hombres como sociedad pueden vivir a máxima capacidad. Solo hay que imaginar un mundo en el cual no hayan existido esos grandes pensadores, ni los filósofos, ¿Como seria la vida en sociedad sin las aportaciones a las ciencias que aquellos grandes hombres realizaron? Conocer la historia es clave de cómo manejar las situaciones a futuro, ya que así se puede poseer una guía de técnicas para lograr un objetivo, objetivo que seguramente ya ha sido buscado por generaciones pasadas. La instrucción de las circunstancias y razones de los sucesos es básica, no solo el saber cuando ocurrieron con fecha exacta, sino el porqué pasaron y sus causas intimas. Existe un viejo dicho realizado por Jorge Santayana, naturalista italiano del siglo XIX, que nos ilustra sobre el tema: “Quienes no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo". En conclusión, podemos afirmar que el no estar informado sobre el pasado de la tierra natal puede causar grandes catástrofes, como la repetición de un error mortal que haya causado grandes pérdidas y sufrimientos a la ciudadanía.

        La historia mexicana es muy rica. En el país del nopal han existido diversos tipos de acontecimientos que nos han llevado a lo que somos hoy. Tanto buenos, como malos. Así como sucesos, también han existido numerosos personajes de extrema importancia, cuyos actos definieron el destino de su pueblo. México ha tenido contacto con diversos países tanto en su régimen político como en su economía, algunos de estos Estados fueron España, Francia, Estados Unidos de Norteamérica, Guatemala entre muchos otros. Los hechos que han ocurrido en nuestro país han ayudado a determinar no solo el futuro político o económico del mismo, sino también la identidad de su pueblo. Un ejemplo de esto sería la conquista de México por parte de Hernán Cortes y sus soldados, si este hecho no hubiese ocurrido, entonces nuestra herencia cultural, religión y lengua materna no fuese la española, pues a pesar de que existe una mixtura entre la cultura de Hispania y la nativa de Mesoamérica, hemos de admitir que gran influencia han tenido, y seguirán teniendo, aquellos tripulantes blancos y barbones que vinieron en búsqueda de tesoros y la evangelización de los pueblos. Otro ejemplo más podría ser la independencia de México, puesto que provoco la expulsión de los peninsulares y la generación del mestizo como identidad mexicana, así como también creo la muy mencionada igualdad ante la ley para todos los hombres, hecho respaldado por numerosos documentos como “Los Sentimientos de la Nación” de José María Morelos y Pavón, y también es reconocida como una de las misiones más importantes del ejercito trigarante, creado por Agustín de Iturbide. A pesar de todo esto, el objeto de este ensayo es el destacar los cambios positivos, negativos, trascendentales o intrascendentales que tuvo la Revolución Mexicana, acontecimiento de gran importancia el cual en el año 2010 es celebrado el bicentenario de su inicio, pero lo que no sabemos fue cuando dio fin.

       La educación pública en México que garantiza en el artículo 3° de nuestra Carta Magna,  “Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, al menos en sus niveles más básicos y obligatorios, tiene como costumbre, tradición o quizás prescripción, en enseñar las lecciones relacionadas con la materia de Historia desde un punto de vista en el cual se puede hacer una clara comparación entre en que posición se encuentra el mal y cuales el bien, todo en función de que no existan grises o confusiones entre ambos, siempre tratando que las descripciones de los personajes o “héroes” protagonistas de la evolución de México como país sean positivas, dándoles excelentes cualidades, buenas intenciones y geniales iniciativas, siempre procurando otorgar o reconocer, dependiendo de la situación, un ficticio mejoramiento en cuestión de las situaciones pasadas.

        ¿Cuál es la finalidad de engañar a la juventud mexicana en este ámbito? El poder crear un sentimiento de identificación nacional, que nos una con nuestra patria, así como también el idealizar la trayectoria de México como país en constante cambio y mejora. Siempre es bueno que los ciudadanos se encuentren a favor incondicional de su país, pues a los gobernantes les ahorra muchos problemas relacionados con el futuro del mismo. La mente humana es de fácil infección por datos o circunstancias que no se han sujetado al filtro del razonamiento, si no se piensan, asimilan y juzgan entonces es inminente la aceptación de declaraciones como verdaderas sin tener la necesidad de conocer evidencias o pruebas que motiven este hecho. Esto se suscita en cualquier momento de la vida del hombre: es influido sobre cómo vestir, actuar, pensar y hablar mediante la mercadotecnia y las ideas dominantes que existen en la sociedad. Cuando decimos que un niño fue criado por el desarrollo para conocer los caracteres de su lugar de origen, los niños se encuentran con deficiencia en su sistema de organización de criterios y aprobación de los mismos, abiertos a las bacterias mentales. Los infantes son incrédulos por naturaleza y consideran toda palabra de un mayor como absoluta verdad. Por lo tanto se encuentran en la mejor edad para ser engañados y timados, para que a futuro no quede ninguna duda de lo que saben y aprendieron en su infancia son solamente declaraciones verídicas de conocimientos y experiencias ajenas.

        Los “héroes” revolucionarios, como son conocidos en la actualidad, fueron personas comunes y corrientes, que contaban tanto con virtudes como con defectos (en muchas de estas ocasiones los defectos eran más numerosos.), pero se les defiende porque representan en gran parte una forma base de la identificación mexicana del ciudadano con los que le rodean. En el extranjero, el mexicano estereotipo es visto como un dibujo un tanto torcido de un revolucionario, no solo en sus características físicas, sino también en su manera de vestir, pensar y hablar. El revolucionario “representa”, por unanimidad desinformada, el mexicano del ayer, el que dio paso al moderno. Lo que el mexicano no sabe, es que la mentalidad del mexicano del ayer, como este se considera, no es más que una copia un poco menos urbana.

...