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Rol Economico Del Sector Gubrnamental


Enviado por   •  24 de Abril de 2013  •  2.671 Palabras (11 Páginas)  •  391 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Defensa

Universidad Nacional Politécnica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana

Núcleo Bolívar – Extensión Upata

Teoría y Política Fiscal

Economía Social Sección 06-01

Upata, Abril de 2013.

El papel del gobierno en la economía

El gobierno en general, son las autoridades que dirigen, controlan y administran las instituciones del Estado el cual consiste en la conducción política general o ejercicio del poder del Estado. En sentido estricto, habitualmente se entiende por tal al órgano (que puede estar formado por un Presidente o Primer Ministro y un número variable de Ministros) al que la Constitución o la norma fundamental de un Estado atribuye la función o poder ejecutivo, y que ejerce el poder político sobre una sociedad.

El gobierno no es lo mismo que el Estado, está vinculado a éste por el elemento poder. El gobierno pasa, cambia y se transforma, mientras que el Estado permanece idéntico. En ese sentido, el gobierno es el conjunto de los órganos directores de un Estado a través del cual se expresa el poder estatal, por medio del orden jurídico. Puede ser analizado desde tres puntos de vista: según sus actores, como un conjunto de funciones, o por sus instituciones.

Economía es la ciencia social que estudia las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual y colectivo de la sociedad.

El papel del Estado en la economía, fue planteado nítidamente y resuelto en principio por el filósofo y economista JOHN STUART MILL en 1848:

En las circunstancias particulares de una época o nación dadas, es deseable e incluso necesario que todas las cosas realmente importantes para el interés general las tome el gobierno a su cargo, no porque las personas privadas no puedan realizarlo, sino porque no lo harán. En algunos tiempos y lugares, no habría carreteras, puertos, canales, obras de riego, hospitales, escuelas, imprentas, a no ser que el gobierno los estableciera, porque los ciudadanos o son demasiado pobres para movilizar los recursos necesarios o no tienen experiencia en empresas colectivas para ser capaces de hacerla…

Para ponerlo en pocas palabras: el papel del Estado en una sociedad democrática con una economía de mercado es subsidiario, es decir, tiene que hacer (construir, organizar, gastar) todo aquello que, siendo necesario para el bienestar y la prosperidad de la comunidad, los individuos particulares, por sí solos o agrupados en empresas y relacionados en mercados, no lo pueden hacer, ni se puede razonablemente esperar que lo hagan, como, por ejemplo, construir un puente, establecer un cuerpo de bomberos, o lanzar una campaña de vacunación contra la polio.

Lo esencial del principio de subsidiaridad es que el Estado no debe meterse en todas las actividades sociales, como un Estado providencia o paternalista, que lo hace todo para sus ciudadanos, a quienes trata como si fueran menores de edad, dando y exigiendo. Esto puede tener sus ventajas, pero también serios inconvenientes, que perjudican normalmente a la democracia, a las libertades individuales, aparte de que las situaciones que crea no son sostenibles por mucho tiempo.

Pero el principio de subsidiaridad implica también que el Estado no puede simplemente laisser faire, laisser passer (dejar hacer, dejar que pase), porque en esas situaciones tiende a imperar la ley de la selva, que es la ley del más fuerte, y los más débiles sufren enormes injusticias en el reparto de la riqueza.

Los roles no discutibles de los gobiernos son suficientemente claros: proteger los derechos de propiedad, hacer cumplir las obligaciones contractuales para fomentar la competencia, y suministrar bienes públicos tales como investigación, tecnología, información e infraestructura. Los papeles más controvertidos se relacionan con la redistribución de recursos a través de medidas forzosas, la estabilización de precios, la absorción de riesgos y la provisión de crédito.

La idea de un Estado no interventor en la economía se ha establecido como principio neoliberal, pues bajo éste enfoque sólo debe centrarse en servir de regulador para que el mercado actúe “según el libre juego de la oferta y la demanda”. Sin embargo, ha sido comprobado empíricamente que algunos mercados especialmente los de países menos desarrollados, no funcionan eficientemente (esquema demanda-oferta), por lo que necesitan de la intervención estadal para poder corregir los desequilibrios producto de las imperfecciones del mercado.

Muchas de esas imperfecciones del mercado se centran en los monopolios tanto de producción como de comercialización entre otros, originando en gran medida perjuicios para la sociedad en general. Incluso la doctrina neoliberal imperante sostiene que para que una economía progrese necesita de una pujante liberalización y nula intervención del Estado, así lo revelan las pautas para la intervención en las diferentes organizaciones multilaterales (OMC, FMI, TLCAN, ALCA en negociación).

Paradójicamente, existen muestras latentes de países que han conseguido ciertos niveles de desarrollo mediante la activa injerencia estadal. Por ejemplo, durante el siglo XIX algunos Estados tomaron un gran papel en el desenvolvimiento económico, tal es el caso de los EEUU, cuando el gobierno federal interpretó una disposición constitucional que le permitía regular el comercio entre los estados; además fijó sueldos mínimos; reguló el sistema financiero; promovió algunas industrias como la del telégrafo e incentivó otras como la agricultura, cosa que perdura de cierta forma en la actualidad, a través de algunos subsidios que rondan los 100 mil millones de dólares anuales.

Recientemente el llamado milagro asiático reveló que el papel del Estado era esencial, lejos de lo que en términos neoliberales se expresa. La experiencia asiática, no guiada completamente por normativas multilaterales, fue impulsada por la forma en que el Estado guió y perfiló al mercado. En el este asiático se combinaron las altas tasas de ahorro, las inversiones en educación y la política industrial (medidas orientadas a contribuir con determinados sectores productivos de la economía, principalmente el industrial, tomadas por el gobierno) dirigidas por el Estado. El desarrollo promovido por los Estados del Este Asiático fue resultado de una fuerte conciencia de la necesidad de la estabilidad económica y de la importancia del

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