Rosa Agramonte vda. de Cusicanqui y un tesoro sin destino

"Rosa Agramonte vda. de Cusicanqui y un tesoro sin destino"

Samuel Mendoza

Hace meses salió a luz un libro de gran trascendencia, fruto de prolongadas investigaciones de su autor, el Dr. Ricardo Martín Ardiles Moreno, en torno a la vida de doña Rosa Agramonte Moraleda viuda de Cusicanqui y del gigantesco tesoro que dejó en Bolivia y en Francia cuyo destino, en alguna medida, sigue siendo incierto. Se trata, dice el autor, de "un caso verídico de sucesión hereditaria" ajustado al Derecho Internacional Privado. "La presente obra –afirma– se encuentra inspirada en un caso de la vida real sobre la sucesión hereditaria de Rosa Agramonte vda. de Cusicanqui, la que contiene valiosa información sobre la vida y patrimonio histórico de esta insigne dama boliviana, el análisis jurídico del Derecho Civil Sucesorio Nacional e Internacional, y el Tratamiento de bienes vacantes en nuestra legislación y expropiación".

Al relatar la vida de doña Rosa Agramonte, nacida en La Paz el 9 de noviembre de 1911, el autor señala que en torno a su fortuna, calculada entonces en 80 millones de dólares, la mayor después de las de Patiño, Hochschild y Aramayo, "se inflamaron las ambiciones de un súbdito francés, se complicaron varios afamados hombres públicos, perdieron la chaveta otros abogados, corrieron amenazas, se despertaron los celos del Estado, se organizó un grupo no menos ambicioso como Fundación Agramonte, exacerbó a universitarios izquierdistas y, finalmente, pasó a total tuición de La Paz-Bolivia, luego de una apasionada batalla legal". "Esa fortuna –dice luego-, de la que su legítima propietaria nunca disfrutó, fue el origen y la causa de una vida desventurada".

En sus 314 páginas, el libro contiene valiosa documentación y numerosas fotografías de personajes ligados a la señora Agramonte, fallecida el 23 de mayo de 1969. Describe el contenido de varios baúles, sus joyas y sus destinos generalmente inciertos y de los testamentos que virtualmente no fueron debidamente respetados. Señala el autor que "detrás de este caudal hereditario se desarrolló una serie de intereses políticos, donde muchas personas públicas y familias bolivianas se encuentran involucradas en busca de ventajas económicas" y sugiere que "los bienes muebles de Rosa Agramonte, por el valor histórico que representan debieron ser destinados a la creación de un museo que debió llevar su nombre para que las futuras generaciones y la juventud boliviana conozcan la génesis de este patrimonio que tiene su origen con el Capitán Alonso de Mendoza". Afirma luego que las joyas y platería de la millonaria debieron ser destinadas a la creación del Museo de la Plata, por cuanto "esa formidable colección de objetos de arte de valor incalculable, representaba una de las riquezas más grandes constituidas a través del latifundio y la agricultura durante

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