SEMIOLOGÍA DEL OÍDO PATOLÓGICO
Enviado por javu24 • 28 de Julio de 2016 • Trabajo • 6.359 Palabras (26 Páginas) • 237 Visitas
SEMIOLOGÍA DEL OÍDO PATOLÓGICO
ANATOMÍA
El oído es el órgano de la audición y del equilibrio, consta de 3 partes:
Oído externo: Porción externa del aparato auditivo compuesto por la oreja, conducto auditivo externo y la membrana timpánica que lo separa del oído medio.
Oído Medio: Cavidad llena de aire, constituido por la caja timpánica, parte que comprende el aparato transmisor del sonido, excavada en el espesor del hueso temporal entre el conducto auditivo que esta por fuera y el oído interno que esta por dentro. Tapizada por una membrana mucosa (mucosa timpánica), contiene los huesecillos articulados del oído (martillo, yunque y estribo), estos están conectados formando un puente entre la membrana timpánica y la ventana oval, transmiten las vibraciones sonoras.
La caja timpánica tiene forma de tambor, es una especie de lente bicóncava, porque sus 2 bases están próximas deprimidas hacia el centro de la cavidad.
Oído Interno: Está situado en el espesor del peñasco, por dentro y algo por detrás de la caja del tímpano. Se compone de cavidades cuyo conjunto constituye el laberinto óseo. Estas cavidades encierran, en estado fresco cavidades más pequeñas de paredes blandas y membranosas que forman el laberinto membranoso. Estas a su vez están llenas de un liquido denominado endolinfa y sumergido en otro liquido como la perilinfa.
El Laberinto óseo está constituido por el vestíbulo, utrículo, sáculo, conductos semicirculares (equilibrio) y la cóclea en donde ubicamos el conducto coclear que aloja al órgano de Corti o de la audición.
SEMIOLOGÍA
El objetivo de la valoración de un paciente con queja auditiva:
- Naturaleza del daño auditivo (conductivo, sensorial o mixto)
- Gravedad del daño (leve, moderado, grave o profundo)
- La anatomía del daño (oído externo, medio, interno o vía auditiva central)
- Causa.
El interrogatorio debe buscar la característica de la hipoacusia (si existe) incluida la duración de la sordera, el compromiso uni o bilateral, forma de inicio (súbita o insidiosa) y velocidad de progresión (rápida o lenta).
Hay que identificar síntomas de acufenos, vértigo, pérdida del equilibrio, sensación de plenitud auricular, otorrea, cefalea, disfunción del nervio facial, parestesias en cabeza y cuello.
Son también de importancia la información sobre traumatismo encefálico, exposición a toxinas, exposición a ruido laboral o recreativo y antecedentes familiar con o sin acufenos.
Si el sujeto tiene síntomas de infección del oído (dolor), examine primero el oído no afectado. Deben tomarse todas las medidas para evitar transferir material infectado de un oído a otro en el espéculo.
Hallazgos Anormales:
- La cianosis puede reconocerse con claridad en los lóbulos.
- La transiluminacion permite descubrir alteraciones embolicas vasculares pequeñas en la endocarditis infecciosa.
- Pigmento negro de alcaptonuria similar al de la esclerótica
- El pabellón auricular puede ser asiento de eritema pernio (sabañón) y epitelioma
- En Helix y antihelix puede reconocerse pequeños nódulos duros (tofos gotosos) de acido úrico que a veces eliminan cristales blanquecino.
- En caso de que exista dolor o supuración del oído se debe tirar del pabellón auricular hacia arriba y abajo y presionar sobre el trago y en un punto medio del surco retroauricular.
- La movilización de la oreja y presión sobre el trago son dolorosas en la otitis externa aguda.
- Mientras que la sensibilidad retroauricular puede presentarse en la otitis media
- Las adenopatías péqueñas y sensible preauriculares y mastoideas se palpan en la otitis externa y no en la media.
- Pueden observase quistes sebaceos retroauriculares, reconocible con un punto negro en su centro.
- En la otitis externa aguda el conducto esta engrosado, estrechado, húmedo y sensible.
- En la otitis externa crónica, la mucosa esta roja y es pruriginosa.
- Los engrosamientos nodulares que obstruyen parcialmente el conducto sugieren osteomas no malignos.
- La hipoacusia unilateral de inicio súbito con o sin acufenos, puede representar una infección viral del oído interno o una apoplejía
CLÍNICA
ENFERMEDADES INFECCIOSAS: Las infecciones del oído y estructuras cercanas pueden afectar al oído medio y al externo, e incluir piel, cartílago, periostio, conducto auditivo y las cavidades timpánica y mastoidea. Causas conocidas de dichas infecciones son los virus y las bacterias, y algunas de ellas ocasionan complicaciones notables, si no son tratadas apropiadamente.
Suele ser difícil distinguir las infecciones que afectan las estructuras del oído externo respecto de los trastornos inflamatorios no infecciosos que cursan con manifestaciones clínicas similares. Se considerarán los trastornos inflamatorios como una causa posible de irritación del oído externo, en particular cuando no hay adenopatía local o regional.
Además de las causas más destacadas de inflamación, como traumatismo, picadura de insectos y exposición excesiva a la luz solar o al frío extremo, el diagnóstico diferencial incluirá trastornos menos comunes como los autoinmunitarios (p. ej., lupus o policondritis recidivante) y las vasculitis (p. ej., granulomatosis de Wegener).
OTITIS EXTERNA: Conjunto de enfermedades que afectan principalmente al conducto auditivo. Suele ser producto de una combinación de factores como calor, retención de humedad y descamación y maceración del epitelio del conducto externo. La enfermedad se manifiesta en diversas formas que se identifican en: circunscrita, difusa, crónica o invasiva. Su origen es predominantemente bacteriano.
Etiología: El 98% es bacteriana. El patógeno más común es Pseudomonas aeruginosa (20-60%), Staphylococcus aureus (10-70%) frecuentemente ocurre en infecciones polimicrobianas. Son raras las infecciones micóticas.
Otitis externa circunscrita aguda: Surge en el tercio externo del conducto auditivo, en ese sitio la piel cubre el cartílago y abundan los folículos pilosos. Al igual que ocurre con la furunculosis en cualquier otro sitio, el patógeno común es S. aureus.
Otitis externa difusa y aguda: Conocida como “oído del nadador”; puede surgir aun cuando la persona no nade. El calor, la humedad y la pérdida del cerumen protector culminan en exceso de humedad y alcalinización (mayor pH) en el conducto auditivo, lo cual macera e irrita la piel. El patógeno predominante es P. aeruginosa. Suele comenzar con prurito y evoluciona hasta dolor intenso desencadenado por cualquier manipulación del pabellón o del trago. Suele acompañarse de eritema e hinchazón del conducto auditivo, a menudo con secreción escasa, blanquecina y espesa.
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