SENTENCIA C239/97

Es muy fácil, decir es que la constitución protege el valor y el derecho a la vida, cuando se es una persona sana o que nunca ha estado cerca a una situación de un enfermo terminal. Igualmente es un tema que genera polémica en cuanto, de acuerdo la concepción que tengamos de la vida, dignidad humana, libre desarrollo de la personalidad y la muerte.

La muerte es algo que siempre va a estar presente y que se puede dar de muchas maneras y circunstancias, ya sea por un accidente, una enfermedad o porque simplemente alguien quiso acabar con la vida de otro ser humano, y que es inevitable.

Por eso el legislador regula estos comportamientos con normas descriptas en el código penal, para evitar que el valor y el derecho a la vida que es el bien jurídico tutelado, puedan ser objeto de reproche.

En la sentencia c-239/97 vemos como se podría regular:

1. Verificación rigurosa por personas competentes, de la situación real del paciente, de la enfermedad que padece, de la madurez de su juicio y de la voluntad inequívoca de morir.

2. Indicación clara de las personas (sujetos calificados) que deben intervenir en el proceso.

3. Circunstancias bajo las cuales debe manifestar su consentimiento la persona consiente su muerte o solicita que se ponga término a su sufrimiento: forma como debe expresarlo, sujetos ante quienes debe expresarlo, verificación de su sano juicio por un profesional competente.

4. Medidas que deben ser usadas por el sujeto calificado para obtener un resultado filantrópico.

5. Incorporación al proceso educativos como el valor de la vida y su relación con la responsabilidad social, la libertad y la autonomía de la persona de tal manera que la regulación penal aparezca como última instancia en un proceso que puede converger en otras soluciones.

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