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¿SERÁ QUE EL CONFLICTO ARMADO SE NOS VOLVIÓ COSTUMBRE?


Enviado por   •  13 de Abril de 2015  •  1.479 Palabras (6 Páginas)  •  180 Visitas

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“De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo;

ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen,

a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito,

a los noticieros que te envenenan desde la mañana,

a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.”

FACUNDO CABRAL

La historia de la humanidad en cualquier rincón del mundo ha estado marcada por la guerra, la violencia y la pobreza, sin embargo Colombia aún está inmersa en el conflicto y a diferencia de muchos otros países no se puede dar una mirada de indiferencia a lo que los medios de comunicación han hecho casi normal o “cosa” del cotidiano y es que pasar de un asesinato, una violación o un accidente a un partido de futbol, un reinado de belleza o el último escándalo de un famoso, parece la máscara con la cual se pretende dormir la conciencia o simplemente anestesiar el dolor de un país que se nos desangra.

Pero cuál es la causa de una guerra que con altos y bajos ha irrumpido en Colombia y parece no querer terminar como un círculo que nunca acaba y vuelve después de cierto punto a su origen. Hoy más que nunca se hace urgente un llamado a la sensibilidad, a la escucha para dejar de ignorar que la paz nunca vendrá de las armas y lo que ideológicamente nació como un deseo por la igualdad cuando se puso de por medio el interés individual se convirtió en un callejón sin salida.

Pero aún existe otra máscara con la cual se pretende cubrir lo que se podría llamar la vergüenza de un pueblo que se mata a sí mismo y es el pretender que un país sin educación, sin salud, sin los mínimos recursos para vivir dignamente, donde la riqueza y la pobreza son dos abismos casi infranqueables y como respuesta se presentar modelos desechables a copiar, que mantienen la mente ocupada impidiéndole razonar, es decir que en la recompensa de un celular, de la moda, del modelo americano, de la ilusión del dinero fácil ofrecer una puerta de salida o mejor un escape a la realidad.

Pero surge la pregunta ¿Qué es lo que impide reconocer que el otro está a nuestro lado? ¿Qué es lo que impide que los colombianos vivan en paz?

La respuesta quizás muchos la saben pero pocos corren el riesgo de hacerla vida, por motivos que no son difíciles de imaginar, “el precio de la verdad”.

Pero, ¿Acaso no es más costoso el precio de un silencio que ha cobrado tantas vidas?

Ya en 1863 la carta constitucional (APONTE, 2009), reconocía algunos de los derechos individuales como máximas como corroboración al derecho a la vida, la abolición de la esclavitud y la pena de muerte entre otros, y entonces porque algunas generaciones de colombianos desde que tienen uso de razón no han escuchado más que noticias sobre el conflicto armado interno. Sin embargo es evidente que un país que invierte $21, 5 billones de pesos en guerra, sin contar el capital humano que es invaluable, mientras que en el 2013 se dispuso para educación 24, 92 billones de pesos, es decir en guerra se le va al país una suma muy próxima a la de la educación.

Si la clave es la educación, una inversión consiente en una necesidad básica para generar igualdad de oportunidades, pensamiento crítico, investigación, una educación como se ha venido diciendo en estos últimos años de calidad y no de segunda, pero ¿qué se entiende hoy por educación de calidad? Pues como lo decía en su carta al educador María Nohora Coronado: “… Mis ojos han visto lo que nadie debería presenciar. Cámaras de gas construidas por ingenieros especialistas. Niños envenenados por licenciados en medicina. Recién nacidos asesinados por competentes enfermeras. Madres e hijos fusilados por bachilleres y graduados. Por todo ello, sospecho de la educación. Mi ruego es que ayudemos a los alumnos a ser hermanos. Nuestros esfuerzos nunca deben producir monstruos, psicópatas ni Eichmans ilustrados. El leer, el escribir, la historia y la aritmética, son sólo importantes si sirven para hacer humanos a nuestros alumnos”

Entonces la educación de calidad no puede ser vista como un motor exclusivo del desarrollo y la tecnología, la educación de calidad debe ser aquella que ponga al ser humano en el centro, es decir que considere al hombre en su totalidad, el ministerio de educación lo plantea de la siguiente forma: “Entendemos que una educación de calidad es aquella que forma mejores seres humanos, ciudadanos

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