SINDICATOS
Enviado por marysolpalace • 8 de Septiembre de 2014 • 18.178 Palabras (73 Páginas) • 165 Visitas
EL SINDICALISMO EN MÉXICO
José Manuel LASTRA LASTRA1
SUMARIO: I. Introducción. II. La Confederación Regional Obrera Mexicana. III. La Confederación General de Trabajadores. IV. Los sindicatos católicos. V. La Confederación General de Obreros y Campesinos de México. VI. La Confederación de Trabajadores de México. VII. La Unión de Obreros y Campesinos de México. VIII. El Congreso del Trabajo. IX. El Frente Auténtico del Trabajo. X. La Con- federación de Trabajadores y Campesinos. XI. La Unidad Obrera Independiente. XII. Reflexión final.
I. INTRODUCCIÓN
Entre los antecedentes del sindicalismo, Trueba Urbina menciona “la so- ciedad particular de socorros mutuos... posteriormente se estimó que el sistema cooperativo de consumo era más benéfico que el mutualista. El 16 de septiembre de 1872 se fundó la primera asociación de tipo profe- sional, círculo de obreros”.2 Esta organización llegó a contar en sus filas, en octubre de 1874, con más de ocho mil trabajadores, en su mayoría artesanos y obreros de hilados y tejidos. El 5 de marzo de 1876, fue fundada la Confederación de Asociaciones de Trabajadores de los Esta- dos Unidos Mexicanos, la cual fortaleció la unidad de los trabajadores, constituyéndose después, en 1890, en la Orden Suprema de Empleados Ferrocarrileros Mexicanos, la Unión de Mecánicos Mexicanos, la Socie- dad de Hermanos Caldereros Mexicanos, la Liga Mexicana de Empleados de Ferrocarril y otras más. En Cananea se fundó la Unión Liberal Hu- manidad y, en Orizaba, Veracruz, el Gran Círculo de Obreros Libres,
1 Catedrático en las Facultades de Contaduría y Administración y Derecho e investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, además es investigador nacional.
2 Trueba Urbina, Alberto, Nuevo derecho del trabajo, 3a. ed., México, Porrúa, p. 351.
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ambos organismos fueron los protagonistas de las huelgas de Cananea y Río Blanco. En 1911 se constituyó la Confederación Tipográfica de Mé- xico. En 1912 se fundó el Departamento del Trabajo y se estableció la Casa del Obrero Mundial que en 1913 conmemoró “por primera vez en el país, el 1o. de mayo, exigiendo la jornada de ocho horas y el descanso dominical”.3
La idea de fundación de la Casa, partió de los líderes españoles Juan Francisco Moncaleano y Eloy Armenta, en cuyo derredor se agruparon Rosendo Salazar, Celestino Gasca, Antonio Díaz Soto y Gama, Lázaro Gutiérrez de Lara, Manuel Sarabia, Rafael Pérez Taylor, etcétera. El fin de los fundadores fue crear “un órgano orientador de las masas obreras que empezaban a sindicalizarse y a luchar por la unificación del movi- miento obrero”.4 La Casa del Obrero Mundial, con tendencias ideológicas anarquistas, procuraba agrupar a los trabajadores en sindicatos y asocia- ciones profesionales. Sus métodos tácticos de lucha consistieron en el sabotaje, el boicot y la huelga general. La primera huelga en que tomó parte la Casa del Obrero Mundial “fue declarada en el café inglés, durante la cual, pintorescamente, los obreros, para colaborar en ese acto con los meseros huelguistas, ocuparon las mesas del establecimiento en calidad de clientes”.5
II. LA CONFEDERACIÓN REGIONAL OBRERA MEXICANA
En febrero de 1916, se llevó a cabo en Veracruz, un Congreso obrero convocado por la Federación de Sindicatos del Distrito Federal, al que se negó a concurrir el general Heriberto Jara, quien era, en aquel enton- ces, el gobernador del estado. En tal Congreso se acordó formar un or- ganismo sindical obrero llamado Confederación del Trabajo de la Región Mexicana. En su declaración de principios establecía, como objetivo principal de los trabajadores, el de la lucha de clases y, como finalidad suprema para el movimiento del proletario, la socialización de los medios de producción. Se usaría como medio la llamada acción directa, quedando excluida del esfuerzo sindicalista toda clase de acción política, entendién- dose como tal, el hecho de adherirse oficialmente a un gobierno, a un
3 Ibidem, p. 352.
4 Graham Fernández, Leonardo, Los sindicatos de México, Atlamiliztli, 1969, p. 44.
5 Idem.
partido o personalidad que aspira al poder gubernativo. Quien aceptase un puesto público, quedaría automáticamente fuera de la Confederación. Serían aceptados tanto los trabajadores manuales como los intelectuales, siempre y cuando acatasen los principios y estatutos.
El 13 de octubre de 1917, se reunió en Tampico otro congreso obrero; concurrieron a él delegados de todas las organizaciones de importancia. Se aprobaron resoluciones que asentaban el derecho de libre asociación, recomendaban la organización sindicalista y se aconsejaba a los obreros limitar la familia, cuando la situación económica fuera grave. Las orga- nizaciones obreras de Tampico se congregaron el 13 de diciembre de 1917 y acordaron convocar a la realización de un Congreso Obrero para formar una organización nacional. Este Congreso se reunió el 1o. de mayo de 1918, en la ciudad de Saltillo, “ahí se fundó la CROM... en su declaración de principios se destacan los siguientes aspectos: reconoci- miento de la existencia de dos clases: explotados y explotadores; esta situación es injusta, la clase explotada tiene el derecho de establecer una lucha de clases”.6
Se adoptó el nombre de Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), pues los anarquistas y socialistas propugnaban el título de re- gional de México, pensando que podrían ser sección de una central in- ternacional. En cambio los reformistas propugnaban la supresión del tí- tulo de regional y agregar el de mexicana, significando este último término, que era una organización nacional desvinculada de las demás. Su lema era: salud y revolución social, lema anarquista.7
Posteriormente, la llamada acción directa del anarquismo fue abando- nada y sustituida por la acción múltiple, dando paso así a la participación en las actividades políticas, que en un principio se pensó desligar de esta organización. La fundación de la CROM representa el triunfo del refor- mismo, en el movimiento obrero de México.
Desde la realización del congreso de 1916, en Veracruz, se descartó la lucha política y se maniató a la clase obrera, condenándola a la lucha económica; se prohibía a los miembros de los organismos sindicales apo- yar a algún partido político e, implícitamente, se les impedía la formación de un partido obrero. El congreso de Saltillo, en 1918, hizo sentir la lucha de nacionalistas contra una tendencia de afiliarse a la internacional. Los
6 Iglesias, Severo, Sindicalismo
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