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SOCIOLOGIA


Enviado por   •  13 de Abril de 2013  •  2.409 Palabras (10 Páginas)  •  379 Visitas

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LA SOCIOLOGIA DE LA CIUDAD.

La ciudad es una población grande y compacta. Es un gran centro de población organizado como comunidad. La palabra proviene del vocablo latino civitas, que se refería a una comunidad autogobernada. Tradicionalmente es un centro de vida económica, política, religiosa y social. Una ciudad es un área urbana, diferenciada de un pueblo, una villa o una aldea por el tamaño, la densidad demográfica, la importancia, o el estado legal.

Desde el punto de vista de la sociología, la ciudad es la forma y el símbolo de una relación social integrada. La sociología urbana tiene por objeto de estudio los procesos sociales que se generan en la ciudad y su evolución. Por tanto, bajo esta denominación se agrupan los estudios sobre la ciudad, como medio físico y cultural en donde se producen relaciones sociales. La sociología es la ciencia que estudia las relaciones recíprocas entre los seres humanos y el medio social en que se desenvuelven. En el caso de la sociología urbana, este medio es la ciudad; y se encarga de estudiar la ciudad como espacio para vivir, relacionarse y participar.

EL MERCADO COMO INSTITUCON URBANA.

Las limitaciones que el mercado de suelo urbano impone a la entrada de sectores sociales de bajos ingresos, van configurando una ciudad de fragmentos, que tiende a homogeneizar ciertos espacios y a diferenciar otros en función del poder adquisitivo.

En síntesis, el mercado de suelo tiene ciertas peculiaridades: en él, quien no asume ningún costo de producción puede capitalizar los cambios que experimentan sus precios, a través del control de la propiedad privada. Pero es el espacio público, socialmente producido, el que liga la divisibilidad abstracta impuesta por el capital, hace funcionar la ciudad y organiza los fragmentos en la totalidad.

EL PENSAMIENTO MARXISTA Y DESARROLLO HUMANO.

Tiene como meta el intento de comprender la crisis y sus orígenes, polemizando con las lecturas de la misma que se realizan desde los sectores dominantes, tendientes a instalar, tanto en el sentido común, como en las ideas y teorías existentes, nociones que “naturalizan” la opresión. Aquí también se intenta sostener la necesidad de afirmar una filosofía y un método propio de los trabajadores para el análisis y la comprensión de la realidad, con una propuesta que ligue las ideas, los pensamientos, los valores, con las prácticas que vienen desarrollando los movimientos populares.

El pensamiento de Marx ha conocido, durante el arco de su desarrollo y por diversos motivos, una amplia variedad de interpretaciones. En los años inmediatamente posteriores a la muerte de su fundador (1883), o sea en el tiempo de la Segunda Internacional (1889), el marxismo era interpretado prevalentemente como “materialismo histórico”, al que se entendía como una doctrina “científica” de las sociedades humanas y de sus transformaciones, fundada en hechos económicos y encuadrada en el contexto más amplio de una filosofía de la evolución de la naturaleza desarrollada por Engels. Esta interpretación estaba teñida por el clima cultural de la época, dominado por el evolucionismo darwiniano y, más en general, por el positivismo. Esta interpretación entiende al marxismo fundamentalmente como “materialismo dialéctico”, es decir como una doctrina filosófica materialista (se podría casi decir una cosmología) en la que la dialéctica —o sea el procedimiento lógico desarrollado por Hegel— juega un papel central: es, a un tiempo, la ley evolutiva de la materia y el método teórico-práctico que permite la compresión del mundo físico y de la historia, y que indica por lo tanto, cuál es la acción política correcta. Aquí la filosofía de la naturaleza elaborada por Engels —que en la interpretación precedente constituía solamente el marco filosófico para la obra sociológica y filosófica de Marx— deviene central y se superpone al materialismo histórico. También en este caso se entiende al marxismo como una “ciencia”, pero no en el sentido de una disciplina propiamente experimental: se trata ahora de una ciencia filosófica considerada “superior”, que se basa en la aplicación de las leyes de la dialéctica hegeliana a los fenómenos naturales, y que integra y supera a las ciencias empíricas. Con Stalin, el “materialismo dialéctico” se transforma en la doctrina oficial del partido marxista-leninista soviético y de los partidos comunistas que dependen de él.

CIUDAD DEL CAPITALISMO Y CIUDAD UTOPICA.

La ciudad capitalista es un producto complejo en cuya construcción participan diferentes actores de manera más o menos directa, guiados por sus lógicas de actuación y persiguiendo sus objetivos: los propietarios del suelo, los constructores o promotores inmobiliarios, el Estado y los habitantes (Pírez, 1995). Además de estos productores directos de ciudad, podemos mencionar empresas y corporaciones cuyas actividades (y lobbies) también influyen en la configuración del espacio urbano: empresas de transporte, turismo, seguridad, comercio, actividades recreativas, etcétera.

El promotor inmobiliario es claramente un capitalista (o una empresa) que invierte en la construcción de objetos urbanos con el fin de extraer ganancias (hemos mencionado ya la importancia del capital financiero en la producción de objetos urbanos).

Dentro del Estado –que no es una entidad monolítica que actúa de manera unidireccional– es posible hablar de actores públicos que persiguen diferentes objetivos (entre los que garantizar el bien común no necesariamente será el único ni el principal), la lógica de reproducción y acumulación política está indudablemente detrás de sus acciones. Los actores públicos tienen posibilidad de influir en la conformación de la ciudad de distintas maneras, la normativa urbana –que puede valorizar unas áreas en detrimento de otras– y la inversión directa en obras son las más visibles, pero el dejar hacer a las corporaciones y los operadores financieros mediante el abandono de toda pretensión de planificación del crecimiento y consolidación de la ciudad, es otro modo de actuar y conlleva los resultados que hemos descripto.

CIUDAD UTÓPICA: Las ciudades son espacios sociales, centros de la urbanización, de la civilización. El concepto de ciudad se define como la integración de la economía, la identidad social y política y el conflicto territorial. Se define como un espacio que requiere de innovación y creatividad para que pueda ser parte de una sociedad globalizada. Al hablar de ciudad, se hace referencia, indistintamente, al espacio geográfico, lo físico, lo inalterable, y a lo que representa, lo simbólico, lo alterable. Se habla de una construcción recíproca: De la ciudad construida por sus habitantes, del habitante creado

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