¿Se te ha ocurrido pensar alguna vez de qué manera puede afectar a tu empresa, a tu entorno y tu vida, un término tan ambiguo como lo es la ética?

¿Se te ha ocurrido pensar alguna vez de qué manera puede afectar a tu empresa, a tu entorno y tu vida, un término tan ambiguo como lo es la ética?

Obtamos facilmente en pensar que manejamos y aplicamos esta palabra al derecho y al revés en nuestra sociedad, ya que la escuchamos desde pequeños, empezando en nuestra casa, y recorriendo de esta manera la cotidianidad de la vida, es una palabra que abarca tantas dimensiones de la cotidianidad del hombre que incluso en ocasiones pasa desapercibida a la hora de tomar desiciones y realizar determinados actos, es entonces bastante probable que sea parte de nuestro diario vivir; pero tal vez para sorpresa de unos pocos e indiscutible conocimiento de muchos, se han dejado de lado valores en nuestra sociedad, hecho que hace que nuestra realidad no sea otra que vivir continuamente en búsqueda de procedimientos que aseguren la trascendencia de estos. Es así, como a través de los años, nos hemos rebozado de documentos, para asegurar que vamos a proceder de una manera correcta, intachable y responsable. Es normal que entonces la preocupación actual por la ética empresarial radique en la demanda social ante las actuaciones cuestionables de algunas empresas. Desde esta perspectiva, es de vital importancia que el empresario que se está formando y aquel que ya lo es, sea ese héroe del que habla Fernando Savater en sus conversaciones con Germán Rey, en el libro llamado “La Dimensión Ética de la Empresa”, en donde el autor nos presenta al empresario como: “el creador de actividad productiva y económica porque es el que de alguna manera todos quieren ser y alcanzar, y porque representa el nivel más alto, envidiable y logrado de la escala social”. Es así que debemos actuar literalmente, como héroes, al no solo identificar las necesidades más básicas del hombre, sino que al buscar cumplirlas, ellas se transformen y sean deseos satisfechos para la sociedad.

En este sentido, como pilares de admiración y de respeto, los empresarios deben ser personas integrales, donde se pueda observar que el resultado de sus actuaciones no es otro que el reflejo de su cuidadosa formación, dentro de esos requisitos que menciona Savater para este legado heroico, hay ciertas virtudes que se deben apropiar.

Con el objetivo de darle una mirada más amplia a esta premisa, prestaremos atención a esas importantes virtudes. Se encuentra en primer lugar La Audacia, la ejerce quien usa la osadía como herramienta para realizar sus proyectos. Se da paso a La Capacidad de Identificar el Interés Común, que recobra valor, cuando encontramos y desarrollamos eso que la mayoría desea. Por otro lado, está La Prudencia, que por cierto es de gran utilidad a la hora de dirigir cualquier compañía, muchas veces este valor puede convertir una posible pérdida en una ganancia. Continúa la responsabilidad y la eficacia, que son imprescindibles en la gestación de una conducta ejemplar,

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