Segundo Medio
Enviado por cadc1973 • 8 de Octubre de 2012 • 336 Palabras (2 Páginas) • 469 Visitas
EL ESCRITOR DE EPITAFIOS
JUEVES 27 DE SEPTIEMBRE
1. Como si los ojos sele facetaran, le diría al gentil, se le hicieron giratorios.
2. Le habla con palabras simples como guijarros que para la mujer deviene en revelación divina.
3. “Usted es una ángel”, le dice, y se aleja bajo el azogue reverberante del mediodía.
4. Mientras toma nota y bebe de su té con la parsimonia de un condenado a la eternidad.
5. En el misterio insondable de la existencia o no existencia de Dios.
6. “De ahí que sólo se sabe de ángeles caídos”, dice con leve rictus de abatimiento.
7. Si precisarán de alas, pontifica con natural parsimonia- nunca con tono, ni gravedad de científico-, requerirían también colosales músculos para moverlas.
8. “Definitivamente” dice bebiendo de su ecuménica tacita de té, “un ángel se ve normal que una persona normal”
9. Bella pálida ataviada de negro, íngrima en la aglomeración.
10. Consiste en un destartalado sillón de cuero, ahíto de lamparones de óleo, acrílico acuarela.
11. “Debajo desaparecerá inexorablemente una actriz”
12. ¡Un Café doble!, truena con sorna, luego que el actor de teatro infantil pide su vasito de leche.
13. “Gracia o desgracia del exilio” dice lacónico.
14. En sus exiguos momentos de expansión, el escritor de Epitafios suele predicar.
15. Tras quedarse viendo pasar la gente (solazándose en el tobillo delicadísimo de una muchacha adornado con una fina cadena de oro)
16. Mucha púa y cadena colgante, son una apología de violencia.
17. El escritor de epitafios levanta un índice admonitorio y los llama al orden.
18. El hace rato que lleva una vida de asceta.
19. El las calles fue el más lúbrico estímulo, que los onanistas jamás llegaron a imaginar.
20. Con el alacrán de sus ojos verdes, pataleando lascivamente- hace rato que le tiene ganas-
21. Emergen innegables por debajo de su ropaje y ornamentos réprobos.
22. En verdad él es un ángel anacrónico irredento, atrapado para siempre en la época de la revolución de las flores.
23. Sus lecturas las hace sin levantar la vista del cuaderno, con voz opaca y tono luctuoso.
24. Y por más que trata de convencerse que su embeleso por ella es meramente contemplativo, pura delectación estética.
25. Mientras ella era una comunista militante, él era un hippie acérrimo.
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