Seguridad En Rapel
Enviado por adrianca7 • 16 de Mayo de 2013 • 1.869 Palabras (8 Páginas) • 278 Visitas
El Rapel.
Se denomina rapel a la maniobra de descender por una cuerda, generalmente con la
ayuda de algún dispositivo de freno.
El objetivo del rapel es poder descender cuando no es posible destrepar o cuando siendo
posible es peligroso. Es mejor un rapel seguro que un destrepe arriesgado, pero es mejor
un destrepe cuidadoso que un rapel precario.
El rapel es una maniobra sencilla de realizar y sencilla de aprender, pero de naturaleza
muy peligrosa. A diferencia de la escalada, en la que la cuerda sólo es un elemento de
seguridad en caso de caída, en el rapel la cuerda se convierte en el elemento que nos
“sujeta”.
Debido a esto, cualquier fallo en la cuerda u otro elemento del rapel, tendrá como
resultado un accidente con consecuencias muy graves.
Desgraciadamente la lista de fallecidos, efectuando una maniobra en principio tan
sencilla como el rapel, podría ocupar varias páginas. Y no estamos hablando de
principiantes, son muchos los escaladores y alpinistas experimentados (algunos de
renombre) que se han dejado la piel en un rapel.
Punto único de fallo.
Como en cualquier sistema, si queremos una buena seguridad, debemos evitar lo que se
denomina “punto único de fallo”, esto es, un elemento o parte del sistema, que en caso
de fallo hace fallar todo el sistema.
La única forma de evitar los “puntos únicos de fallo” es mediante la redundancia, y en
el caso de elementos que no se puedan duplicar, estos deben estar lo suficientemente
sobredimensionados y ser a prueba de todo fallo.
Gran parte de la peligrosidad del rapel viene precisamente porque hay varios posibles
puntos únicos de fallo, que son principalmente:
•
•
•
•
Anclaje.
Sistema descensor + mano de frenado.
Arnés.
Cuerda.
Veamos como
1.- Anclaje
reducir
en
lo
posible
estos
puntos
únicos
de
fallo.
Los puntos de anclaje deben duplicarse, triplicarse o usar uno suficientemente robusto
(por ejemplo un árbol).
Si las chapas no tienen argollas, unos maillones protegerán la cuerda de los cantos de la
chapa. Sí, ya se que pierdes el maillón, pero son muy baratos y tú vales mucho más.
Si los seguros que se van a usar están muy separados (o no se quiere abandonar los
maillones) se puede usar un cordino o cinta para conectarlos. Pero ojo, en este caso
puedes estar haciendo otro punto único de fallo. Aplicando la redundancia, es mejor
poner dos cordinos o cintas, o bien uno pero en doble, evitando así otra posibilidad de
fallo
2.- Descensor + mano de frenado
En el sistema “descensor + mano de frenado”, lo que puede fallar es precisamente
nuestra mano, bien por despiste, bien por un golpe que nos deje inconscientes o alguna
otra circunstancia.
Para evitar este punto, usaremos un sistema de autoseguro mediante un Shunt (pato) o
mediante un nudo marchard o similar. Para realizar el marchard, necesitaremos un
cordino de 1,5 metros y 6 ó 7 mm (la UIAA recomienda 7 mm).
Para rapels muy largos, hay descensores específicos usados sobre todo en espeleología,
en los que para descender se presiona una palanca. En el caso de que soltemos la
palanca, se bloquea, por lo que si usamos un aparato de este tipo no sería necesario el
autoseguro. También hay descensores especializados en actividades de barranquismo,
pero eso ya es otra historia...
Se puede rapelar prácticamente con cualquier dispositivo diseñado para asegurar, e
incluso se puede hacer un freno sólo con mosquetones. Hay que conocer bien el uso de
cada aparato, y familiarizarse con él antes de usarlo.
Cada aparato descensor está diseñado para trabajar con unos diámetros determinados de
cuerdas. Con una cuerda demasiado fina, frenará poco (o nada) y más gruesa frenará
demasiado o incluso se puede bloquear.
3.- Arnés.
Aunque parezca increíble, se han producido muertes por romperse el anillo de rapel del
arnés.
Este anillo a pesar de ser (cuando está nuevo) uno de los puntos más resistentes,
también está sometido a muchos desgastes.
Para eliminar este punto único de fallo, el descensor y el sistema de autoseguro deben
conectarse a partes diferentes del arnés. Pero no vale conectar el autoseguro a cualquier
parte. Si conectamos el descensor al anillo y el autoseguro a la pernera del arnés y se
rompe el anillo, quedaríamos colgados sólo de una pernera. Y ya te puedes imaginar la
escena.
Para obtener la máxima seguridad, el descensor y el autoseguro se deben conectar uno
directamente al arnés, en el mismo lugar que usamos para encordarnos, mediante un
nudo de alondra, y el otro al anillo. La posición de uno u otro dependerá de gustos
personales y de si usamos un sistema de autoseguro por encima del descensor o por
debajo.
4.- Cuerda.
Y llegamos al último punto susceptible de fallar: la cuerda. Evidentemente, podríamos
eliminar el punto único de fallo si usamos dos cuerdas, o si anudamos la cuerda en el
anclaje, pero en este caso no podríamos recuperarla desde abajo.
Debido a esto, lo único que podemos hacer es usar cuerdas en buen estado y procurar
que no rocen con cantos. En caso de existir zonas de roce que no podamos evitar,
deberemos proteger la cuerda en esas zonas.
Respecto al tipo de cuerda, un simple cordino de 7 mm tiene la suficiente resistencia
(cuando está nuevo) para aguantar nuestro peso, pero un roce con una roca o un poco de
desgaste puede ser suficiente para fallar, y estamos hablando de un punto único de fallo.
Lo mínimo que se debe usar será una cuerda gemela. Las cuerdas gemelas suelen tener
diámetros de entre 7,7 y 8,1 mm.
Es cierto que hay cordinos de kevlar o dyneema de diámetros mucho menores, que si
bien proporcionan la suficiente resistencia, son demasiado finos para usar con los
aparatos descensores habituales y requieren mucha experiencia en su uso.
La mejor garantía de que tu cuerda no te de un disgusto es cuidarla y tratarla bien.
Revisarla y en caso de duda o si es antigua, cambiarla por una nueva.
Vistos
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