Servilletas

INTRODUCCIÓN

Al examinar, a través de la historia, las costumbres gastronómicas de la nobleza, se llega a descubrir que el uso de la mantelería comenzó cuando los muy acaudalados empezaron a cubrir sus mesas con dispendiosos lienzos decorados o con manteles de seda.

Los usos y modales gastronómicos de la época, a decir verdad, no hacían justicia a tan refinados ornatos, ya que era práctica común entre los comensales la de limpiarse las manos mantecosas en la ropa y dejar caer huesos y trozos de alimentos en sus algo extravagantes ropajes. Así las cosas, pronto cayeron en la cuenta de que aquel lienzo tan ricamente adornado, con su esquina colocada en forma tan sugestiva frente a ellos podía proteger sus ropas de manchas. Tomaron entonces de meter la esquina colgante dentro del cuello de sus camisas con el propósito de retener los alimentos caídos y luego, al final de la comida, no tenían empacho en limpiarse los grasientos dedos en el mantel, ya para entonces muy manchado.

Como las técnicas de lavandería de la época eran más o menos tan rudimentarias como los modales y las normas de etiqueta gastronómica de la nobleza, los ricos ropajes de ésta pronto quedaban reducidos a andrajos, lo cual venia a representar una carga adicional sobre los presupuestos a menudo muy comprometidos de las familias nobles.

De tal costumbre se afirma que nació la popular expresión de “atar cabos”, la cual a su vez, proviene del viejo proverbio francés que habla de Nouer les deux bouts de sa serviette (“ atas las puntas de su servilleta”).

Desde un simple lienzo previsto para proteger la rompa y limpiarse las manos, la servilleta evolucionó hasta nuestros días, en los que llegó a formar parte integral de una mesa bien puesta.

Sin embargo, en ocasiones formales, la servilleta cumple una doble función: primero, protege la ropa de los comensales y, segundo, gracias a ingeniosos doblados en diversas formas, realza la decoración de la mesa o complementa la presentación de los alimentos.

Primero, se extenderá el mantel con todo cuidado y regularidad y cualquier arruga deberá borrarse con plancha y lienzo húmedo; luego, se procederá a la decoración y, una vez concluida ésta corresponderá a la persona que vaya a emplear dicha tarea colocar cucharas, cuchillos, etc.

Previamente se habrá traído al comedor todo lo necesario para preparar la mesa y las servilletas deberán estar ya dobladas; en buena idea colocar éstas primero alrededor de la mesa, con el propósito de poder asignar, de esta manera, el mismo espacio a cada comensal. Las servilletas se colocan justo entre los cuchillos y tenedores y cada una de ellas deberá contener un pequeño bollo (éste es uso generalizado en las cenas formales, o una rebanada más bien gruesa de pan casero). La técnica particular que se haya utilizado para el doblado de las servilletas permitirá, además, introducir en ellas una flor o un delicado ramillete.

Una mesa bien dispuesta proporciona un ambiente acogedor y tiene dos efectos básicos: dar la bienvenida a los huéspedes y dar realce a la comida.

La necesidad de comer en compañía es tan fundamental que ha sido inmortalizada en el simbolismo religioso, este grabado de un salterio del siglo XIV es una evocación de la ultima cena.

Hoy en día, combinar cuberterías y mantelerías diferentes es algo perfectamente aceptable, lo que ofrece mucho margen para la creación de arreglos de mesa personales e imaginativos.

Los romanos convirtieron el banquete en una forma de arte superior, comiendo y bebiendo en compañía durante horas y horas.

Las servilletas de papel más finas eran antaño las japonesas, con sus delicados diseños decorando el papel, a menudo transparentes.

Las servilletas de lino siguen siendo el tipo de tela para mantel más elegante tanto si es blanco como en su color natural, sin ningún tinte.

LIBROS

Arreglo Artístico de Servilletas

James Ginders

Editorial Trillas, 20 de Mayo de 1991

Pp9-11

La Gran Enciclopedia de los Arreglos de la Mesa

Tessa Evelegh

Editorial Hymsa, Annes Publishing Limited 2000, Hermes House, 88-89

Pp 1, 7, 34, 35

Doblado artístico de servilletas

Pirámide.-

Este estilo es fácil de conformar con la mayoría de las servilletas. Para crear esta forma, coloca la cara de la servilleta hacia abajo y dóblala por la mitad en diagonal; luego gírala de modo que el extremo abierto quede frente a ti. Dobla el extremo derecho hasta el rincón más alejado, y haz lo mismo con el lado izquierdo, creando una forma de diamante. Gira la servilleta, asegurándote de que el extremo abierto quede de espaldas a ti. Ahora dobla la servilleta por la mitad, haciendo que la punta norte se una con la punta del lado sur. Gira la servilleta, haciendo que el extremo abierto quede hacia ti. Entonces pliega a lo largo de la costura central.

Paloma.-

Es muy parecida a la pirámide pero con las alitas por afuera.

Mitra.-

Se dobla la servilleta de arriba hacia abajo, luego se doblan las esquinas hacia la parte del centro. Se da vuelta a la servilleta y se gira se dobla el borde inferior al borde superior, se jala de abajo hacia arriba el dobles. Se da vuelta al extremo izquierdo formando un punto en el lado izquierdo, vuelves a dar vuelta a la servilleta y con el dobles del lado derecho forme un punto de ese mismo lado, abra la base y se coloca de pie la servilleta.

Mazorca.-

Tiene el mismo procedimiento que la paloma pero se dejan las alitas por la parte exterior

Abanico.-

Doble la servilleta por la mitad. Después se hacen pequeños plisados de abajo hacia arriba, se da vuelta a la parte posterior 1/3 parte de la servilleta hacia el extremo (plegable) derecho, se coloca un dedo en la parte posterior y al se separa hacia afuera los plisados

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