Sexualidad
Enviado por lorevick • 10 de Mayo de 2014 • 1.806 Palabras (8 Páginas) • 196 Visitas
Sexualidad humana
La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociados a la búsqueda del placer sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo en la vida.
Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo instintivo. En esta creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad,[cita requerida] entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación.[cita requerida]
Sin embargo, hoy se sabe que también algunos mamíferos muy desarrollados, como los delfines o algunos pingüinos, presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de homosexualidad (observada en más de 1500 especies de animales),1 variantes de la masturbación y de la violación. La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser aprendida
La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como:
"Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales."2
Principios que la rigen
LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA SEXUALIDAD
a) La situación expuesta anteriormente nos lleva a tomar muy en serio el papel que la familia debe tener en la educación de la sexualidad, no sólo para evitar las situaciones dolorosas que por un mal manejo de la misma se producen, sino sobre todo para llevar a plenitud a la persona humana en cada uno de los hijos. Cada ser humano tiene derecho a realizar en totalidad el plan originario para el que Dios lo creó. Cristo, en el evangelio, a la hora de juzgar la cuestión sobre la relación entre el hombre y la mujer que se le hace con motivo de la indisolubilidad del matrimonio, reclama al principio, es decir a la naturaleza que Dios quiso dar al hombre. Cristo no se deja llevar por opiniones de su tiempo, ni por una falsa condescendencia con la dureza del corazón del hombre herido por el pecado, sino por el designio divino[5]. Por ello, es oportuno volver a dirigir la mirada hacia los principios básicos que deben regir la concepción de la sexualidad desde la visual de integridad que caracteriza al pensamiento católico en este campo, sin dejarse llevar ni por modas, ni por reduccionismos que acaban por degradar la verdadera identidad de este aspecto de la persona humana.
b) La sexualidad humana no es simplemente una parte de la persona, sino que participa de la persona. No la podemos aislar de la condición humana. Por ello tenemos que decir siempre que el ser humano es sexuado y que la sexualidad es humana. Precisamente por ello, la sexualidad se orienta en el ser humano hacia dos objetivos particularmente trascendentes: expresar la totalidad del amor entre un hombre y una mujer y ofrecer las condiciones que en colaboración con el Creador den origen a una nueva vida humana. En ambos casos, la sexualidad se orienta hacia el amor, hacia el amor esponsal o hacia el amor filial. La sexualidad humana contiene de modo esencial la capacidad de expresar el amor: ese amor precisamente en que el ser humano se convierte en don y mediante este don realiza el sentido mismo de su ser y existir[6].
c) Otro principio básico de la sexualidad humana es que refleja siempre a la persona. Por ello, la sexualidad no puede ser usada como una cosa, pues "la sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano"[7]. En todo acto o expresión sexual está siempre en juego el valor de la persona. No se puede reducir la sexualidad a una simple función biológica o a una fuente de placer. Cuando desaparece el sentido y el significado del amor y del don de sí en la sexualidad, se acaba cayendo en "una civilización de las cosas y no de las personas; una civilización en la que las personas se usan como si fueran cosas. En el contexto de la civilización del placer la mujer puede llegar a ser un objeto para los hombres y los hijos un obstáculo para los padres"[8].
d) Un elemento más de esta visión cristiana es considerar la sexualidad como un bien, parte del don que Dios vio que era muy bueno cuando creó a la persona humana a su imagen y semejanza y hombre y mujer los creó. Aunque a lo largo de la historia se ha criticado la visión de la Iglesia juzgándola como oscurantista respecto a la sexualidad, la verdad es que un estudio equilibrado de la misma nos muestra que las concepciones rigoristas y negativas de la sexualidad obedecen más a corrientes ideológicas de la época que al pensamiento cristiano auténtico.
e) Sin embargo, también pertenece a la concepción cristiana de la sexualidad la realidad de que la sexualidad posee una carga de ambivalencia: se puede usar para la más alta expresión de amor o se puede usar para la degradación
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