Sistemas Penitenciarios
Enviado por Adrian1117 • 24 de Abril de 2015 • 3.382 Palabras (14 Páginas) • 286 Visitas
Sistemas penitenciarios
Un tema de constante preocupación han sido las cárceles, las condiciones en ellas y el trato que debe de darse a las personas privadas de libertad por ello hombres y mujeres bien intencionados como lo fueron JOHN HOWARD, BECARIA, ELIZABETH FREY, MONTESINOS, MACONOCHIE y más tarde CONCEPCIÓN ARENAL, en Estados Unidos de Norteamérica WILLIAM PENN, trabajaron para implementar programas más humanitarios para quienes se encontraban compurgando una pena.
Hay que de observar que en todo sistema penitenciario para la ejecución de la pena, se requiere de un procedimiento, esto es una serie de elementos para que a la misma se le dé cabal cumplimiento.
De ahí que podemos definir que los sistemas penitenciarios son
“los diferentes procedimientos ideados y puestos en práctica para el tratamiento, castigo y corrección de los delincuentes”.
Ahora bien la pena de prisión además de requerir de un procedimiento para su ejecución, se requiere de una logística y estrategia con un alto grado de eficiencia y eficacia, por lo que es necesario conjuntar una serie de elementos encaminados al cumplimiento de la ejecución y con ello el objetivo por el cual fue impuesta dicha pena, pero sobre todo en base al buen funcionamiento del sistema penitenciario.
Durante la historia penitenciaria, NO encontramos antecedentes de un verdadero sistema penitenciario sino hasta el siglo XVIII, sin embargo podemos observar incipientes sistemas en la Constitución de Constantino, en los métodos holandeses, en la prisión de Gante.
Los verdaderos sistemas surgen en forma tardía como producto de la moderna concepción de la pena en donde la inteligencia, el sentimiento y la vocación de servicio fueron elementos con los cuales la prisión evolucionó, pero sobre todo los sentimientos de piedad y caridad de quienes iniciaron el cambio carcelario.
Se establecieron programas enfocados a sistemas que atendieran al reo (hombre y mujer) con métodos con los que se hicieran ciudadanos útiles en la comunidad en la que vivirían al obtener su libertad.
De ahí que se dividió el tiempo ocioso de la prisión en actividades educativas, religiosas, de trabajo y recreativas, así como la higiene que no solo cultivaran el aspecto físico o material, sino también el espiritual y el intelecto.
Debido al momento socio – político – económico y cultural que hasta ese momento prevalecía en el mundo, los centros carcelarios eran lugares de promiscuidad y muerte, sitios sin planificación que estaban convertidos en cloacas humanas, en donde imperaba el hacinamiento y la corrupción, ante ello los estudiosos de la materia de esa época deciden implementar formas de cambio más enfocados al rescate del ser humano a causa de ello surgen los sistemas penitenciarios modernos.
El europeo y el norteamericano.
• Europeo dirigido hacia la higiene y la redención religiosa mediante el silencio.
• Norteamericano mediante la reacción de la conducta conforme al trato, mediante sistemas progresivos y técnicos.
Con el transcurso de los años se da la fusión de ambos, surgiendo así los sistemas:
• A.- Celular o Pensilvánico (también denominados Filadélfico)
• B.- Auburniano.
• C.- Irlandés
EL CELULAR O PENSILVÁNICO
Basado en el humanismo cristiano, como influencia de la Iglesia Cristiana Protestante a través de los cuáqueros quienes promulgaban nuevas ideas de corrección y mejora de los reos sobre la base de su aislamiento, el trabajo solitario, meditación y comunión con Dios, como elementos necesarios para expiar el delito-pecado y purificar de esa manera el espíritu para poder alcanzar la gracia, nació básicamente de la mente de William Penn, fundador de la ciudad de Pensilvania y por conducto de la Sociedad Filadélfica para recuperar a los prisioneros enfermos.
A William Penn le sucedió lo mismo que a John Howrd; estuvo prisionero y se dio cuenta de la desastrosa situación en la que se encontraban las prisiones; de ahí nació la idea de reformarlos. Como buen cuáquero cuya actitud religiosa era de extrema rigurosidad, pensó que el silencio absoluto era una forma de que el privado de libertad, se reconcentrara en la lectura de la biblia para encontrar en ella una forma de redención y remisión de sus delitos y de su conducta pecadora, logrando la plena reconciliación con Dios y de paso también con la comunidad en que vivía.
William Penn también se opuso a la pena de muerte, al igual que Cesar Beccaria.
Otro principio fundamental era el trabajo realizado en el interior de las celdas; sin embargo el fanatismo religioso de esa época suprimió este elemento humanitario, obligando a la población carcelaria, la completa dedicación a la oración.
Los resultados que se obtuvieron con la abolición del trabajo fue la relajación moral provocada por el ocio prolongado, sin establecer relaciones entre los presos, mucho menos con el exterior, se construyeron además cubículos en los patios e interiores de las iglesias que impedían el contacto físico y auditivo, lo que produjo enfermos mentales, suicidas y hombres libres resentidos (cuando a duras penas alcanzaban la libertad) los cuales, en la mejor de las posibilidades volvían a cometer delitos, quizá como revancha al regresar a una sociedad que simplemente los rechazaba.
La primera prisión basada en los principios de William Penn se construyó a finales del siglo XVIII en la calle de Walnut, en el estado norteamericano de Pensilvania.
En la historia de los sistemas penitenciarios son muy raras las veces en que han existido prisiones con cierta dignidad, las norteamericanas emanadas de la piedad de William Penn, adquirieron fama mundial: Por esta fama, múltiples europeos viajaron para conocer estos sistemas. Así sucedió con Tocqueville, Obermayer; Crawford y muchos otros que importaron estas ideas a Europa, a pesar de que los propios europeos habían descubierto los sistemas progesivos con menos rigor y mucho más humanitarismo.
En México éste sistema celular se aplicó hasta la época de la revolución, tal vez repudiado por quienes habían vivido la locura que implica el silencio durante años.
EL SISTEMA AUBURNIANO O DEL TRABAJO EN COMÚN
Se basaba en el aislamiento nocturno y la vida en común durante el día bajo la regla del silencio, pues durante el trabajo diurno en las áreas laborales, exclusivamente podían comunicarse con los jefes de taller, y a la hora de los alimentos se leían textos religiosos.
Quien infringía la regla del silencio se le castigaba con azotes con el famoso “gato de las nueve colas”, algunas veces eran azotados grupos de reclusos para que el culpable no escapara del
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