Sobre La Tesis Del Fin Del Trabajo
Enviado por acho2014 • 3 de Septiembre de 2014 • 10.530 Palabras (43 Páginas) • 195 Visitas
SOBRE LA TESIS DEL FIN DEL MUNDO DEL TRABAJO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA ADMINISTRACIÓN
PROGRAMA MAGISTER EN ADMINITRACIÓN DE EMPRESAS
SEMINARIO: TRABAJO, SOCIEDAD Y MANAGEMENT
PROFESOR: EDGAR VARELA BARRIOS
AÑO: 2007
AUTOR: HORACIO GARNICA S
1. Presentación
2. Planteamiento del problema
3. Hipótesis
4. Comentarios
Presentación
El presente trabajo consta de tres partes, en la primera, hacemos el ejercicio de plantear el problema en cuestión, a partir del seguimiento de la lógica que cambia con los modelos de concepción del estado de bienestar al neoliberal, motivado por los procesos de globalización que empiezan a determinar cosmovisiones culturales, políticas, económicas y sociales, que repercutirán en las relaciones internacionales al plantear el ámbito transnacional. Producto de esto los estados empiezan a competir fuertemente por mejorar su eficiencia en lo económico, dejando a un lado costos que eran asumidos para la inversión social. El estado como primer empleador se desdibuja, así las políticas de pleno empleo pierden peso frente al desmantelamiento estatal que busca reducir costos. La certeza de construir sociedades a partir de proyectos de vida individuales se pierde, lo cierto ahora es la incertidumbre. La segunda, las hipótesis, que están referenciadas a su ves en tres, una, que contempla en la discusión el resignificado del concepto del trabajo, dos a través de los postulados de Andree Gorz y tres, en las ideas de Rifkin. La tercera, los comentarios que a partir de este seguimiento se suscita a la luz de las realidades latinoamericanas en especial la de Colombia.
El presente ejercicio se basó en las lecturas de los textos de: Andre Gorz, “Salir de la sociedad salarial”; Fernando Urrea, “La lógica de la subcontratación en las relaciones laborales contemporáneas: el revivalismo del capitalismo salvaje o desregulado, vía la flexibilización de los procesos de trabajo en un contexto de mundialización de las economías”; Enrique de la Garza Toledo, “Fin del trabajo o trabajo sin fin” , “ La flexibilización del trabajo en América Latina”; Harrinson B, “El lado oscuro de la producción flexible”; Edgar Varela Barrios, “Flexibilización, desregulación y cambios en el mundo del trabajo”; “El mito del fin del trabajo”; Alonso L.E, “La crisis del estado del bienestar nacional y las regiones vulnerables, paradojas de la globalización y transformaciones de la ciudadanía”.
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Pensemos en aquello que lleva al planteamiento del Fin del trabajo, lo que se muestra y lo que se vela, en este sentido asistimos al desmoronamiento de los paradigmas que han construido cosmovisiones del quehacer existencial humano y que dentro de una lógica de pasos cualitativos producto de la historia que se construye en las decisiones, aparece otras concepciones que revelan diversos significados de cómo seguir avanzando en el deleite de apropiación de lo natural como afirmación de la razón y en ella paradójicamente lo irracional.
Los paradigmas que ya se disuelven por completo son los Estados industriales nacionales, generados a partir de la idea de ciudadanía social, Estado del bienestar y clases obreras nacionales con derechos laborales y sindicales muy consolidados. En la etapa de la posguerra se sustentaba en el modelo de producción y de consumo fordista, que entrelazaba la producción en masa con la adquisición generalizada de bienes de consumos industriales, teniendo un importante consumo nacional y un desarrollo de todos los elementos de consumo público, en forma de derechos de ciudadanía y derechos de bienestar.
El modelo de capitalismo del bienestar estaba establecido fundamentalmente en el ámbito de Estado nación, y el Estado intervenía ya fuera para sostener la industria nacional, o para el sostenimiento del bienestar nacional. La sociedad de la seguridad se articulaba como un sistema de garantías con un centro social, el Estado, obligado a internalizar tanto las externalidades y fallos del mercado, como normalizar las situaciones sociales. Aquí era común hablar de las empresas de características multinacionales o transnacionales que tendían a plantear su comercio como internacional, manteniendo la idea primera de la fabricación nacional y de los Estados nacionales reguladores que establecían las reglas de juego de ese comercio internacional como un intercambio mercantil entre naciones.
Las particularidades de este Estado se construyó a partir de los postulados intervencionista keynesianos, lo que se viene denominando Welfare state o Estado del bienestar que se constituyó como un sistema de erradicación del subconsumo social en el ámbito nacional, mediante la consolidación de consumos improductivos, en el sentido de su situación en la producción de capital privado, y de políticas sociales que afectaron directamente a la producción de la fuerza de trabajo; al mismo tiempo que funcionaba, también , como forma de estructuración, de mediación y de canalización del conflicto social.
El Estado, de esta manera se transformó, en un conglomerado de instituciones mediadoras con cierta autonomía propia, en las que se enfrentaron los intereses de las diversas partes de la sociedad. Un Estado intervencionista, por tanto, que se vio obligado a ir sorteando contradicciones sociales y en, especial, a erigirse como el elemento principal de la desradicalización y de legitimación del conflicto laboral y territorial. Esto era posible mediante la construcción de un paradigma corporatista que introducía una estructura política integradora, dentro del capitalismo avanzado, de los grupos sociales-económicos de la producción, en un sistema de representación y de mutua interacción cooperativa en el nivel del liderazgo y de movilización y de control social en las masas.
El Estado nacional que se configura reconoce las fallas del mercado en el ámbito de las relaciones laborales, desde lo cual es posible hablar de capitalismo corporatista o mejor, de la programación social del conflicto laboral, en el que se instauró una dinámica de cooperación negociada, donde la regulación corporatista del conflicto y el estado del bienestar keynesiano se fundieron, en su origen, en una especie de acuerdo implícito o compromiso de clases, expresado en el pacto keynesiano, presidido por la aceptación inevitable, por parte del trabajo, de la lógica de la ganancia y del mercado como principales guías de la asignación de recursos en el ámbito micro, a cambio de participar en la negociación de la distribución del excedente social en el ámbito macro.
De esta manera el estado keynesiano supone
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