Sostenibilidad

1.1 EL CONCEPTO DE SOSTENIBILIDAD

Todo ello está propiciando un cambio en la mentalidad y enfoque del entorno empresarial con

respecto a su impacto sobre el medio ambiente, sobre todo durante la última década, que ha

pasado de ser percibido como un serio impedimento para el crecimiento económico, a ser

contemplado como una nueva oportunidad de negocio, conduciendo a un prácticas

empresariales medioambientalmente más proactivas.

El término desarrollo sostenible se aplica al desarrollo socio‐económico y fue mencionado

formalmente por primera vez en el documento

conocido como Informe Brundtland en 1987, fruto de

los trabajos de la Comisión Mundial de Medio

Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas. Sin

embargo, el primer intento de establecer una

definición inequívoca del concepto de “Desarrollo

Sostenible” no se produjo hasta 1992, momento en el

cual las Naciones Unidas a través la Declaración de

Río, adoptaron la siguiente definición: “El desarrollo

sostenible es el proceso mediante el cual se

satisfacen las necesidades de las generaciones

presentes sin comprometer la capacidad de las

generaciones del futuro para atender sus propias necesidades”.

Implica el equilibrio entre tres conceptos íntimamente ligados:

SOCIEDAD‐ECOLOGÍA‐ECONOMÍA

No se trata de ver al desarrollo y al medio ambiente como contradictorios, es decir el primero

"agrediendo" al segundo y éste "limitando" al primero, sino de reconocer que están

estrechamente vinculados, y que por lo tanto, la economía y el medio ambiente no pueden

tratarse como si fueran dos aspectos independientes. Podríamos decir que, sustituyendo a un

modelo económico apoyado en el crecimiento económico a toda costa, el paradigma de

economía ecológica o verde que se vislumbra plantea la sostenibilidad de un desarrollo sin

crecimiento, ajustando la economía a las exigencias de la ecología y del bienestar social global.

Se hace necesario, a este respecto, precisar el alcance que damos a esta elección por la

sostenibilidad. De hecho se distingue entre sostenibilidad débil y sostenibilidad fuerte

(también denominada profunda o radical). La primera considera que el capital natural puede

ser sustituido por capital humano, fruto del desarrollo técnico‐científico, con tal de que el nivel

total permanezca constante; el criterio de sostenibilidad fuerte, en cambio, toma en

consideración la existencia de un capital natural crítico que no puede sustituirse por el

humano. Este capital natural crítico puede definirse entonces como capital natural que es

responsable de funciones medioambientales esenciales y que no puede sustituirse por

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