Suspenso médico

El esqueleto

Era un día cualquiera en la sala de cirugías del Dr. Alfonso: pacientes, enfermeras y colegas entraban y salían del hospital como siempre, Habían llamado a Alfonso para un trasplante de corazón. Ese hombre era alto, musculoso y muy rudo, se notaba que saldría de esta sin problemas. Al iniciar la cirugía todo partió como debería ser hasta que, de un momento para otro, los huesos del sujeto se movían estando él inconsciente. Primero fueron los dedos, parecía normal, luego era el brazo el que se movió y golpeo a un colega del Dr. Alfonso. Luego del trasplante de corazón, el sujeto se mantuvo en cama, todavía inconsciente pero al despertar al día siguiente se llevaría la peor sorpresa de todas. El sujeto al despertar no podía moverse, ya no se veía musculoso, solo parecía un trapo, el sujeto no tenia su esqueleto. Al principio se hicieron la pregunta del millón, adonde se había ido el esqueleto, no sabían a quien llamar, hasta que en un momento dado, de la ventilación empezó a gotear sangre, llamaron a un conserje a revisar que pasaba. La primera vez que miro no vio nada, hasta que se dio vuelta y, detrás de él se encontraba un esqueleto voluminoso, cubierto aun con algunos restos de sangre fresca. El conserje asustado se desmayó, cayendo de espaldas al suelo. El esqueleto bajo de ahí y salió corriendo, hasta que seguridad lo atrapo. No entendía nada el Dr. Alfonso, eso era imposible se decía, creía que estaba en un sueño pero no era así. Tuvieron que hacer una operación para colocar el esqueleto en su lugar. Al principio se resistía, pero finalmente el decidió volver a su cuerpo, ayudando a su dueño a volver ser el fortachón de antes.

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