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TEMA 1: Educación científica en la escuela


Enviado por   •  14 de Mayo de 2020  •  Apuntes  •  6.376 Palabras (26 Páginas)  •  72 Visitas

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TEMA 1: Educación científica en la escuela

  1. Elementos que definen el CURRICULUM OFICIAL en Ed. Primaria

En la LOMCE se hace referencia en la Ed. Primaria a los seis cursos, despareciendo la organización curricular por ciclos. La Educación Infantil es una iniciación y una continuación de la Educación Primaria, que prepara al alumnado para la Educación Secundaria. La Educación Primaria está estructurada en tres ciclos:

  • Ciclo 1. Se inician las destrezas básicas (6-8 años).
  • Ciclo 2. Se introducen técnicas de trabajo (8-10 años).
  • Ciclo 3. Se introducen tareas más complejas, conceptuales y sistemáticas (10-12 años).

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  1. La Ed. Primaria persigue una serie de finalidades propias:
  1. Autonomía de acción en el medio.
  • Capacidad autónoma para desenvolverse en las acciones cotidianas.
  • Desarrollo de la capacidad de percepción y observación de la realidad.
  • Desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo.
  1. Socialización.

Iniciarlos al trabajo en grupo para que así aprendan a intercambiar ideas, opiniones, y así como aprender los unos de los otros.

  • Proporcionar un medio rico en relaciones personales con compañeros y adultos.
  • Desarrollar la participación y la responsabilidad.
  • Desarrollar actitudes básicas para la convivencia democrática, basándonos también en unos valores éticos y morales.
  1. Adquisición de instrumentos básicos de aprendizaje.

Esta adquisición está basada en cada lenguaje propio que caracteriza a cada materia.

  • Enseñarles a interpretar los distintos lenguajes y recursos expresivos de cada materia. Cabe destacar que las ciencias, en cuanto al pensamiento, pueden promover el desarrollo intelectual de los niños. Como señala Pujol (2003), en la etapa de Educación primaria es fundamental que la educación científica contribuya al desarrollo de los lenguajes (oral, escrito, gráfico…) y los hábitos y actitudes que permitan comunicar ideas; que enseñe a cooperar y trabajar en equipo, ya que éstos son valores fundamentales en el trabajo científico (aunque puede resultar difícil, sobre todo en los primeros ciclos, dado el egocentrismo de los niños de estas edades).
  • Proporcionar el conocimiento necesario para interpretar e intervenir en el medio. Las ciencias pueden ayudar a los niños a pensar de manera lógica sobre los hechos cotidianos y a resolver problemas prácticos sencillos. Tales técnicas intelectuales les resultarán valiosas en cualquier lugar que vivan y en todo trabajo que desarrollen.
  • Disponer de las experiencias necesarias para identificarse con la cultura con el fin de acoplarlos en el entorno que los rodea.

Para conseguir estas finalidades se deben marcar unos objetivos generales para toda la etapa de Primaria, que son unas capacidades potenciales que nosotros como maestros deseamos en los alumnos. Para alcanzar estos objetivos será necesario que se seleccionen unos contenidos de enseñanza, unos planteamientos metodológicos (los cuales están bajo criterio del profesor) y unos criterios y métodos de evaluación coherentes y adecuados para ello.

Estos cuatro elementos, junto con las competencias a desarrollar por los alumnos, son esenciales en la definición del currículum. Estos objetivos se refieren a las áreas de conocimiento (LOMCE), que se dividen en:

  • Troncales (Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales, 1 Lengua Extranjera, Matemáticas, Lengua Castellana y Literatura).
  • Específicas (Educación Física, Religión o valores, 2 Lengua Extranjera, y Educación artística).
  • Libre configuración autonómica (Lengua cooficial).

Sin embargo, estos conocimientos también es posible organizarlos en torno a temas denominados transversales, por atravesar las diferentes áreas curriculares, cuya referencia son conocimientos y valores deseables en nuestra sociedad relacionados con problemas actuales como la degradación del medio ambiente, la paz, etc.

La expresión alfabetización científica se ha acuñado, en paralelismo con el lenguaje, para referirse al necesario conocimiento general de ciertas ideas y métodos relacionados con la comprensión de aspectos científicos acerca de la naturaleza y la vida en la sociedad actual, pero sin que requiera conocer de forma detallada o en profundidad cada dato, concepto o teoría. Es compartido que las etapas de infantil y primaria son de especial importancia en ese proceso de introducción en la cultura científica. Por su parte, la Asociación Americana para el Desarrollo de la Ciencia (AAAS), estableció varias dimensiones para definir la alfabetización científica:

  1. Estar familiarizados con el mundo natural y reconocer su diversidad y unidad.
  2. Comprender los conceptos y principios claves de la ciencia.
  3. Ser conscientes, de alguna manera, de que la ciencia, matemáticas y tecnología dependen entre sí.
  4. Saber que son empresas humanas y como tales tienen puntos fuertes y débiles.
  5. Tener capacidad para pensar de forma científica.
  6. Usar los conocimientos y los modos de pensamiento científico con propósitos personales y sociales.

En ese sentido, Cañal (2006) defiende que la enseñanza de las ciencias en los niveles básicos debería proporcionar al alumnado una “alfabetización científica” inicial que le ayude a establecer una adecuada interacción con las cosas y fenómenos del mundo físico/químico, biológico y tecnológico. Una especie de “gafas” específicas que les permitan construir conocimientos valiosos sobre el mundo en el que viven y actuar consecuentemente con ellos (adoptar hábitos de higiene y alimentación adecuados, respetar y cuidar el entorno, etc.).

En una línea de pensamiento similar, Pujol (2003) afirma que la educación científica debe orientarse a formar ciudadanos y ciudadanas responsables, críticos, capaces de analizar y actuar en el mundo, poniendo en juego “la manera de ver” de la ciencia. Debe ser una educación capaz de integrar todos aquellos aspectos que, más allá de una educación estrictamente científica, tienen relación con la educación ambiental, la educación para la salud, la educación para el consumo, la educación para la paz, etc. Este planteamiento coincide en líneas generales con la competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico a la que nos referíamos al analizar el currículo de la etapa, ya que lo que se pretende con las competencias es que los alumnos sean capas de transferir los conocimientos adquiridos a la resolución de problemas reales. Y como también hemos señalado, desde la competencia científica también se puede contribuir al resto de competencias.

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