TRABAJO PRÁCTICO LECTO ADOLESCENTE: Análisis de entrevistas
Enviado por Fatima Del Valle Fernandez • 5 de Noviembre de 2017 • Informe • 1.847 Palabras (8 Páginas) • 311 Visitas
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Y TÉCNICA N° 83
TRABAJO PRÁCTICO
LECTO ADOLESCENTE:
Análisis de entrevistas
CARRERA: PROFESORADO DE LENGUA Y LITERATURA
PROFESORA: LAMBARDI, ALICIA
ALUMNAS: CABALLERO, VERÓNICA - FERNÁNDEZ, FÁTIMA
CURSO: 4°H
AÑO 2017
LECTO ADOLESCENTE: Análisis de entrevistas.
El siguiente informe parte desde la sociolingüística que “es una ciencia interdisciplinaria, que estudia las relaciones mutuas entre lengua y sociedad”[1]. Nos basamos en ella para analizar una serie de encuestas a adolescentes, en la franja etaria entre 12 a 17 años, con el objetivo de examinar las variedades dialectales que utilizan los jóvenes.
Con respecto a las variedades dialectales, Cassany afirma que “El origen geográfico, la clase social y la época o la edad determinan la variedad dialectal […]. La manera de hablar de cada uno es la confluencia de estos tres tipos de variedades: geográficas, sociales y generacionales. Se llama idiolecto a la variedad individual de un determinado hablante […] que han ido configurando los rasgos característicos de su modo de usar la lengua.”[2] Teniendo en cuenta el siguiente marco teórico veremos cómo los jóvenes tienen sus particularidades con el uso del lenguaje.
En el modelo de encuesta se definieron cinco preguntas, teniendo en cuenta nuestro objetivo, antes mencionado, la misma fue realizada durante los meses de abril y mayo de 2017.
MODELO DE ENCUESTA: Nombre y apellido: Edad: Estudios: Ciudad:
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La edad promedio de nuestros encuestados es de 15 años, en cuanto al sexo el 77% son mujeres y el 23% varones, todos estudiantes de nivel secundario. Dichos jóvenes pertenecientes en un 75% a la clase media baja y un 25% a la clase media. El 61,5% de ellos concurren a escuelas del sector público y el 38,5% a institutos del sector privado.
Encuestados | Edad | Ciudad | Escuela |
Daniela García | 17 | San Fco. Solano | EET N° 3 "República de Italia" |
Jesica Gómez | 17 | San Fco. Solano | EEM N° 2 "Don Luis Piedrabuena" |
Joaquín Medina | 13 | Fcio Varela | EEM N° 8 |
Lautaro López | 17 | San Fco. Solano | ESC "Carlos Pellegrini" |
Liliana Cerrano | 17 | Fcio Varela | ESB N° 8 "Julio Cortázar" |
Maite Argüello | 13 | Claypole | Instituto Santa Isabel |
Martina Luna | 14 | Claypole | Instituto Santa Isabel |
Melany Zeballos | 14 | Fcio Varela | Instituto San Juan Bautista |
Milena Rosa | 14 | Lanús | EEST N° 5 "John F. Kennedy" |
Nicolás Dermisache | 14 | Claypole | Instituto Santa Isabel |
Noelia Fernández | 12 | Fcio Varela | Instituto Santa Isabel |
Selena Rementeria | 16 | San Fco. Solano | EEM N° 2 "Don Luis Piedrabuena" |
[pic 1]
A continuación, analizaremos el lecto adolescente partiendo de dos variables. En primer lugar, las variedades generacionales (cronolecto) y en segundo lugar, las variedades sociales (sociolectos). Según Fishman, “el término variedad se utiliza frecuentemente en sociología del lenguaje como una designación no valorativa […] no indica ningún status lingüístico concreto al compararla con otras variedades. […] designa simplemente un miembro del repertorio verbal. Su uso implica sólo la existencia de otras variedades.”[3] No todos los hablantes utilizan la lengua de la misma manera, y podemos notar a través de este análisis que los adolescentes tienen su propio registro, que los hace únicos y los diferencia hasta de ellos mismos, por su clase social, su sexo, su lugar de origen y hasta una diferencia etaria y generacional. Estos componentes determinan la variedad dialectal.
Nosotros habiendo encuestado a jóvenes analizamos que esta generación desarrolla una serie de características diferentes al de la nuestra, así como afirma Fishman, “En general, el lenguaje de la gente joven en relación con el de la gente mayor es más lúdico y creativo, más arriesgado, pero menos marcado por los modelos de lengua estándar y por la normativa”[4] haciendo referencia a los cronolectos. Los términos más utilizados por nuestros encuestados son: bobo, boludo, guacho, chabón, pibe, gato, guachin, zorra, piola, villero, sin importar el género; pero tienen muy claro el nivel de formalidad que deben usar con respecto a la relación que ellos establecen con un “otro” que ellos consideren “superior” (alguien mayor, un docente, una figura familiar, un desconocido, alguna autoridad, etc.). Una gran mayoría es muy crítica con sus pares, con el uso y abuso de estás palabras, ya que consideran que de esta manera “se deforma el lenguaje” (Lautaro, 17 años), también cuando agregan al final una “N” o “S”, por ejemplo: “matenlón, quemenlón o vistes”, haciendo hincapié en la corrección gramatical. Asimismo, la mayoría de los consultados nos señalan, que “hablar mal”, es usar palabras que no se encuentran en el diccionario, palabras inventadas por ellos o por diferentes grupos o tribus sociales. Además, el “mal uso” lo asocian con “el vocabulario de más”, es decir, referirse con insultos; “usar palabras ofensivas”, “hablar como se les dé la gana”, “usar palabras hirientes, que lastiman, gritando”, “hablar como un villero”, “con palabras inentendibles para otros”.
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