Tema: Tabú

Abril: Adolescente, tez blanca, cabello rojo, delgada, alta, 16 años, solitaria, extrovertida, explosiva.

Tabú: Sexo.

ABRIL.

Abril era una joven de 16 años que disfrutaba plenamente de su sexualidad, su madre había muerto cuando apenas tenía 13 y para ella el tema del sexo era algo imposible de hablar con su padre, el cual no se imaginaba ni pensaba en nada que tuviera que ver con la vida de su hija, ni en las decisiones que estaba tomando.

Comentarios sobre Abril llegaban a los oídos del padre, harto de chismes un día se dispuso a hablar con ella, Abril leía la mente de las personas, al saber que su padre quería hablar de sexo con ella por los chismes que había escuchado, salió corriendo de la casa.

Al dirigirse a su escuela se encontró con un “amigo cercano” el cual buscaba pasar un rato con ella, su padre venía corriendo atrás así que ella decidió acceder y meterse en la casa de su amigo.

Estuvo varios días evitando a su padre, la incomodidad que sentía de solo pensar en hablar del tema con él era incontrolable, buscaba todo tipo de pretextos para justificar el no verlo o no llegar a dormir a la casa, mientras tanto el padre, preocupado por la barrera que tenía con su hija no imaginaba qué hacer para acercarse.

Un día Abril voló al cielo y buscó a su mamá pues se sentía muy sola, al encontrarla ella le dijo:

-Abril: Mami, te he extrañado mucho, necesito platicar contigo de muchísimas cosas, cosas que he hecho mal.

-Madre: Ya lo sé Abril, he seguido al pendiente de ti aunque no esté físicamente.

-Abril: Ya no quiero bajar mamá, me quiero quedar aquí contigo…

-Madre: Tienes que apoyar a tu padre, no puedes dejarlo solo, él puede ayudarte en todas las dudas que tengas.

Abril despertó de golpe, se quiso encontrar a su padre pero tuvo que esperar, sentada en el sillón, nerviosa… Se abrió la puerta  y su padre entró, había logrado financiar su proyecto científico para la reformulación de células, aún después de la muerte, lo que le daría la posibilidad de recuperar a su esposa, al contárselo a Abril, incrédula y cortante pensó que su padre se había vuelto loco.

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