Teoria de genero: trabajo domestico

El trabado domestico de las mujeres

Jean Gardier

Del libro de  Rodríguez, D., y  Cooper,  J. (2005). Debate sobre el trabajo doméstico. Antología. México,  Desarrollo Gráfico Editorial, S.A. de C.V. Pág. 91 – 107 (artículo de  Jean Gardiner “El trabado domestico de las mujeres”)

La  autora del artículo “El trabado domestico de las mujeres”,  Jean Gardiner  fue un conferencista y profesora de la universidad de Londres, Keele y Cambridge. Fue fundadora de la CSE (Conferencia de Economistas Socialistas) y trabajo por más de 20 años en la Escuela de Educación Continua de Leeds. Se interesó por investigar las interrelaciones entre los mercados de género, trabajo y atención a la familia. Uno de sus proyectos investigativos gira entorno a las “culturas y estrategias para la igualdad y la diversidad de organización: género, etnia y edad en la cultura organizacional; el papel de la legalización en relación con la raza / origen étnico, edad, género, familia.”  El interés de Gardiner por la interacción del mercado frente a las relaciones de empleo, genero, actividades laborales y no laborales, apunto a que ella escribiera artículos analíticos y críticos que evidenciaran aquellos problemas y determinaciones que se han generado por aquella sociedad estructurada por el capitalismo. Con respecto a lo anterior, en el artículo titulado “El trabajo domestico de las mujeres”, Gardiner hace una crítica  a las teorías que plantea Wally Seccombe con respecto a la creación del valor referido al trabajo doméstico realizado por las mujeres, desde la teoría Marxista del  capitalismo. Por otra parte analiza la socialización del trabajo doméstico y el cuidado de niños desde los argumentos  económicos que giran en torno al capitalismo, además estudia aquellas tensiones que se han generado en la actualidad con aquellos que están a favor y encontrar que exista una trasformación de lo que representa el trabajo doméstico.

Como se mencionó anteriormente la autora en su crítica a  Seccombe, resalta algo importante, y es que al menos existe un reconocimiento desde la teoría marxista hacia el papel productivo de la mujer dentro de la familia y la función económica de la familia en una sociedad capitalista. Pero de aquí en adelante  la autora encuentra una serie de inconsistencia frente a lo que plantea  Seccombe y critica lo siguiente:  

Seccombe se preocupa por la importancia de incluir en la teoría Marxista el trabajo doméstico, pero no se ha preguntado si para que exista una integración entre estos dos, primero debe de hacerse una reevaluación de lo que plantea Marx en su capital, para dar respuesta a aquella mirada crítica feminista que aborda todo lo concerniente a una teoría de género que busca socializar el trabajo doméstico. Aquí este autor revela una inconsistencia de lo planteado por Marx frente la concepción de valor, pues argumenta que para que exista una medición del trabajo doméstico y tome valor, debe de haber una fuerza de trabajo, “Así, al decir que el ama de casa crea valor que se realiza como parte del valor de la fuerza de trabajo, Seccombe en realidad sostiene que la parte del salario del marido que va a la esposa (y a sus "sustitutas") da una medida del trabajo doméstico realizado por ella en la reproducción de la fuerza de trabajo del hombre.” (pág. 94).

Por otra parte se evidencia que no existió un trabajo concienzudo sobre la historicidad con respecto al trance del feudalismo al capitalismo en las trasformaciones del papel que ejercía la familia y el trabajo doméstico y por qué aún se conserva en el capitalismo el trabajo doméstico.

Como lo menciona la autora la conservación del trabajo doméstico en esta sociedad capitalista incurre en dos razones: en primer lugar el capitalismo mantuvo como requisito histórico que la economía doméstica familiar de los obreros no siguiera siendo  autosuficientes y autorreproductora, en la segunda el capitalismo siempre ha necesitado de que el obrero satisfaga sus necesidades y debido a que la producción de mercancía y el salario no suple lo emocional, es aquí cuando cobra valor el trabajo doméstico, pues con esto se puede seguir manteniendo la fuerza de trabajo en el obrero.

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