Trabajo final madre paulina

La vida de la Madre Paulina vinculada a mi vida

Claudia Santelices López

Colegio Madre Paulina – Chiguayante

Mis tatarabuelos maternos, fueron un matrimonio muy católico que debieron “escapar” de su país natal, España,  con sus dos hijos, mi Bis abuela Ana María y su hermano Joaquín, (como los padres de la Virgen), llegaron en barco a Chile y anclaron su familia en Talcahuano, el colegio en el que pusieron a su hija fue precisamente Inmaculada Concepción, convirtiéndose mi “Ita María” en una mujer de un temple a prueba de todo y de todos, muy católica y especialmente muy mariana, devota del Santo Rosario, generosa y excelente abuela, disfruté de ella hasta mis doce años. Mi bisabuela tuvo tres hijas a quienes educó también al alero de la fe, las tres muy marianas, entre ellas mi abuela Materna Ana, una mujer católica y muy mariana tanto que es así como fue guiando su vida completa,  hasta el mismísimo momento de su muerte; ella tuvo tres hijos, entre ellas mi madre, quién me tuvo a mí y a mis dos hermanos.

Parecerá increíble que hable de la vida de mujeres de mi familia para relacionarlas con la de la madre Paulina, pero es fantástico como he ido leyendo la vida de Paulina y me he ido sintiendo confortada con su historia, como se dejó enamorar por Dios, como se alimentaba de la eucaristía, como su devoción a Cristo y la Santísima Virgen María. Pero yo, la última de las mujeres de esta generación que vino en barco desde España con mi tatarabuela, ha sido bendecida desde siempre por Dios, ha sido guiada por la Virgen María de una forma que no se abandona al dolor sino que a la alegría de la salvación por la cruz de Jesús. La Madre Paulina vivió una época difícil, pero se atrevió y luchó por conseguir aquello que Dios había grabado a fuego en su corazón, el servicio a los más pobres, la educación como el camino para abandonar la pobreza y superar las dificultades y la desigualdad; no es extraño que aquella pequeña españolita que fue educada en Inmaculada Concepción de Talcahuano, ¡Cuando aún la Madre Paulina estaba viva!, educase a sus hijas con ese mismo predicamento y a su vez sus nietas y bis nietas fuesen educadas en ese mismo estilo, un estilo mariano, un estilo que sigue el camino de la cruz, un estilo con devoción por la eucaristía.

Me emociona pensar como Dios, en secreta complicidad con su hija Paulina, me invitaron a ser parte de su obra a través del Colegio Madre Paulina, lugar en el que día a día intento hacer realidad el sueño de Paulina, “que el amor sea el móvil de mi actuar”, no olvidando jamás como profesora, que es “el amor la mejor pedagogía”.

La Madre Paulina nos ha dado como regalo, el ejemplo para educar,  su abnegación por los más pobres, su amor a quienes tienen necesidades educativas especiales, quisiera que nuestros colegios fuesen emblemáticos en este aspecto, en que todos sus profesores amen a sus alumnos y los atiendan y entiendan con todas sus diferencias individuales, demostrando que la Madre Paulina eligió este camino con una sabiduría que sólo le puede venir desde el más grande y el mejor, Dios.

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