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Transtorno


Enviado por   •  25 de Febrero de 2015  •  3.259 Palabras (14 Páginas)  •  232 Visitas

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Trastornos del curso del pensamiento:

Incluyen patologías de la fluidez del pensamiento, es decir, como se formúlan, organizan y presentan los pensamientos de un individuo.

Trastornos de la velocidad:

Incluyen patologías que afectan la cantidad y velocidad de los pensamientos.

Los principales son;

a)Taquipsiquia : Demasida rapidez en la manera o forma de pensar, lo que lleva a hilar mal el razonamiento, en su grado máximo llega a la fuga de ideas. Este trastorno produce euforia.

b)Fuga de ideas: Pensamiento acelerado, en grado máximo de taquipsiquia, nos da numerosas asociaciones por lo que el pensamiento carece de dirección fija, se dispara y va saltando de una idea a la otra.

c)Bradiquipsia: Lentificación en la manera o forma de pensar. Hay un retardo en la asociación de ideas, y es característico de las depresiones.

Consideraciones generales

E l Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) se configura como una reacción emocional intensa ante un suceso experimentado como traumático. Una experiencia traumática, como un desastre natural, guerras, accidentes automovilísticos y actos de violencia, puede ser entendida como una discontinuidad súbita y extrema en la vida de una persona.

Su sensación de control sobre sí mismo y sobre el medio ambiente físico, y la creencia de invulnerabilidad son amenazadas en forma dramática. Los acontecimientos traumáticos de este tipo alteran los procesos emocionales, cognitivos y volitivos, incorporando un fundamental quiebre en la experiencia que es difícil de integrar en la conciencia personal (1).

Para algunas personas las reacciones pueden ser transitorias; en cambio para otras, las consecuencias son a largo plazo. La clasificación de estas consecuencias psicológicas que siguen a un estrés traumático ha cambiado con el tiempo y reflejan la contribución de los factores de vulnerabilidad que se han detectado en la etiología y evolución de la reacción postraumática (2,3).

De este modo se plantea que la capacidad de un estresor para producir un TEPT está en directa relación con la percepción de amenaza que se tenga de éste. Dicha percepción dependerá del acontecimiento y/o de las características de la persona (3).

El hecho que más de la mitad de las personas expuestas a un trauma no desarrolle un TEPT a pesar de la experiencia de extremo peligro, pérdida y amenaza, enfatiza que otras variables son necesarias para explicar el inicio del TEPT (3, 4).

El TEPT así representaría una anormalidad en la cual muchos mecanismos psicofisiológicos que promueven el enfrentamiento y la adaptación son sobrepasados por un estrés catastrófico. Las personas con TEPT tienden a enfrentar el mundo como peligroso y pierden su habilidad para modificar su conducta de modo apropiado en respuesta a las contingencias medioambientales. El factor crítico entonces puede no ser el suceso traumático en sí mismo, sino la capacidad individual para modular la respuesta de estrés y restaurar la homeostasis psicológica y biológica (5).

Una vez diagnosticado el TEPT, algunos de los factores de vulnerabilidad que se deben considerar y explorar en la historia de un paciente son: a) Historia de traumas previos: éstos podrían indicar una vulnerabilidad fisiológica respecto a los síntomas de activación o una predisposición psicológica al reactivar conflictos previos no resueltos. Los pacientes con TEPT refieren con mayor frecuencia historia de abuso físico y/o sexual. (6); b) Género: Investigaciones recientes muestran que tanto hombres como mujeres tienen similar riesgo de desarrollar una reacción emocional de cualquier tipo después de una experiencia traumática; sin embargo, el TEPT como cuadro clínico se ha observado como más frecuente en las mujeres en población civil (1,7); c) Trastornos psiquiátricos previos: en especial depresión, trastorno de personalidad y abuso de alcohol y drogas (8); d) Historia familiar de trastornos psiquiátricos: ya sea por la influencia genética, medio ambiental o la combinación de ambos (8,9); e) Factor Neurocognitivo: Algunos estudios han establecido que los pacientes con TEPT presentan bajo nivel intelectual y compromiso neurológico (volumen pequeño del hipocampo hasta un 8%). Esto podría comprometer la habilidad del sujeto para adaptarse psicológicamente a una situación altamente estresante (10); f) La presencia de lesiones físicas como causa del trauma: es poco clara la relación entre éstas y la alteración psicológica, teniendo mayor relevancia el significado personal del accidente o daño como factor predictor y g) Características de los síntomas: se plantea que la presencia de marcadas conductas de evitación o síntomas disociativos son de mal pronóstico. No hay clara evidencia acerca de este punto, existiendo concordancia en que todos los síntomas al inicio del cuadro tienen un valor predictor, y a mayor cantidad e intensidad de éstos, más exacta es la predicción (11, 12).

Tal vez lo que sí queda claro es que el TEPT no es simplemente el resultado de la exposición a un trauma, existiendo variación en la capacidad del estresor en causar este trastorno y en la vulnerabilidad de los individuos para desarrollarlo. Por esto, seguido a un suceso traumático, es importante evaluar en forma precoz la necesidad de una intervención psicológica considerando estos factores de vulnerabilidad en la planificación de cualquier aproximación terapéutica (13).

Respecto a los enfoques teóricos y terapéuticos que se han desarrollado, es importante la contribución de Janet (1909) quien enfatizó que en las reacciones postraumáticas existía una interacción entre afecto y memoria, y acuñó el concepto de "Fobia al Recuerdo". En este cuadro se impide la integración de la experiencia traumática y se separan los recuerdos de la conciencia. Lo anterior interfiere en el correcto procesamiento de la información y se altera el almacenamiento de ésta en recuerdo narrativo. El proceso de integración es lento y la tendencia a persistir en este procesamiento es llamada "Tendencia a la Completación". Hasta que esto no se logre los recuerdos son almacenados en forma activa tendiendo a representaciones repetidas. Cuando la completación se logra y se estructuran nuevos significados, los recuerdos pasan a integrar la memoria de largo plazo (12, 14, 15).

Janet plantea que el "Proceso de Disociación" inicial ayuda a tomar distancia del fuerte impacto que ocurre, preservando la identidad del yo; sin embargo, este mismo proceso dilata la necesaria elaboración y puesta en perspectiva del trauma, retardando el inicio de mecanismos por los cuales el sujeto gana control de un importante episodio de su vida (12).

Siguiendo la perspectiva

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