Tu un brujo Yo un Demonio
Enviado por Lourdes Santoveña • 15 de Mayo de 2017 • Trabajo • 3.652 Palabras (15 Páginas) • 321 Visitas
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Tú Un Brujo, Yo un Demonio.
Recordaba los días en los que aún era absolutamente humano. Como sonreía sin necesidad de ser sarcásticamente, o cuando tenía la mayoría de sentimientos que tiene cualquier persona. Ya no lograba recordar cómo se sentía llorar, sonreír y tal vez, si no fuera por un chico mitad demonio-mitad humano, siendo de esa forma un brujo, ni siquiera recordaría como se sentía el enamorarse y amar a alguien.
Yamada Hiro, el posible mejor brujo de Kioto o tal vez de todo Japón, era quien lo hacía recordar la pequeña parte de sí que aún era humana. Y esa pequeña parte era la que no lo hacía igual a Seth, Agramon o los otros demonios.
Seth y Agramon asesinaban demonios, brujos, vampiros y otras criaturas que no llegaban a salvarse. Por suerte para él todos a los que le llegó a tomar aprecio no permitieron que ellos dos les hicieran algo indeseable, a pesar de que varias veces tuvieron la oportunidad de hacerlo; como aquella vez en la que Yukio, el príncipe vampiro, decidió ir al infierno para buscar a su padre.
Las otras criaturas que no sean completamente demonios no pueden ir al infierno porque al instante se debilitan y son más fáciles de asesinar o ni siquiera logran entrar a uno de los tantos infiernos que hay. Y aquella vez en la que Yukio junto con Ryohei fueron al infierno lograron entrar al de Seth, donde también se encontraban Lilith y Agramon, si no hubiera llegado a tiempo, los vampiros se habrían quedado sin príncipe y Lilith (aunque realmente a ella no le interesaba) se habría quedado sin su hijo.
Shun sabía perfectamente como los dos asesinaban a las personas por las tantas veces que lo ha visto, además de que él también lo ha hecho aunque se arrepienta con una de las personas que asesinó al no poder controlarse a la primera vez que le fueron entregados los mismos poderes de Seth.
Seth hacía a su espada aparecer en sus manos, Agramon hacía al espeso humo negro que siempre lo rodeaba crecer y lo convertía en gruesas espinas para sujetar las muñecas y los tobillos de la víctima.
De la vez que con tan solo cerrar los ojos recordaba es el asesinato del sirviente que dejó a Lilith entrar al infierno de Seth.
{***}
Agramon lo sostenía de la muñeca y lo obligó a sentarse en una silla que él creó con su humo negro y con exactamente eso mismo en forma de espinas le sujetó las muñecas, la frente y el cuello para que no la pudiera mover, porque si lo hacía sin dudarlo le cortaría la piel.
Seth salió de la habitación donde se encontraban y al entrar traía con él al sirviente que según Lilith la dejó entrar al infierno. Lo hizo arrodillarse en un lugar donde todos pudieran ver lo que le iba a suceder.
El cabello del chico era negro y sus ojos rosados, sin embargo no podía controlar las acciones de las personas, las criaturas y los animales.
Shun podía imaginar en una pequeña parte lo que le iba a suceder al sirviente. Pudo oír a Seth susurrarle algo al oído del chico.
— Lo que está a punto de sucederte es por haber dejado a esta mujer entrar al infierno. Mi infierno. Así que cúlpate a ti de esto, no a mí.
En ese momento colocó la espada en el cuello del chico, sin embargo no la clavó al punto de siquiera hacerle derramar sangre.
Enredó sus dedos en el cabello del sirviente y lo haló haciendo que su cuello quedara totalmente a la vista para hacerle más fácil el asesinarlo.
— ¿Qué te parece, Shun? Puedo cortarle la cabeza y colgarla como adorno en tu cuarto. Será tu regalo de cumpleaños, ya estamos casi en el día— Dijo mientras lo veía a los ojos.
Los ojos de Shun pasaron a ser rosados claro mientras miraba los de Seth.
Los de Seth de su habitual color dorado, pasaron a ser rosados claro. Sus miradas estaban fijas en las del otro. Después de un tiempo los ojos de Shun volvieron a ser morados claro casi siendo blancos.
Trataba de manipular las acciones de Seth y evitar que asesinara al chico, pero como era de imaginar no lo logró.
A diferencia de los suyos, los ojos de Seth seguían siendo rosados y lo obligaban a mirar como asesinaría al chico.
— Bueno, al parecer no quieres decorar tu aburrida habitación— Susurró— ¡Pero tendrás que ver como este chico muere!— Exclamó haciendo que sus ojos brillaran más que antes.
En ese momento clavó levemente su espada en el cuello del chico logrando que solo un hilillo de sangre saliera, haciendo la muerte más lenta y tortuosa para el sirviente y para Shun al tener que verla.
Finalmente Seth clavó profundamente su espada en el cuello del chico desgarrándole la garganta. La cabeza quedó colgando, de tal forma que casi se desprendía de su lugar. El cuerpo se tumbó al suelo deshaciéndose de toda su sangre en el. Y Shun tuvo que ver absolutamente todo.
— Me esperaba su muerte más divertida. Casi no sentí miedo al morir— Murmuró Agramon viendo fijamente el cadáver del chico en el suelo.
Shun miró desconcertado a Agramon para después mirar con horror reflejado en el rostro el cadáver que se encontraba a los pies de Seth.
— Estoy segura que tus noches con Seth son más divertidas que ver a un demonio morir.
— Porque tú seas así, no quiere decir que todos seamos de esa forma. Y Agramon agradece que te alimentara al menos con el poco miedo del chico, en vez de protestar— Dijo, enojado y con el ceño fruncido mientras quitaba la sangre de su espada.
Shun no podía dejar de mirar el cadáver con horror en su rostro.
{***}
En ese momento solo tenía días o quizás semanas de haberse convertido en demonio por lo tanto le afectó en sobremanera ver al demonio de aquella vez morir, pero ahora…
Ahora él mismo podría hacerlo.
Y por eso necesitaba de Hiro para no perder el último suspiro humano que le quedaba.
— Hiro…— Susurró tan bajo que casi pareció un suspiro.
Al susurrar el nombre del brujo la tristeza reinó en sus ojos.
Cerró los ojos y la imagen de Hiro con su cabello aún con gotas de agua y su flequillo sin cubrirle el ojo izquierdo, y su torso desnudo, y a su vez como sin siquiera saberlo se decepcionó cuando se fijó en que llevaba unos jeans negros.
Sin saberlo se sumergió de nuevo en sus recuerdos…
{***}
Ryohei abrió un portal hacia la casa de Hiro, y lo obligó a entrar en el empujándolo a través. En ese tiempo ni siquiera podía viajar por ese tipo de portal sin sentirse mareado o caerse al suelo.
Se sintió un poco desconcertado al verse en la casa de Hiro, y mayor fue su sorpresa al ver a Hiro salir de una de las habitaciones con el cabello aún goteando por la ducha, y con el torso desnudo. Lo miró por un largo momento hasta que escuchó al más alto hablar:
...