Un Cuento Creativo

LA QUEBRADA DEL DIABLO

Cuenta la historia que un día dos viajeros cabalgaban por el antiguo camino y al pasar por la quebrada del diablo deciden descansar unos breves instantes, es cerca de media noche, una densa niebla “kamanchaca” cubría el camino. Tendieron unos cueros de carnero y a corta distancia dejaron sus caballos que se encontraban cansados por el largo viaje desde Tarata.

De pronto escucharon unos pasos que se acercaban, un desconocido estaba delante de ellos y les Invitaba a entrar en su mansión a pasar la noche. En ese instante los arrieros se dan cuenta que a pocos pasos se encontraba la mansión y llevados por una fuerza mayor lo siguen.

Ramón y Pedro así se llamaban-los arrieros, asombrados por lo que veían mucha comida, fruta, licores finísimos y joyas de oro —el señor les decía- estos son mis tesoros- al ver tanta riqueza junta, uno de ellos - asombrado dice ¡Jesús!... Y al instante desaparece todo, al amanecer se dieron cuenta que tal mansión no existía y todo era como un mal sueño, sin entender ambos que les habla sucedido esa noche, lo extraño fue que cada uno al día siguiente tenía en su mano una moneda de plata de tiempo del Rey, ellos asociaron al caballero de esa noche con el diablo “Supay”.

LOS ZAPATOS DEL NIÑO

Hace poco tiempo recibimos la grata visita de un viejo tacneño, de los pocos que quedan y que guardan trozo vivo de la historia de Tacna y nos contó la siguiente leyenda.

Los niños del barrio de la antigua Av. 2 de Mayo, se reunían en las noches de luna y luego se iban a sus juegos por los jardines, de la plaza de armas o por la alameda. Curiosamente integraba siempre uno de esos grupos un pequeño de 5 a 6 años, bien cambiadito y de hermosas facciones. Los niños del barrio no sabían su nombre, ni les interesaba el niño era alegre y cordial con sus amiguitos, en muchas oportunidades llevaba dulces de agradable sabor, que compartía generosamente con sus compañeros de juego.

Cuando ya cansados de jugar, retomaban a sus hogares, se daban cuenta que el amiguito al llegar a la iglesia de San Ramón, les decía con cariñosa vocecita «Adiós» y «desaparecía». Prosigue el relato: Yo que me dedicaba al arreglo del altar de la Virgen del Rosario, para la misa del domingo, me di cuenta varias veces que los zapatitos del niño aparecían llenos de polvo y barro y las medias rotas.

¿Qué había ocurrido? Algo muy sencillo. El niño se escapaba de los brazos de la Virgen, y se iba a jugar con 1os niño del barrio del dos de Mayo, por jardines, plaza de armas y por las riveras del viejo Caplina que corría por centro de la Alameda.

Tacna Historia y Folklore.

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