Un Relato De Amor

25 de mayo de 2012 01:26 am.

Lo que es la vida.

Hace más de un año que no escribí acá de nuevo. Inundar las hojas con mis pensamientos. Un santuario de reflexión.

Escuchar a la Flor del enero del 2011 fue MUY raro. Estaba súper triste. Demasiado triste.

Sinceramente, en este año que pasó Gonzalo me hizo muy feliz. No lo supe valorar. Pero sé que no pude superar a Bruno mientras estuve con Gonza, o por lo menos hasta los 4 meses. Recuerdo que en momentos de intimidad con Gonza, mas de una vez lo habré llamado Bruno. Y la vergüenza ante ese tipo de situaciones es indescriptible, inmensurable.

Recuerdo que la pasábamos demasiado bien. Nos reíamos de todo, salíamos a pasear debajo de la lluvia. Y luego empezaron mis cambios de secundaria. Estaba embobadísima con mi viaje de egresados, donde lo que importaba era pasarla de diez en Brasil. Carpe Diem de una semana. Hermosa idea, muy feo lo que pasó después.

Aclaro que en el interi de olvidar a Bruno, y mi viaje a Brasil, hubo un personaje que marca otro hito en mi corta existencia. Lautaro Franchi Gutierrez.

Jamás, jamás en mi vida, me había vuelto a sentir tan feliz. Tan embobada. Tan pendeja de nuevo. Los años que creía perdidos como que volvían. O quizá una situación que se repetía, y que yo recordaba con felicidad.

Un día Gonza me dijo de ir a visitar a su amigo Pablo. Pablo vive en un monoambiente. Y ahí, ese día, estaba Lautaro en lo de Pablo.

Nunca en la vida me había pasado de ver una persona y que mi primera impresión fuese que estaba viendo a la persona más linda y tierna del mundo. Por lo general en mi mente es un “meh”. Pero Lautaro superó todos los “meh” y los blancos mentales, infundiendo ternura y admiración de mi parte hacia él.

Lo que empeoró esa situación fue que no me dirigió la palabra en toda la tarde y siguió con sus cosas. Yo obviamente caería en la trampa del chico misterioso. (Más tarde descubriré que eso fue por que él es mala onda nada más).

De ese día, en el fondo, sabía que Lautaro Franchi me gustaba. Y mucho. Y tenía que tenerlo en FACE. Tenia que hablarle. Tenia que intentar gustarle. Ver que pasaba.

Pasaron los días y un día (con la casualidad/escuchas de que necesitaba ayuda en esos juegos entupidos de Factbook) agregué a Lauti y empezamos a hablar.

Tenemos tantas cosas en común. Con él conocí bandas coreanas que ahora idolatro. Termine por cerrar mi gran duda existencial (en su momento, era la de elegir carrera). Diseño es lo mío.

Con Gonza, las cosas iban igual, o peor. Cuando volví de mi viaje de egresados, el se entero de lo que me pasaba con Lauti y además yo estuve con otros pibes en Brasil. Y a partir de ahí, empezó mi infierno.

Mi caballero de arma plateada, se convirtió en el dragón que me tenía en la torre. Gonza toda nuestra relación me

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