Un niño feral es un niño humano que ha vivido aislado del contacto

Un niño feral es un niño humano que ha vivido aislado del contacto con otros seres humanos desde una edad muy joven, y tiene poca o ninguna experiencia en el cuidado humano, comportamiento, o, sobre todo, del lenguaje humano. Algunos niños salvajes han sido confinados por otras personas, por lo general sus propios padres, y en algunos casos este abandono infantil se debió al rechazo debido a alguna discapacidad intelectual o física severa del niño. Los niños ferales pueden haber experimentado abuso o trauma severo antes de ser abandonados o de que huyeran. Los niños ferales son a veces los temas del folclore y las leyendas, por lo general presentan como habiendo sido criado por animales, un ejemplo muy famoso de esto es la historia de Rómulo y Remo, quienes fueron criados por una loba.

Otro ejemplo más antiguo, que por lo tanto muestra la antigüedad del fenómeno de los niños ferales, es el de Enkidu en la Epopeya de Gilgamesh, quien es un niño feral, o más bien adulto feral, que fue creado por los dioses para castigar a Gilgamesh. Un aspecto muy importante del caso de Enkidu es que después de que tuvo relaciones sexuales con Shamat, la prostituta del templo, por 7 días los animales huyen de él, mostrando que se tenía una idea en ese entonces del comportamiento animal hacia el aroma humano.

Un caso real de niños ferales es el de Amala y Kamala, un par de niñas de 8 y 1 año respectivamente, que fueron encontradas en Medinapur, India por un director de escuela. La historia sobre cómo las encontró tiene dos versiones, ambas dichas por el director. Primero aseguró que un hombre en la selva de Medinapur fue quien le dio a las niñas, quienes vivian en una jaula; sin embargo después dijo que las había encontrado en una guardería de lobos y que las había rescatado de allí.

Se decía que las niñas dormían juntas acurrucadas como animales, tenían un olfato que les permitía oler a los huevos a kilómetros, Cacareaban como medio de comunicación, necesitaban estar con pollos/as para comer bien, comían solo carne cruda, tenían hábitos nocturnos, etc. Sin embargo esto fue desmentido por el médico de la escuela, e incluso se llegó a creer que la historia había sido inventada y que las dos niñas en realidad padecían de autismo.

John McCrone (1994). «Wolf Children and the Bifold Mind». The Myth of Irrationality: The Science of the Mind from Plato to Star Trek. Carroll & Graf Pub. Consultado el 08 de agosto de 2015.

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