Un nuevo aspecto y estructura del derecho internacional privado en el tercer milenio

En la actualidad, el Derecho internacional privado ha adquirido una nueva fisonomía y estructura en el tercer milenio con más cambios que los ocurridos en mil años: las comunicaciones auditivas y visuales, el transporte, el desarrollo de "la cultura de Internet", la conquista del espacio, la aldea global, el desarrollo de los derechos humanos, el vértigo de las cosas . El siglo XXI será muy diferente a los momentos que el hombre vivió a fines de la última centuria y aún así rebasará toda imaginación. Ha quedado extinguido el siglo XX, esa tremenda era que Hobsbawn llamó "de los extremos, maravilloso y a la vez abominable", y continúan las rivalidades religiosas que desembocan en enfrentamientos sangrientos.

Desde luego, los adelantos tecnológicos en los medios de comunicación y transporte masivo, han multiplicado el volumen y la velocidad de los vínculos y negocios internacionales .

Vivimos en la era de la comunicación en un auge mucho más allá, por cierto, de los efectos iniciales de la invención del ferrocarril en el año 1829, el pago previo del servicio postal para la rapidez de este servicio, y el telégrafo, éstos ocurridos en la década siguiente. El invento de la computadora en los años cuarenta del siglo veinte generaron la proliferación del Internet en los noventa con lo que la revolución en los métodos de la información ocasionó grandes cambios económicos y sociales. El alemán Rudolf Hell (1902 - 2002) puso el conocimiento del fax, el escáner y otros ingenios para la transmisión electrónica de textos e imágenes, descomponiéndolos en elementos digitales.

Los países resultan cada vez más unidos entre sí, acuñándose la frase de que el hombre es un ciudadano del mundo y aparece el protagonismo de las empresas jurídicas en un nuevo Derecho empresarial. Los tiempos han cambiado. Si en Inglaterra en el año 1832, el Me Lañe Report informaba a sus lectores que todas las empresas eran de propiedad de individuos y cada una de ellos utilizaba menos de diez empleados a su servicio, con excepción entonces del Bank of England y la East India Company, cuarenta años después surgirían

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