Una casa sobre el Valle

Vargas,  J. Alfonso – 9 sep. 2017

Critica de la arquitectura

Sr. Daza[pic 1]

Una casa sobre el Valle

El juego de la perspectiva y los reflejos hace que haya una sensación de orden y de compostura que se afianza con la presencia de las mujeres que hablan en aquella sala, este componente humano resulta tener una posición complementaria en la escena, ya que el edificio posee el carácter protagónico, mirando sobre y hacia la ciudad que por sí sola inspira una grandeza enigmática. Pudo ser esta la intención de Julius Shulman, quien en mil novecientos sesenta hizo esta fotografía como parte de su trabajo fotográfico acerca de la arquitectura moderna en Los Ángeles; el hecho de “incluir a los habitantes de las casas en sus fotografías, lograba que sus trabajos tuvieran un aire encantador y a veces un incongruente aire de domesticidad”, según relata su biografía. Esta fotografía es una de las más importantes de la carrera de Shulman, en ella capta un momento en la existencia de la casa caso de estudio número 22 del arquitecto Pierre Koenig, quien la diseñó y construyó para la familia Stahl en 1959. Ya alejándome de los argumentos contextuales quiero continuar con la descripción de la fotografía desde mi percepción y criterios; puedo entonces entender que la sala permite dar cuenta de una pequeña parte de lo bueno que puede tener la ciudad desde el espacio construido, cuyo estilo puede ser que busque, desde adentro, integrarse con el paisaje a través de los grandes ventanales que  hacen que la vista pueda ir más allá y contemplar la grandeza urbana, y desde afuera, convertirse en un elemento integrador del paisaje enfocado a la posible intención de inspirar confianza, confort y buen gusto a quien pueda verla desde otro lado. Más allá de todo esto, se perciben sensaciones de libertad, calidez, delicadeza y tranquilidad, la multiplicidad de sombras que revelan un ambiente muy iluminado,  no deja nada en penumbra sino que quiere abrir los espacios de forma amable generando así una fuerte intención  de hacer parte del escenario que resulta atractivo y vital; el bonsái, las plantas de interior y el bosque oscuro en la ladera de la montaña donde se encuentra emplazada esta casa dan vida a la imagen y apoyan el concepto de escenario antes mencionado. La postura delicada de las mujeres, que parecen estar invirtiendo tiempo en hablar de cosas importantes con algún toque de frivolidad y confianza mutua, aparentemente sin pose, sin otra intención más allá de vivir ese momento en su propio espacio, afianza aún más el concepto de tranquilidad en la que permanecen quienes allí habitan y contrasta con la fuerza de los materiales que componen la casa. El acero, el concreto y el cristal por si solos son fríos e inertes pero ubicados en la composición adecuada, permiten percibir una intención de ligereza y volatilidad que dan la sensación de flotabilidad y de suspensión en el espacio y porque no en el tiempo.

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